CHILE: Desamores perros

La vida no vale nada de los perros protagonistas en los pitbuleros, como se les denomina a los lugares de pelea clandestina que vuelven a proliferar en la periferia de la capital chilena y donde esos animales son empujados a matar o morir en beneficio de las mafias de apuestas ilegales.

Los grupos organizados de apuestas en esta cruel red de competencia perruna están en franco desarrollo desde hace al menos dos años y su modalidad más destacada es cambiar de modo permanente el sitio de reunión para eludir el control de las autoridades. Los dueños de los perros, los apostadores y hasta los simples espectadores forman un verdadero círculo de silencio.

La policía maneja la información de que las primeras peleas, a modo de juego, comenzaron en 2000 organizadas por grupos de seguidores e interpretes de hip hop del sur de Santiago, quienes imitaron estas prácticas que se realizan en Argentina, Venezuela, México, la ciudad española de Barcelona, entre otros lugares.

Sitios baldíos, laderas de cerros, proximidades de ferias o galpones abandonados son los escenarios preferidos para enfrentar a los canes, que muchos de ellos terminan las lides muertos o mal heridos, tal cual mostraba la película ”Amores Perros”, del mexicano Alejandro González Iñartu.

Julio Ibarra, concejal de la comuna de Pedro Aguirre Cerda, denunció los violentos combates y junto al presidente del derechista partido Renovación Nacional, Sebastián Piñera, interpuso una querella contra sus responsables por delitos de crueldad hacia los animales, asociación ilícita y apuestas ilegales.

También la Sección de Investigaciones Policiales (SIP) de Carabineros ha puesto la mira en estas actividad, registrando patentes de vehículos de responsables y público y otros elementos, pero sus autoridades indican que chocan con falta de normas al respecto.

Organizar peleas de perros en Chile, aunque éstas sean sangrientas para los animales en juego, sólo constituye una falta y no una delito penal.

Las declaraciones que la SIP ha tomado a integrantes de varios pitbuleros, además de admitir su participación, indican que las peleas se realizan al aire libre o en casas de los propios seguidores del circuito.

La policía dice conocer domicilios donde existen verdaderas maquinarias de entrenamiento especial para perros de combate, pero la orden de la justicia es simple y terminante: está prohibido su allanamiento o la incautación de esos aparatos por carecer de leyes que penalicen esas prácticas.

El concejal Ibarra se contactó por correo electrónico con el sitio divulgado para organizar peleas y de inmediato recibió las ofertas correspondientes sin demasiado trámite, según narró.

Uno de esos organizadores de peleas de perros Dayam Mármol Monteagudo, de 25 años y conocido con el apodo de ”El Cubano”, fue finalmente puesto ante la justicia el 5 de este mes, pero no por ese tipo de juego clandestino sino por su supuesta participación en un robo cometido el año pasado en Santiago.

El artículo 291 bis del Código de Procedimiento Penal en Chile, en su especificación sobre delitos relativos a la salud animal y vegetal, indica que ”el que cometiere actos de maltrato o crueldad con animales será castigado con la pena de presidio menor en su grado mínimo y multa de uno a 10 ingresos mínimos mensuales o sólo a esta última”.

Sin embargo, la legislación no aborda con claridad en la tipificación del delito y, por tal, prácticamente ningún juez se decide a encauzar a alguien por esta razón. ”Entonces, se transforma en letra muerta”, comentó a IPS el diputado Ezequiel Silva, de la cogobernante Democracia Cristiana.

Silva, junto al Colegio Médico Veterinario, formuló en 1995 un proyecto de ley de Protección Animal. Esa iniciativa ”ha sufrido serios trastornos, al ser cercenada en varias partes, pero nos permitió llegar a un texto que, de alguna manera, recoge específicamente algunos tipos penales y, entre ellos, las peleas de animales”, informó.

Con ese proyecto ya aprobado en Diputados y a estudio en el Senado, el legislador presentó otra propuesta en su cámara con el fin de reponer los artículos que fueron dejados de lado en el original, como por ejemplo la que aumenta las penas por maltrato de animales.

Pero el presidente del Colegio Médico Veterinario, Luis Godoy, insisten en que en las peleas de perros se configura un delito, claramente penalizado en Chile, que es la crueldad contra los animales. En ella ”se produce una concertación de individuos en un lugar y a una hora determinada para maltratar a un animal, para hacerlo sufrir y disfrutar ese sufrimiento”, detalló a IPS.

A diferencia de la crueldad, el maltrato se produce, la gran mayoría de las veces ”por desconocimiento, negligencia o por ignorancia de la gente, los que no conocen las necesidades más elementales de los animales”, afirmó el doctor.

En la práctica clínica diaria, son de rutina las consultas por lesiones, desde leves a severas, y muchas de ellas corresponden a peleas de perros. ”Los veterinarios hemos recibido denuncias de crueldad con animales en reiteradas ocasiones y hemos asesorado a la gente para que haga sus denuncias. Sin embargo, éstas nunca prosperan”, lamentó Godoy.

Al Colegio le interesa sobremanera que finalmente sea aprobada la ley de Protección Animal en Chile. Se debe legislar para educar a la gente, porque el maltrato se produce cada vez que el hombre desconoce su relación con los animales, comentó.

”El tema del maltrato no es solamente de perros, gatos y caballos. Cuando un investigador hace una investigación científica, utiliza animales y, no habiendo legislación, cabe el maltrato. Cuando un transportista traslada animales a la feria o al matadero, también”, ejemplificó el médico veterinario.

Godoy destacó la importancia de una legislación que promueva el bienestar animal, sobre todo ahora, con los acuerdo comerciales firmados con la Unión Europea.

”Los productos de origen animal, ya sea la carne, la leche, los huevos, que ellos consumen, tienen que ser producidos en condiciones mínimas de bienestar animal, como suelen exigir los países desarrollados”, subrayó.

Asimismo, Ibarra acusó de poco ”explícito” al Código Penal en torno al maltrato animal, puesto que ”para poder sancionar tiene que demostrarse y la policía tiene que descubrir in fraganti a quien comete ese delito”, sostuvo ante IPS.

No obstante, el concejal derechista indicó que la ley aún en trámite ”es mucho más mala de lo que hay, porque de un delito menor como es el que establece el Código Penal, que tiene una pena de 581 días y hasta una multa, podría quedar solamente como una falta y sancionada en el juzgado de Policía Local y no en el de Crimen, como antes”, afirmó.

El diputado Silva entiende que la difusión en los medios de comunicación de estas prácticas en aumento ”obligó a la policía y al sistema judicial a estar encima de estas cosas que, en general, para ellos son temas menores, pero que sin lugar a dudas la ciudadanía rechaza de manera contundente y mayoritaria”.

En 1978 se proclamó la Declaración Universal de los Derechos de los Animales, aprobada por la Organización de la Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura y posteriormente por la propia Organización de las Naciones Unidas.

La Declaración señala, entre otras cosas, que ”ningún animal será sometido a malos tratos ni a actos crueles” y que todo acto que implique la muerte de un animal sin necesidad es un biocidio, es decir, un crimen contra la vida”.

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