AMBIENTE: El Pentágono alerta ante cambio climático

El Pentágono —el poderoso Departamento (ministerio) de Defensa de Estados Unidos— muestra gran preocupación por el cambio climático, fenómeno que el gobierno de George W. Bush ha intentado minimizar.

Washington debe prepararse para rechazar oleadas de refugiados ambientales hambrientos procedentes de México, Sudamérica y el Caribe, según un informe encargado por la cartera que encabeza Donald Rumsfeld.

Tormentas, inundaciones y crecidas del mar más intensas, así como prolongadas sequías en Africa y Asia, originarán guerras por el suministro de alimentos, agua y energía, según el estudio, publicado por la revista estadounidense Fortune, especializada en economía.

El Pentágono entregó a Fortune el estudio elaborado por los analistas independientes Peter Schwartz y Doug Randall, de la Red Mundial de Empresarios, para que el sector privado comience a tomar en serio la amenaza del cambio climático, según observadores.

Schwartz y Randall no respondieron a los pedidos de entrevista formulados por IPS.

El cambio climático se ha vinculado durante mucho tiempo a ciclos graduales y lentos de entre 50 y 100 años, pero cada vez más evidencia atribuye las características aceleradas del fenómeno a la liberación en la atmósfera de los denominados gases invernadero.

La mayoría de estos gases se producen por la quema de combustibles fósiles —como petróleo, gas y carbón— en procesos industriales y de transporte, y al impedir la salida de los rayos del sol de la atmósfera elevan la temperatura del planeta.

Pero el gobierno de Bush puso en entredicho los cálculos de la mayoría de los científicos del mundo, al retirar en 2001 la firma de Estados Unidos del Protocolo de Kyoto de la Convención Internacional sobre Cambio Climático.

Ese tratado, firmado por el antecesor de Bush, Bill Clinton, establece metas y compromisos de los países del Norte industrial para la reducción de las emisiones de gases invernadero. La retirada de la firma de Estados Unidos pone en riesgo todo el proceso.

La investigación de hielos en el Artico y en otras regiones revela cambios abruptos en unos pocos años, informó Raymond Schmitt, científico del Instituto Oceanográfico Woods Hole, en el nororiental estado de Massachusetts, Estados Unidos.

Modificaciones del clima similares ocurrieron hace 1.300 años, en una suerte de era glacial. Otro cambio radical fue el registrado en el periodo conocido como ”pequeña era glacial”, signado por inviernos duros, tormentas violentas y sequías, concluido en el siglo XIX.

La causa de estos grandes fenómenos de cambio climático son las modificaciones de las corrientes en el océano Atlántico, cuyo flujo desde el trópico al Artico, donde se enfría, regresa al sur por el fondo del mar.

Denominada la ”cinta transportadora del Atlántico”, esta corriente ofrece permanentemente aguas cálidas, y, en consecuencia, mayores temperaturas al oriente estadounidense y a Europa septentrional.

Eso explica por qué la temperatura de Gran Bretaña es relativamente templada a pesar de que se ubica a la misma latitud que la fría Labrador, en el este de Canadá.

Si la cinta transportadora atlántica se enlentece, habría aguas menos cálidas para las regiones septentrionales, lo cual reduciría la temperatura, tal como ocurrió durante la ”pequeña era glacial”.

El recalentamiento planetario está disolviendo los hielos árticos, lo cual, además de aumentar la masa de agua fría que se dirige al océano Atlántico septentrional, podría enlentecer la cinta transportadora, dijo Schmitt en una entrevista.

”Paradójicamente, un aumento de la temperatura mundial pondría al norte de Europa en la congeladora”, agregó.

Para comprender el fenómeno, el Pentágono preguntó a científicos —no identificados en el artículo publicado por Fortune— qué sucedería si la cinta transportadora comenzara a fallar en 2010.

En ese periodo, contestaron, la temperatura promedio caería 3,5 grados en Europa y 2,8 en el este de América del Norte. Sequías masivas afectarían regiones agrícolas clave. El promedio de lluvias en Europa septentrional caerá casi 30 por ciento y el clima de esa región se asemejará al de Siberia.

Por otra parte, tormentas violentas, grandes inundaciones y sequías obligarían a 400 millones de personas a abandonar regiones que se tornarían inhabitables, agrega el informe.

La reducción de la productividad agrícola europea tendrá un enorme impacto en la seguridad alimentaria mundial, dijo Lester Brown, del no gubernamental Earth Policy Institute.

”El clima cálido y los buenos suelos de Francia le permiten a ese país producir más cereales que toda Canadá”, pero con los modelos desarrollados por los científicos contratados por el Pentágono eso cambiaría drásticamente.

Las existencias mundiales de granos están en su punto histórico más bajo, y un gran cambio climático sería desastroso, dijo Brown a IPS. ”Eso desestabilizaría los países y la economía mundial”, consideró.

No resultó sorprendente, entonces, que el informe del Pentágono trace un futuro lleno de conflictos en torno de recursos menguantes. Además, advierte que el clima en Estados Unidos también cambiará, lo cual afectará la economía.

El principal desafío de Washington será contener a los refugiados ambientales que procurarán desesperados buscar mejores condiciones de vida en el país norteamericano, para lo cual el informe recomienda al gobierno fortificar las fronteras.

Las migraciones también afectarán a Europa, pues los habitantes del norte del continente se dirigirán al sur, al igual que oleadas de personas originarias de Africa septentrional.

La sequía y la desertización ya están generando refugiados ambientales, dijo Brown. Barcos cargados de africanos intentan desembarcar en Italia, Grecia, Francia y España, y desesperados haitianos tratan de llegar a Estados Unidos.

”Tenemos grandes desafíos en el futuro, aun sin un cambio climático abrupto”, concluyó Brown.

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