Irán padece fuertes choques políticos internos, pero la relación con sus vecinos árabes nunca ha sido mejor desde que los clérigos islámicos pusieron fin a 2.500 años de monarquía en 1979.
Si bien alguna vez los otros países de Medio Oriente temieron que Irán, de lengua persa y mayoría chiita, quisiera dominarlos y promover el derrocamiento de reinos islámicos sunitas, en la actualidad los líderes iraníes son muy requeridos y visibles en conferencias y reuniones regionales.
”La sola presencia de Irán es importante. Al principio, era tabú hablar de Irán, no podíamos invitar a iraníes. Sólo podíamos reunirnos con ellos al margen de reuniones en Europa u otras regiones, pero esto ha cambiado”, comentó Abdel Reza Assiri, un experto en ciencia política de Kuwait.
Son varias las razones de esta transformación. En primer lugar, Teherán se ha esforzado por parecer más amistoso hacia los países de la región, aun con aquellos con los que tiene diferencias políticas y territoriales.
El vicepresidente iraní Mohammed Ali Abtahi emitió un mensaje sorprendente este mes en la conferencia anual del Centro de Estudios Estratégicos en Abu Dhabi, la capital de Emiratos Arabes Unidos.
”La mayor amenaza actual a la región es el fundamentalismo y el extremismo religioso”, dijo Abtahi, cuyo país alguna vez se jactó de ”exportar” su Revolución Islámica.
”Irán se enorgullece de tener buenas relaciones con los países de nuestra región. Irán tendrá seguridad cuando la región tenga seguridad, y a la inversa”, declaró.
Abtahi y el presidente Mohammed Jatami son reformistas y están enfrentados con el conservador clero islámico, que este mes proscribió a través del Consejo de Guardianes a cientos de candidatos reformistas para las elecciones legislativas del mes próximo.
El vicepresidente desea resolver amigablemente una disputa con Emiratos por tres islas en el Golfo, y prefirió no echar leña al fuego cuando la audiencia le preguntó sobre el asunto.
Además de Emiratos, Irán tiene disputas territoriales con Kuwait por algunas islas deshabitadas. Con la ayuda de Arabia Saudita, Kuwait comenzó a realizar excavaciones en la zona disputada en busca de gas natural, lo que generó la condena pública de autoridades iraníes.
Teherán también intenta enmendar sus lazos con Egipto. Luego del asesinato en 1981 del presidente egipcio Anwar el Sadat por un extremista que rechazaba la firma del acuerdo de paz con Israel, el gobierno iraní puso el nombre del asesino, Jaled al-Islambouli, a una calle de la capital.
La semana pasada, después de 23 años, las autoridades iraníes cedieron a la presión de Egipto y cambiaron el nombre de la calle como condición para la reanudación de los vínculos diplomáticos bilaterales, prevista para los próximos meses.
Algunos funcionarios de gobierno de Medio Oriente creen que la clave para contener a Irán es sencilla.
”Irán persigue una política de compromiso con otros países y pueblos, para beneficio de ambas partes”, dijo a IPS el príncipe Turki al-Faisal Bin Abdel Aziz, embajador de Arabia Saudita en Gran Bretaña.
Según Abdel Aziz, ex ministro de Inteligencia saudí, esa filosofía ha beneficiado a su país, que mejoró sensiblemente sus relaciones con Irán.
Se cree que Teherán envió cierta información a funcionarios saudíes acerca de la identidad de miembros del grupo extremista islámico Al Qaeda que huyeron de Afganistán a Irán después de los atentados del 11 de septiembre de 2001 en Estados Unidos. Varios de esos miembros son de nacionalidad saudí.
Un punto aún no resuelto entre Teherán y Riyad es si Irán tuvo alguna participación en los atentados explosivos de 1996 contra la torre Khobar en la capital saudí, que causaron la muerte a varios militares estadounidenses y a sus familiares.
Funcionarios estadounidenses, incluso el ex director del Buró Federal de Investigaciones (FBI), acusaron públicamente a Irán de haber participado en los ataques, pero el gobierno saudí guarda silencio al respecto.
Con respecto a Iraq, Irán tiene una relación de amor y odio. Ambos países pelearon una guerra de ocho años en la década de 1980, que causó la muerte a un millón de personas de ambos bandos.
Públicamente, Teherán se opone a la ocupación de Iraq por Estados Unidos, pero, según afirma, se ha abstenido de fomentar la resistencia en el país vecino. Este ”gesto de buena voluntad” no ha sido compensado por Washington, se quejó el gobierno iraní.
”La situación en Iraq y Afganistán sería mucho peor si no fuera por nuestra cooperación. A cambio, Estados Unidos nos incluyó en el 'eje del mal'”, protestó Abtahi en la conferencia de Abu Dhabi.
Los países árabes en general han respondido con reciprocidad a los esfuerzos de acercamiento de Irán.
En Abu Dhabi, Abtahi fue recibido calurosamente, y su discurso provocó numerosas señales de aprobación con la cabeza de parte del ministro de Defensa de Emiratos y anfitrión de la conferencia, el jeque Mohammed Bin Zayed Al Nahyan. (