EEUU-VENEZUELA: Enemigos casi declarados

La disputa entre Estados Unidos y Venezuela deja la mera retórica para pasar al enfrentamiento político abierto y duro, con este año como plazo para dirimirla y sin que se descarte ningún escenario para ello, advierten analistas consultados por IPS en la capital venezolana.

En apenas una semana el presidente de Venezuela, Hugo Chávez, fue objeto de fuertes críticas desde Estados Unidos, tanto del presidente George W. Bush como de su secretario de Estado, Colin Powell, de la consejera de Seguridad Nacional, Condolezza Rice, del secretario adjunto de Estado para Asuntos Hemisféricos, Roger Noriega, y del portavoz de ese despacho, Adam Ereli.

Bush aprovechó la Cumbre Extraordinaria de las Américas, del lunes y el martes en la nororiental ciudad mexicana de Monterrey, para pedir que ese ámbito abriera un camino de ”esperanza y fortaleza para quienes luchan por la preservación de sus derechos, sea en Venezuela, Haití o Bolivia”.

En una conferencia de prensa realizada junto al anfitrión de la reunión, Vicente Fox, el mandatario estadounidense habló expresamente del referéndum que trata de poner en marcha la oposición para revocar el mandato presidencial de Chávez, cuya finalización está fijada en 2006.

”Eso no puede ser retórica, porque sería una falta de seriedad absoluta, y más porque el de Estados Unidos es un gobierno de 'halcones', es decir, gente que actúa”, dijo a IPS el politólogo Alberto Garrido, autor de una decena de libros sobre el fenómeno Chávez y el Plan Colombia, de lucha contras las drogas y antiinsurgente financiado en gran parte por Washington.

También Carlos Romero, profesor de Estudios Internacionales de la Universidad Central, la principal de Venezuela, expuso a IPS su preocupación al indicar que la experiencia histórica de América Latina ”demuestra que Estados Unidos actúa de acuerdo con las circunstancias, y en un escenario de confrontación no se puede descartar una intervención militar estadounidense”.

En cambio, el canciller venezolano, Roy Chaderton, descarta la profundización del enfrentamiento y asevera que entre Caracas y Washington ”hay innumerables intereses comunes que hay que proteger y desarrollar, más allá de las pasiones fundamentalistas de quienes nos increpan sin razón”..

Entre esos intereses que tienen entre sí se cuentan los casi 1,4 millones de barriles diarios de petróleo que Caracas exporta a Estados Unidos, casi la mitad de las ventas venezolanas de ese energético.

De cualquier modo y por primera vez desde que Chávez llegó al gobierno en 1999, se ha informado que el alto mando militar venezolano estudia el escenario de una eventual invasión de fuerzas estadounidenses.

”El tema de una posible invasión de Estados Unidos a Venezuela no es una preocupación, lo que no quiere decir que no la evaluemos”, dijo al canal de televisión estatal el general de división del ejército Melvin López, secretario del Consejo de Defensa de la Nación y considerado políticamente muy próximo a Chávez.

En ese Consejo ”estudiamos y monitoreamos todos los escenarios. Tenemos en cuenta la importancia estratégica de Venezuela, con las reservas de hidrocarburos más grandes del hemisferio (América), recursos minerales, reservas de agua y una posición privilegiada frente al Caribe”, dijo López.

Garrido entiende que llega un choque entre dos proyectos políticos, el que encarna Bush y que consiste en imponer la agenda estadounidense para América Latina y el Caribe, y el de Chávez, que pretende internacionalizar su ”revolución izquierdista” y el fortalecimiento de un supuesto ”eje” antineoliberal, que a su juicio incluye a Buenos Aires, Brasilia, Caracas y La Habana.

Para Romero, la relación de Washington con Caracas ha entrado en una cuarta etapa, signada por el enfrentamiento. La primera, que ubica de 1999 a 2001, fue la de ”esperar y ver hasta dónde llegaba la retórica revolucionaria de Chávez”.

La segunda, en 2001, fue de ”mente sospechosa”, sobre el compromiso democrático de Chávez y su adecuación a los lineamientos hemisféricos, mientras que la tercera iniciada en mayo de 2003 fue la de ”haz lo correcto”, y la que se estrena ahora dice ”no quiero ser tu amigo”.

El gobierno de Venezuela y la oposición firmaron en mayo de 2003 un compromiso para zanjar la crisis política que divide al país de modo democrático, apelando para ello a los mecanismos constitucionales.

En ese marco fue que la oposición recogió firmas para tratar de poner a referéndum el mandato presidencial de Chávez, mientras que los partidarios del gobierno hicieron lo propio para sacar del parlamento a representantes opositores.

Ahora le toca al Consejo Nacional Electoral evaluar la validez de las firmas presentadas y si son suficientes para habilitar alguna de las consultas populares solicitadas, bajo constante presión de ambas partes, lo cual ya dio pie a las críticas de Washington contra el gobierno de Chávez solamente.

”Fox y yo continuaremos nuestros esfuerzos por la democracia en la región, trabajaremos con la OEA (Organización de Estados Americanos) para asegurar la integridad del proceso de referéndum revocatorio en Venezuela”, apuntó Bush en la conferencia realizada junto al mandatario mexicano en Monterrey.

Powell, unos días antes, había señalado la ”tensa y extraña” relación que tiene su país con Venezuela y con su presidente Chávez. ”Estamos satisfechos con la recolección de firmas y, si la certificación muestra que suficiente gente firmó, entonces habrá un referéndum revocatorio y el pueblo dirá como desea ser gobernado”.

Chávez interpretó de modo positivo las declaraciones de Bush y Powell, en expresiones ante la prensa en la cumbre de México. ”Van en la misma línea, de que habrá referéndum sólo si las firmas recogidas por la oposición son suficientes”, algo que es ”elemental, mi querido Watson”, bromeó.

Fueron declaraciones, según Chávez, ”mucho más inteligentes que las de su consejera”. La referencia eran las declaraciones del 9 de este mes de Rice sobre que el mandatario venezolano ”no desempeña un papel constructivo en la región”.

La funcionaria estadounidense emplazó al mandatario de Venezuela a ”demostrar que cree en los procesos democráticos, al permitir que el referéndum revocatorio avance libremente”.

Chávez respondió primero que Rice ”es una analfabeta”, y sugirió enviarle cartillas del Plan Robinson, con las que aprenden a leer miles de adultos en Venezuela. Sin embargo, luego ofreció excusas por los términos utilizados, aunque sostuvo el contenido de su respuesta ”contra una injerencia de esa señora en asuntos de la soberanía venezolana”.

En la misma semana, Ereli expresó preocupación por una supuesta alianza entre Cuba y Venezuela para promover la desestabilización de las democracias de América Latina y el Caribe, mientras que Noriega pidió una actitud vigilante de la oposición venezolana para que se respeten las reglas de juego en el tema de la revocación del mandato de Chávez.

”Todo eso significa que para Estados Unidos la estabilidad de Venezuela pasa porque se efectúe el referéndum revocatorio y, si el Consejo Nacional Electoral dice que no están las firmas y el referéndum no va, entonces quedará en enfrentamiento abierto”, comentó Romero.

A su vez, Garrido ve una escalada en este enfrentamiento verbal, ”porque el plan de Bush, dentro de la globalización militar, tiene plazos para este año, ya que antes de 2005 deben verse los éxitos de la negociación del ALCA (Area de Libre Comercio de las Américas) y del Plan Colombia”.

También este año, en noviembre, se realizarán las elecciones presidenciales en Estados Unidos, donde Bush ”deberá atender al votante anticastrista de su país, al que ofreció alcanzar una transición democrática en Cuba, que ahora ve en un eje con Caracas”, explicó.

De su lado, Chávez ejecutaría acuerdos tomados en sus reuniones con el presidente de Cuba, Fidel Castro, y para activar este año la lucha continental, según las metas fijadas en un encuentro de grupos latinoamericanos afines al partido gobernante venezolano efectuado en diciembre en Caracas, afirmó Garrido.

En el llamado Congreso Bolivariano de los Pueblos acompañaron al chavismo el nicaragüense Frente Sandinista de Liberación Nacional, el salvadoreño Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional, el brasileño Movimiento de los Sin Tiera, el boliviano Movimiento al Socialismo, el ecuatoriano Movimiento Pachacutik, de indígenas, asociaciones argentinas de trabajadores desocupados y el Partido Comunista de Cuba.

Chávez admitió días atrás que ”el presidente Bush tiene una concepción política muy distante de la mía. Yo soy un hombre de izquierda, cada día más afianzado en un pensamiento y una acción de izquierda revolucionaria y transformadora, y él es del ala más conservadora de los republicanos”. ”Esa diferencia es insalvable”, remató.

Por todas esas declaraciones y gestos, entre otras señales, los analistas políticos coinciden en que llegó a su fin el periodo de la relación en que Washington consideraba suficiente que Venezuela le asegurase el suministro de petróleo y ahora se abre un campo para la confrontación.

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