El comercio entre Estados Unidos y Africa subsahariana cayó en 2002 debido a la reducción de las exportaciones estadounidenses de productos de transporte y de las exportaciones africanas de combustibles, reconoció una agencia de Washington.
Sin embargo, el intercambio se recuperará en los próximos años debido a un acuerdo entre Washington y varios países africanos y a una nueva política energética nacional, vaticinó la Comisión Internacional de Comercio (ITC) de Estados Unidos.
En 2002, el intercambio de mercancías entre Estados Unidos y Africa subsahariana sumó 24.100 millones de dólares, frente a 27.800 millones en 2001. En el mismo período, las exportaciones estadounidenses a esa región cayeron 12,7 por ciento a 5.900 millones de dólares, y las importaciones de esa región disminuyeron 13,5 por ciento a 18.200 millones de dólares, agrega el documento.
La Comisión es una agencia federal independiente y cuasijudicial que brinda información comercial a las ramas legislativa y ejecutiva del gobierno, determina el impacto de las importaciones sobre las industrias nacionales y recomienda medidas contra ciertas prácticas comerciales consideradas desleales.
Según la agencia, su cuarto informe anual, publicado el martes, es una herramienta para que el presidente George W. Bush desarrolle una política comercial y de desarrollo integral hacia los países de Africa subsahariana, la región más pobre del mundo.
La polémica Ley de Crecimiento y Oportunidades para Africa (AGOA) podría ayudar a revertir la caída del comercio entre ambas partes, sostiene la ITC, pero activistas que se ocupan de esas relaciones comerciales sostienen que las expectativas generadas por esa norma legislativa están lejos de satisfacerse.
El Congreso aprobó la AGOA en 2000 luego de varios años de debate. La ley elimina las barreras estadounidenses a las principales exportaciones de Africa subsahariana a Estados Unidos, en particular productos textiles y vestimenta.
En los primeros 11 meses de 2001, las importaciones estadounidenses de productos abarcados por la AGOA, excepto el petróleo y otros combustibles minerales, aumentaron 96 por ciento a 1.200 millones.
Con base en este aumento, funcionarios estadounidenses afirman que su política económica en Africa subsahariana sirve de modelo de enfoque hacia el desarrollo, con énfasis en el comercio sobre la ayuda económica como vía hacia la prosperidad.
Pero los críticos señalan que esta concentración en el comercio ha servido para disimular la reducción de la ayuda estadounidense para el desarrollo de Africa subsahariana.
Además, sostienen, la AGOA otorga a Estados Unidos un arma más para esgrimir contra los gobiernos africanos que no siguen la línea de Washington en una variedad de asuntos, incluida la guerra contra el terrorismo lanzada por Bush después de los atentados del 11 de septiembre de 2001.
El acceso libre de aranceles previsto en la nueva ley no aumentó las ventas de los agricultores africanos, que todavía luchan contra las cuotas de importación y los bajos precios internacionales, resultado de los subsidios de países europeos y Estados Unidos a sus agricultores.
El último informe de la ITC sólo confirma esa tendencia, según los críticos.
Cuando se aprobó la AGOA, se suponía que iba a aumentar el intercambio. Pero ahora, (el informe de la ITC) reconoce que ese comercio ha sido inconstante, en el mejor de los casos, señaló Bill Fletcher (hijo), presidente del Foro TransAfrica, un grupo con sede en Washington.
Según el informe, la caída de las exportaciones estadounidenses a Africa subsahariana en 2002 fue causada principalmente por la disminución de la venta de equipos de transporte a Sudáfrica y Kenia, mientras que la caída de las importaciones estadounidenses de la región se debió en gran parte a la reducción de 17,9 por ciento en las ventas de productos relacionados con la energía de Nigeria.
La disminución de las importaciones de productos de energía ocurre cuando Washington intenta diversificar sus fuentes de recursos energéticos, lo que incluye reemplazar el petróleo de Medio Oriente por exportaciones de Africa.
Funcionarios estadounidenses afirman que, junto con América Latina, Africa occidental se convertirá en una de las fuentes de gas y petróleo de mayor crecimiento para el mercado estadounidense.
Según la ITC, a medida que funcionarios de gobierno, empresas nacionales e internacionales conocen las ventajas de la AGOA, Africa subsahariana continúa atrayendo inversiones.
Pero ese flujo de inversiones es desparejo, aclara el informe. El sector de los textiles y la vestimenta recibió importantes inversiones, pero otros, como la industria automovilística de Sudáfrica y la de la informática en Uganda, apenas se beneficiaron de la AGOA.
El informe prevé un aumento en el flujo de fondos extranjeros hacia Africa subsahariana, aunque las inversiones de cartera en la región cayeron de 1.000 millones de dólares en 2001 a 700 millones en 2002.
Como en años anteriores, Sudáfrica recibió casi todas las inversiones extranjeras en la región en 2002.
Las inversiones directas netas de Estados Unidos en Africa totalizaron 861 millones de dólares en 2002, lo que representa menos de uno por ciento de esas inversiones en el extranjero.