El consenso entre el gobierno de Bolivia y las empresas petroleras aún está lejos en relación a las reformas a la ley de Hidrocarburos aún está lejos, la principal demanda de las organización sociales que se levantaron para desalojar de la presidencia al derechista Gonzalo Sánchez de Lozada. La decisión del presidente Carlos Mesa de aumentar la presión tributaria a las compañías del sector y abrir posibilidades para revisar los contratos pactados por 40 años ha generado molestia entre los privados.