El gobierno de Chile contradijo el lunes al presidente de Bolivia, Carlos Mesa, y le respondió que la estabilidad democrática de su país pasa por su situación interna y no porque Santiago le otorgue una salida soberana al océano Pacífico. Mesa había señalado en un mensaje emitido el domingo por radio y televisión que la negativa chilena de otorgar a Bolivia una salida al mar puso en peligro la democracia y la estabilidad regional. "El problema marítimo boliviano se convirtió en octubre, cuando fuera derrocado su antecesor Gonzalo Sánchez de Lozada en medio de una revuelta socia, en un elemento potencial de desestabilización de la región porque se puso en juego la democracia boliviana", afirmó Mesa.