BOLIVIA-CHILE: Otro ciclo de ruptura y chovinismo

La eterna disputa territorial entre Bolivia y Chile entró en un nuevo ciclo de ruptura, condimentado de ambos lados por un chovinismo que deja en segundo plano el pragmatismo económico.

El clima hostil que impidió el jueves 15 la visita a Chile del diputado boliviano y dirigente de los campesinos cocaleros Evo Morales, así como los llamados en Bolivia a boicotear y decomisar productos chilenos, dan cuenta de un aumento de la tensión entre los dos países sudamericanos.

La Cumbre Extraordinaria de las Américas, celebrada los días 12 y 13 en la ciudad mexicana de Monterrey, fue escenario del duelo verbal de los presidentes Carlos Mesa de Bolivia y Ricardo Lagos de Chile, quien rechazó tratar en ese foro las demandas de La Paz de un acceso soberano al océano Pacífico.

Para el gobierno chileno, el asunto es de carácter bilateral y el camino para el diálogo es el restablecimiento de las relaciones diplomáticas rotas desde 1978, como lo propuso Lagos a Mesa en Monterrey, mientras las autoridades bolivianas insisten en que el enclaustramiento territorial de su país compromete al conjunto del continente.

Tanto Lagos como Mesa ganaron puntos en la opinión pública de sus respectivos países y el mandatario boliviano tuvo el éxito adicional de “multilateralizar” el conflicto que, guste o no a Chile, estará presente en todos los próximos encuentros hemisféricos de nivel gubernamental.

Por lo pronto, el tema se incorporará a la agenda “extra” de la asamblea general de la OEA (Organización de Estados Americanos), convocada para junio en Quito, donde los 34 países miembros —todos los del hemisferio, menos Cuba— deberán elegir al sucesor del actual secretario general, el colombiano César Gaviria.

El entrevero con Bolivia en Monterrey constituyó probablemente un golpe de gracia al propósito de Chile de postular para la secretaría general de la OEA al actual ministro del Interior, José Miguel Insulza, quien competiría por el cargo contra el costarricense Miguel Angel Rodríguez y el salvadoreño Francisco Flores.

De regreso de la cumbre, Lagos comentó su satisfacción con Insulza como jefe de su gabinete ministerial. Esto fue al parecer una implícita renuncia a lanzar la candidatura a la OEA, anunciada para este mes, según interpretaron medios de prensa.

Y es que así como el conflicto fortalece a Mesa en la inestable política boliviana, en Chile Lagos está dispuesto a pagar el precio de un relativo aislamiento regional a cambio de consolidar su gobierno y la alianza de centroizquierda que lo sustenta de cara a los comicios municipales de octubre de este año y los presidenciales de diciembre de 2005.

La Unión Demócrata Independiente (UDI), principal fuerza de la oposición derechista que aspira a ganar el poder con su candidato presidencial Joaquín Lavín, dio muestras de un oportunista aprovechamiento político de la crisis con Bolivia al declarar “persona non grata” a Evo Morales.

El diputado boliviano estaba invitado a Santiago por la organización no gubernamental Oceana a un encuentro sobre recursos marítimos y desarrollo sustentable, inaugurado el viernes y que finalizó este sábado.

El cogobernante Partido Socialista (PS) no quiso ir a la zaga de la UDI y su presidente, Gonzalo Martner, anunció el miércoles que no participaría en el encuentro junto a Morales, quien también fue calificado de personaje “patético” por el senador Ricardo Núñez, del mismo partido.

Marcel Claude, director de la Fundación Oceana, anunció el jueves la cancelación de la visita de Morales, debido al clima creado por “atávicos vicios de la clase política chilena”, que “transformaron un espacio de diálogo, debate e integración en un campo donde la hostilidad, la provocación y las descalificaciones son la única expresión”.

Claude denunció tergiversaciones de la figura de Morales por parte de políticos de izquierda y derecha y advirtió que este episodio aísla a Chile y menoscaba la oferta de Lagos de relaciones diplomáticas con Bolivia, al tiempo que revela el temor a abrir un debate informado sobre los alcances del concepto soberanía.

“¿Quién es hoy el dueño del mar en Chile? ¿Acaso somos todos los chilenos los que disfrutamos de los recursos marítimos?”, se preguntó el economista ambientalista, para responder que, gracias a la legislación vigente y el modelo liberal, dos monopolios explotan 80 por ciento de los recursos pesqueros chilenos.

La presencia en Chile de Morales “nos habría permitido abrir un debate sobre los problemas reales de América Latina, sobre el proceso de integración regional y la búsqueda de alternativas al modelo de desarrollo imperante en el continente”, agregó Claude.

Este sábado, el diario La Tercera de Santiago apuntó que “Evo Morales puede jactarse de haber conseguido su primer gran triunfo real sobre Chile: su frustrada visita al país logró que la clase política fuera presa de un chauvinismo que se suponía privativo de otras naciones a las que nuestras autoridades suelen mirar con distancia”.

A Morales se le acusa de promover en Bolivia un rebrote de sentimientos antichilenos, manifestados en el rechazo a exportar gas natural boliviano por un puerto del norte de Chile. Las protestas contra ese proyecto el pasado octubre provocaron el derrocamiento del entonces presidente Gonzalo Sánchez de Lozada y su reemplazo por el vicepresidente Mesa.

El conflicto marítimo marcará sin duda todo el año 2004, al cumplirse el centenario del Tratado de Paz que a comienzos del siglo XX consagró los resultados de la Guerra del Pacífico (1879-1883), en que Bolivia perdió la costera provincia de Antofagasta.

Así, la política, los sentimientos patrióticos y las heridas del pasado vuelven a predominar y marcan la pauta de un litigio que en los últimos años parecía encaminarse, desde la óptica chilena, a una solución en el largo plazo pautada por la integración económica.

Lagos enumeró en Monterrey las facilidades que Chile ofreció a Bolivia para un control operativo casi absoluto de un puerto de exportación de gas natural, al tiempo que subrayó la asimetría con que se negociaba un tratado de libre comercio entre los dos países, con arancel cero de inmediato para los productos bolivianos.

Uno de los primeros actos de gobierno de Mesa fue cancelar la negociación del tratado, lo cual le reportó un fuerte apoyo popular pero incomodó a los empresarios de su país.

“El tema marítimo es fundamental para Bolivia, pero no el único. También están las relaciones económicas y comerciales (con Chile)”, dijo el viernes Oscar Ortiz, gerente general de la Cámara de Industria y Comercio de Santa Cruz de la Sierra.

Roberto Mustafá, vicepresidente de la Confederación de Empresarios Privados de Bolivia, lamentó a su vez que “la política perjudique la relación comercial” con Chile, y coincidió con Ortiz en que Sánchez de Lozada debió aceptar la propuesta de Lagos para una concesión por 99 años de una terminal marítima para el gas natural.

“Creemos que los gremios empresariales, tanto chilenos como bolivianos, debemos hacer un llamado a la ponderación”, dijo Carlos Eugenio Jorquiera, presidente de la Cámara de Comercio de Santiago, quien informó que propuso a los empresarios del comercio de Bolivia el establecimiento de una mesa de diálogo.

Las represalias comerciales promovidas en La Paz contra Chile pueden perjudicar a los propios bolivianos, que tienen tratamiento aduanero preferencial en los puertos chilenos de Arica y Antofagasta, donde más de 60 y 11 por ciento del movimiento de carga, respectivamente, corresponden a exportaciones e importaciones bolivianas. (FIN/2004)

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