La campaña presidencial que comenzó esta semana en Argelia ofrece pocas oportunidades a la oposición, denunciaron organizaciones internacionales defensoras de los derechos humanos.
El principal candidato opositor, Ali Benflis, del Frente de Liberación Nacional (FLN), quedó inhabilitado por la proscripción y congelación de los activos de su partido, dispuesta por un tribunal el 30 de diciembre.
Benflis calificó el veredicto de golpe de estado judicial, e instó a todos los líderes opositores a unirse en un frente nacional contra los crímenes dictatoriales del régimen encabezado por el presidente Abdelaziz Bouteflika, en el poder desde abril de 1999.
Las elecciones presidenciales están previstas para comienzos de abril. En los anteriores comicios, seis candidatos opositores se retiraron en la víspera de la votación por lo que denunciaron como planes de fraude electoral.
Unos 100 diputados del FLN y numerosos partidarios de ese partido protestaron el domingo frente al edificio de la Asamblea Nacional contra la sentencia del tribunal. La policía reprimió la manifestación y hubo varios heridos, entre ellos el diputado Abbes Mejelles.
Salvo un partido que respaldó a Bouteflika, todos los demás condenaron la acción gubernamental, al igual que varias organizaciones humanitarias.
Talef Ibrahimi, líder del proscrito partido Wafa, el general retirado Rachid Benyelles, candidato presidencial, y Ali Yahia Abdenour, presidente de la Liga Argelina de Derechos Humanos (LADH), expresaron su respaldo a Benflis y anunciaron una campaña común contra Bouteflika.
Veteranos de la guerra de la independencia contra Francia, que culminó en 1962, pidieron la intervención del ejército para garantizar elecciones libres y justas.
El comandante en jefe del ejército, general Mohammed Lamari, replicó que los militares argelinos se mantendrán neutrales en el proceso electoral, y muchos observadores piensan que eso significa dejar a Bouteflika con las manos libres para reprimir.
La súbita conversión del ejército a la neutralidad política es comparable a la actitud de un granjero que espere que los pollos se ocupen de cazar a un zorro que los amenaza comentó el director del influyente diario Le Matin, Mohammed Benchicou.
Ahora el zorro reina en el gallinero, afirmó, tras señalar expresamente que el zorro es Bouteflika, los pollos son los políticos argelinos y el granjero es el ejército.
Los dirigentes de la oposición decididos a desafiar al presidente afrontan numerosos obstáculos, entre ellos la exigencia de presentar evidencia del respaldo de por lo menos 75.000 ciudadanos, distribuidos en por lo menos la mitad del país, que tiene unos 31,5 millones de habitantes y casi 2,4 millones de kilómetros cuadrados
Pocos de los 60 aspirantes a la presidencia pueden cumplir con ese requisito.
Las polémicas relacionadas con la campaña electoral han renovado el interés hacia la cuestión de los derechos humanos en Argelia.
La LADH exhibió el domingo un vídeo de la exhumación de huesos humanos, presuntamente pertenecientes a víctimas de represión militar, de una fosa común en la occidental provincia de Relizane.
Por lo menos uno de los cadáveres fue identificado en forma primaria, y es el de Hadj Abed Saidane, secuestrado en septiembre de 1996 por un grupo paramilitar llamado Los Patriotas, dirigido por el alcalde de Relizane, Mohammed Fergane, y señalado por investigadores independientes como responsable del secuestro y asesinato de por lo menos 212 personas, de 1994 a 1997.
La LADH sostiene que el ejército ha suministrado armas y otras formas de apoyo a Los Patriotas y otros grupos paramilitares. También asegura que el número de personas secuestradas y ejecutadas por esos grupos desde 1992 es cercano a 7.200.
El hijo de Saidane reconoció un encendedor que perteneció a su padre y fue hallado junto con los huesos. Es la primera vez que un cadáver hallado en una fosa común es identificado de algún modo.
Varios grupos internacionales humanitarios han instado al gobierno a iniciar una investigación sobre los casos de personas desaparecidas.
Por ejemplo, activistas de Amnistía Internacional participaron el mes pasado en una protesta junto con familiares de desaparecidos ante la embajada argelina en París, durante una breve visita de Bouteflika a la capital francesa.
En esa ocasión, los manifestantes presentaron un pedido de investigación sobre las políticas represivas en Argelia con unas 45.000 firmas.
Entre los participantes en la protesta estuvo la portavoz del comité de familiares de desaparecidos argelinos, Nassera Dutour, madre de un joven secuestrado en 1996.
Hace siete añios que ignoro si mi hijo está vivo o muerto. Quiero que se haga justicia. Bouteflika debe entender que también somos parte de Argelia, y tenemos derecho a la verdad y la justicia, dijo Nassera a IPS.
El Frente Islámico de Salvación (FIS) fue el partido más votado en la primera vuelta de las elecciones de diciembre de 1991. Tras ese resultado, el ejército canceló la realización de la segunda vuelta y lanzó una cruenta campaña contra los activistas musulmanes.
Varios ex oficiales del ejército afirmaron que en el marco de esa campaña se llevaron a cabo masacres que los mandos militares atribuyeron luego al Ejército Islámico de Salvación Army, brazo armado del FIS.
El gobierno argelino se ha rehusado a investigar la presunta participación del ejército en actos de violencia política, y Bouteflika alega que los casos de desaparición son un problema residual. (
