ZIMBABWE: Mugabe en pie de guerra

Zimbabwe tendrá otro año de graves problemas políticos, económicos y sociales. Esto quedó confirmado tras la decisión del gobierno de declarar la guerra a la oposición, a la Comunidad Británica de Naciones (Commonwealth) y a Occidente.

La gobernante Unión Nacional Africana de Zimbabwe-Frente Patriótico (ZANU-PF), en el poder desde la independencia de Gran Bretaña en 1980, con Robert Mugabe a la cabeza, amenazó con duras medidas contra lo que llamó ”agentes de la oposición” y sus aliados occidentales.

Asimismo, dispuso el retiro del país de la Commonwealth, que agrupa a los miembros del antiguo imperio británico y ahora quedó con 53 integrantes.

La medida respondió a la decisión de las ex colonias británicas en su cumbre del viernes a este lunes en Abuja, la capital de Nigeria, de prorrogar indefinidamente la suspensión de Zimbabwe. Este país sudafricano había sido suspendido de la comunidad el año pasado, a raíz de comicios presidenciales empañados por acusaciones de fraude e intimidación por medio de la violencia.

”El mensaje es claro: la Commonwealth no es vital para la existencia de Zimbabwe. Hemos decidido abandonarla porque es una organización racista y no respeta nuestra independencia, que ganamos con tanto esfuerzo”, declaró Tapiwa Padera, un líder veterano de la guerra de liberación de los años 70.

No hay vuelta atrás en el camino tomado por ZANU-PF para atender los problemas de la mayoría de la población, dijo Padera en declaraciones telefónicas a IPS luego del congreso anual del partido, celebrado el fin de semana en la ciudad sudoriental de Masvingo.

El presidente Mugabe aplaudió el apoyo que le dio su partido, así como su decisión de abandonar la Commonwealth y su respaldo al polémico programa de reforma agraria lanzado hace tres años.

La reforma se implementó mediante la ocupación (”jambanja”), a menudo violenta, de haciendas de agricultores blancos y su entrega a integrantes de la mayoría negra, en particular combatientes en la guerra por la independencia contra Gran Bretaña.

Ahora, los negros ricos se volvieron contra esos campesinos, y beneficiarios de las tierras repartidas advierten que el proceso se corrompió a favor de allegados a Mugabe.

El presidente y ex líder guerrillero cumplirá 80 años en dos meses, pero aclaró que no renunciará porque todavía está en condiciones de ejercer el mandato que le dio el pueblo y aseguró que gobernará hasta que el pueblo no lo quiera más, o hasta que se sienta demasiado cansado.

Observadores y analistas habían predicho que Mugabe permitiría al ZANU-PF designar a su sucesor el pasado fin de semana, pero el mandatario aclaró que esa nunca fue su idea.

En cambio, eligió la guerra. ”¡Icho!”, gritó Mugabe. ”¡Charira!”, respondieron sus seguidores.

La consigna, acuñada durante la guerra de liberación, significa ”¡La guerra ha empezado!” y ”¡Confrontación directa!”. Se dejó de usar en 1980, cuando llegó la independencia y Mugabe declaró la reconciliación nacional con la minoría blanca de lo que entonces era Rhodesia, luego llamado Zimbabwe.

La reinvocación de la guerra es un mal augurio para el opositor Movimiento para el Cambio Democrático (MDC), advirtieron observadores, y Mugabe se encargó de corroborar la amenaza.

”Cualquiera que piense en desestabilizarnos debe cuidarse, porque lanzaremos las fuerzas (de seguridad) sobre él. Creo que el MDC ha aprendido esta lección”, dijo el presidente.

Según Mugabe, el gobierno decidió usar la ”violencia legal” cuando Londres decidió usar al MDC para derrocarlo y detener la confiscación de granjas que poseían unos 4.500 blancos. Estos descendientes de británicos tenían más de la mitad de las tierras más fértiles del país.

Desde entonces, la oposición lanzó ”huelgas, manifestaciones y protestas sin sentido” y la industria de los blancos se le sumó, creando escasez artificial y aumentando los precios, mientras los bancos aumentaban las tasas de interés, acusó el presidente.

Además, ”numerosas fábricas” cerraron por razones políticas, para causar enojo en el pueblo y volcarlo contra el gobierno, para beneficio del MDC, aseguró.

El mandatario anunció medidas para potenciar a la mayoría negra para que pueda producir, competir y así bajar los precios, contrarrestando a los ”saboteadores”.

Por su parte, el MDC rechaza las acusaciones del presidente y denuncia continuas violaciones a los derechos humanos. La Alta Corte todavía no se pronunció sobre su impugnación de los resultados de las elecciones presidenciales y legislativas del año pasado.

Además, el gobierno no retiró los cargos de traición contra el líder del MDC, Morgan Tsvangirai, acusado de conspirar para matar a Mugabe antes de las elecciones. Si es hallado culpable, puede ser condenado a muerte. (

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