Los nueve precandidatos del opositor Partido Demócrata a la presidencia de Estados Unidos se comprometieron a duplicar los fondos destinados a la lucha mundial contra el sida, la tuberculosis y la malaria.
Los aspirantes también manifestaron su compromiso a aliviar la carga de la deuda externa de los países más afectados por estas enfermedades.
Los 30.000 millones de dólares que los precandidatos demócratas propusieron asignar a la lucha contra el sida duplican el gasto planificado por el presidente George W. Bush.
El actual gobierno promueve un paquete de ”emergencia” para desembolsar 15.000 millones de dólares para el lustro a partir del año fiscal iniciado el 1 de octubre.
Pero el plan de Bush, considerado incluso por activistas un gran avance en la lucha contra la enfermedad cuando fue anunciado en enero, tiene un comienzo lento.
La Casa Blanca pidió apenas 2.000 millones de dólares para la asistencia contra el virus de inmunodeficiencia humana (VIH), la malaria y la tuberculosis para el año fiscal 2004. Sin embargo, el Congreso legislativo elevó esa partida a 2.400 millones.
Los nueve demócratas ”asumen el desafío formulado por los principales expertos en salud del mundo”, dijo el médico Paul Zeitz, director ejecutivo de la Alianza Global contra el Sida, que copatrocina la Plataforma para Frenar el Sida sobre el que se basa el compromiso de los candidatos.
”Es hora de reconocer la verdadera escala de la calamidad del sida. Debemos hacerlo por el propio interés de Estados Unidos”, dijo Zeitz.
El experto llamó a todos los candidatos a presentar políticas detalladas en torno del VIH, que se ha cobrado tres millones de vidas este año, 75 por ciento de ellas en Africa.
El Día Mundial de Lucha contra el Sida está marcado este lunes por protestas y actos en cinco grandes ciudades estadounidenses y una veintena de recintos universitarios, así como malas noticias sobre la propagación mundial de la enfermedad.
La semana pasada, el Programa Conjunto de la ONU sobre VIH/Sida (Onusida) calculó que más de cinco millones de personas habrán contraído el virus al cabo de este año, y que 42 millones de personas en todo el mundo, entre ellas 2,5 millones de niños y niñas, viven hoy con VIH.
Mientras, el Fondo de la ONU para la Infancia (Unicef) informó que más de 13 millones de niños y niñas en todo el mundo perdieron al menos un padre de sida, 11 millones de ellos en Africa.
En algunos países de Africa austral, uno de cada cinco niños quedaron huérfanos a causa del sida, lo cual origina una gran tensión económica en las familias extendidas. Unicef describió la situación como ”apenas el comienzo de una proporción de proporciones colosales”.
En respuesta, Onusida y la Organización Mundial de la Salud (OMS) llamaron a un drástico aumento del acceso de los pacientes pobres a medicamentos antisida capaces de prolongarles la vida.
Apenas decenas de miles de africanos reciben tales tratamientos. La OMS lanzó un plan para asegurar acceso a tres millones de personas más para 2005, con la ambiciosa meta de alcanzar el tratamiento universal para 2012.
Pero lograr ese objetivo implica un financiamiento significativamente mayor al disponible hoy, en particular al multilateral Fondo Global de Lucha contra el Sida, la Tuberculosis y la Malaria, un programa inaugurado hace dos años.
El gobierno de Bush ha incrementado la asistencia para el combate a esas enfermedades, pero activistas de la lucha contra el sida y profesionales de la salud lamentan la lentitud con que ha actuado Washington y su falta de apoyo al Fondo Global, que cuenta con escasos recursos.
Estados Unidos ha aportado entre 25 y 33 por ciento de los recursos de los programas mundiales de salud, pero el gobierno de Bush pretendía entregar apenas 200 millones de dólares al Fondo Global el año próximo..
El Congreso legislativo aumentó esa contribución a 550 millones de dólares, pero el gobierno aún no accedió.
La crisis mundial del sida es uno de los puntos principales de la campaña rumbo a las elecciones presidenciales de noviembre próximo.
Organizaciones de negros estadounidenses y otros activistas —religiosos, de derechos humanos y de salud— tienen un interés particular en el modo en que Washington afronta la epidemia en Africa y el Caribe, las regiones más afectadas.
La Plataforma para Frenar el Sida, iniciada por Health GAP, la Campaña Mundial Estudiantil contra el Sida y la Asociación Estadounidense de Estudiantes de Medicina, obtuvo la adhesión de más de 100 organizaciones, entre ellas la de Médicos para los Derechos Humanos y la Iglesia Metodista Unida.
La Plataforma, a la que adhirieron los nueve precandidatos demócratas, pidieron, además de los 30.000 millones de dólares hasta 2008, miles de millones de dólares para atender las necesidades de los huérfanos a causa del sida.
También incluye la cancelación de la deuda para los países pobres, mayor atención al fortalecimiento del papel de mujeres y niñas en la lucha contra el VIH y políticas comerciales que faciliten a los países pobres la importación de medicinas genéricas.
El ex gobernador de Vermont y favorito para la candidatura demócrata a la presidencia, Howard Dean, reveló el domingo varias propuestas para la lucha contra el sida en el país y en el exterior.
”Como presidente, no permaneceré en silencio mientras esta enfermedad continúe cobrándose víctimas”, dijo Dean.
Los otros candidatos que firmaron el compromiso son el general Wesley Clark, los senadores John Edwards, John Kerry y Joe Lieberman, la ex senadora Carol Moseley Braun, los diputados Dick Gephardt y Dennis Kucinich y el clérigo cristiano Al Sharpton.
Programa Conjunto de las Naciones Unidas contra el VIH/Sida (http://www.onusida.org.co/)
Alianza Mundial contra el Sida, en inglés (http://www.globalaidsalliance.org/)
Fondo Mundial de Lucha contra el Sida, la Tuberculosis y la Malaria (http://www.theglobalfund.org/es/)
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