Chile finalizará este año con la inflación más baja de América, como consecuencia principalmente de la caída del valor del dólar y otros factores externos, lo cual, si bien refleja la fortaleza de la economía del país, plantea interrogantes respecto del futuro.
Por primera vez en la historia de Chile, hubo en 2003 cinco meses con evoluciones negativas del índice de precios al consumidor (IPC). Así, la tasa anual de inflación se situó en noviembre en uno por ciento, muy por debajo del promedio de 8,5 por ciento que calculó para toda la región la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal).
El Banco Central de Chile tiene al indicador de inflación como eje de su política monetaria y maneja las tasas de interés y otras variables sobre la base de un IPC anual no inferior a dos por ciento ni superior a cuatro por ciento. En 2002, la inflación fue de 2,8 por ciento.
La evolución de los precios hasta noviembre llevó a esta entidad emisora a decidir el 11 de este mes una reducción de la tasa de interés para sus pagarés de 2,75 a 2,25 por ciento anual, lo cual sorprendió a sectores más moderados, que esperaban una baja de sólo 0,25 puntos.
El presidente del Banco Central, Vittorio Corbo, aseguró que el directorio de le institución actuó con total autonomía para tomar esa decisión, sin presiones del sector privado ni del gobierno, donde el ministro de Hacienda, Nicolás Eyzaguirre, había manifestado preocupación por la caída excesiva de los precios.
Las caídas de precios o deflaciones reflejan normalmente un menor consumo del público o contracción de la demanda, necesaria para el crecimiento del producto interno bruto (PIB), que este año tendrá una expansión en Chile de 3,2 por ciento, superando así el registro de 2,1 por ciento del año pasado.
Una inflación baja es perfectamente consistente con un crecimiento del producto, dijo a IPS Guillermo Patillo, economista de la Universidad de Santiago de Chile. ”Nosotros podríamos tener perfectamente en el futuro una inflación de dos por ciento y crecer a siete por ciento”, explicó
La caída excesiva del IPC este año es, según el experto, consecuencia de impactos de oferta externos. ”Me refiero especialmente a precios de combustibles y a la variación del tipo de cambio, lo que a su vez ha sido influido por la variación (descenso) del dólar respecto de otras monedas”, explicó Patillo.
”En esencia, si nosotros observamos la tendencia de la inflación en Chile, si la depuramos de los efectos transitorios de 'shocks' de diversa índole que ocurren mes a mes, ella se encuentra hoy en un rango anual cercano a dos por ciento o levemente por arriba, como promedio de plazo mediano”, concluyó el economista.
Corbo indicó, en una extensa entrevista con el diario El Mercurio el día 21, que el Banco Central trabaja con escenarios de cuatro a ocho trimestres y que la última baja de la tasa de interés tiene como meta que el IPC anualizado se estacione en torno a tres por ciento en ese período.
Tras el debate sobre la inflación y la tasa de interés está el ”fantasma” de la caída del dólar que angustia a los exportadores. La divisa estadounidense llegó la tercera semana de diciembre a una cotización de 593 pesos, con lo cual acumuló en el año una baja de su cotización de casi 127 pesos.
El peso chileno registró una apreciación respecto del dólar de 14,7 por ciento en los últimos seis meses, de 15,4 por ciento en los 12 meses y de 12,9 por ciento en los últimos 24 meses.
En una encuesta, 100 exportadores de manufacturas advirtieron que sus negocios se tornarían inviables si el precio del dólar llegara a 568 pesos, pero Corbo restó dramatismo al fenómeno y aseguró que en la actualidad las ventas chilenas son más competitivas que en 2000 por los mayores retornos de las operaciones en euros, yenes japoneses y otras divisas.
”El manejo de la autoridad cambiaria es una tontería”, porque no tiene explicación que el dólar haya llegado a cotizarse hace menos de un año a 750 pesos y hoy esté en torno a los 600 pesos, señaló a IPS José Ortiz, secretario general de la Central Unitaria de Trabajadores (CUT).
Ortiz añadió que la tasa de interés pudo rebajarse en un punto en lugar de 0,50, como lo hizo el Banco Central, porque, a juicio de la CUT, ”hay una contracción económica”, debido a la política gubernamental de ”restringir el aumento salarial a los trabajadores” en este país de 15 millones de habitantes.
Según la CUT, un mejoramiento real (adicional a IPC) de los salarios de los trabajadores del sector público de dos por ciento, elevaría la tasa de inflación en torno a 3,2 por ciento, lo cual ”no tiene una incidencia mayor y evitaríamos una crisis”.
Carmen Espinoza, directora del no gubernamental Programa de Economía del Trabajo, coincidió con Ortiz en que la tasa de interés y otros mecanismos de política monetaria son insuficientes, porque un análisis integral de la economía indica que ”puede haber una nueva caída en lugar de un repunte”.
”Uno de los elementos fundamentales para iniciar el círculo virtuoso en la economía es dar la posibilidad de que aumente el consumo. Y esto pasa primero por un aumento salarial, luego por mejorar la estabilidad en los puestos de trabajo y, por último, por las inversiones que puede hacer el Estado”, explicó Espinoza a IPS.
Respecto de las inversiones estatales, la experta advirtió que habrá serias limitaciones desde el 1 de enero, con la entrada en vigencia del tratado bilateral de libre comercio con los Estados Unidos, que obliga a Chile a dar un trato igualitario a los inversores extranjeros.
”El Estado de Chile se va a ver limitado para focalizar políticas y dar recursos a inversores locales sin que la economía chilena sea acusada de una especie de 'dumping' (comparencia desleal)”, comentó Espinoza, agregando que ello afectará a entidades públicas que dan ayuda a las pequeñas y medianas empresas y ejecutan programas de desarrollo rural.
Lidia González, una ama de casa, indicó que se advierte una baja de la inflación, tanto en sus compras regulares para el hogar como en el pago de las cuotas de la deuda que contrajo para comprar su casa, pero que al mismo tiempo su marido casi no tendrá aumento de salario, porque éste se ajusta al IPC.
”Una ahorra por un lado, pero pierde por otro. Y a lo mejor hasta más pierde que gana, porque los precios pueden estar bajos ahora, pero el IPC lo pueden manejar”, comentó a IPS esta mujer de 41 años.
La inflación anual de uno por ciento de Chile a noviembre es inferior incluso a 1,8 por ciento acumulado por Estados Unidos hasta la misma fecha, según los indicadores que IPS registra regularmente.
La tasa ponderada de inflación por habitante de América latina será este año de 8,5 por ciento, con lo cual este índice retoma la tendencia de un dígito de los últimos cinco años, sobrepasada sólo en 2002, cuando la tasa fue de 12,1 por ciento, según la Cepal.
Otros países de bajo IPC anual en la región son Perú con 1,9 por ciento, El Salvador con 2,6, Bolivia con 3,3 , Argentina con 3,6 y México con cuatro por ciento.
Venezuela acumuló hasta noviembre la mayor tasa anualizada, con 26,1 por ciento, seguida en orden de magnitud por Brasil, con 11, Uruguay con 10,8, Paraguay con 9,9 y Costa Rica con 9,3 por ciento.