Analistas políticos bolivianos entienden que el presidente Carlos Mesa debe aplicar urgentes medidas económicas de impacto, que permitan transformar su "popularidad en confianza", si es que pretende permanecer al frente del gobierno hasta el 6 de agosto de 2007. El comentario refiere a las encuestas que coinciden en que ocho de cada 10 habitantes del eje central del país, la zona más poblada, están de acuerdo con que Mesa permanezca como presidente interino, cargo impuesto por el Congreso el 17 de octubre para completar el mandato del renunciante y luego fugado del país de Gonzalo Sánchez de Lozada.