Cada vez que un inmigrante somalí radicado en Estados Unidos navega por sitios en Internet de su país de origen ese empobrecido estado del Cuerno de Africa se hace cargo de todos los costos de conexión, excepto la línea local estadounidense.
En las telecomunicaciones internacionales cada país paga su tramo de la conexión, pero cuando se trata de la red mundial de computadoras Estados Unidos hace caso omiso de esa norma tradicional, como ocurre en los casos de Somalia y de otras partes del mundo en desarrollo.
Estados Unidos se despreocupa del asunto, explicó Michae Minges, jefe de la unidad de mercados económicos y financieros de la Unión Internacional de Telecomunicaciones (UIT).
Si quieres entrar, paga todos los costos, responden desde Estados Unidos en una actitud que se arrastra desde hace años, comentó Minges. Por esa razón, muchos de los más pobres países en desarrollo tienen que abonar elevadas tarifas para obtener la conexión internacional a Internet.
El experto comentó que esa es otra situación injusta, que contribuye a aumentar la brecha digital entre los países ricos y los pobres, una de las cuestiones clave de los debates de la Cumbre Mundial sobre la Sociedad de la Información, cuya primera fase sesionará del 10 al 12 de este mes en Ginebra.
Esa disparidad del acceso a las tecnologías de la información y de las comunicaciones (TIC) entre países industrializados y en desarrollo quedó reflejada en un estudio divulgado por la UIT en 1991.
La última investigación de esa agencia especializada de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), presentada este jueves en Ginebra, demuestra que la brecha persiste a pesar de que en algunos casos ha cambiado su naturaleza, observó Gary Fowler, portavoz de la UIT.
Por ejemplo, los datos sobre el acceso de las mujeres a las TIC presentan escenarios sorprendentes, como en Tailandia, donde sólo había 4,8 millones de usuarios de Internet el año pasado, equivalentes apenas a 7,8 por ciento de la población. Pero las mujeres sumaban 45 por ciento del total.
El porcentaje de mujeres usuarias de Tailandia supera a España, que tiene 43 por ciento, y también a Luxemburgo y Holanda, los dos con 42 por ciento, y a Suiza con 39.
En tanto, las mujeres españolas representaban sólo 25 por ciento de los usuarios de ese país en 1996. Seis años más tarde ascendían a 43 y las proyecciones estiman que en 2004 llegarán al borde de 50 por ciento.
Las redes de telefonía fija y móvil, que en conjunto muestran el índice de teledensidad, crecieron en la última década en los países en desarrollo de una manera impresionante, muy superior al mismo periodo inmediato anterior, reconoció Esperanza Magpantay, experta en estadísticas de la UIT.
Sin embargo, el hecho de que dispongan de nuevas líneas no significa necesariamente que tienen mayor acceso, aclaró Fowler.
La brecha digital se origina en la carencia de recursos y de conocimientos, expuso Minges. Uno de los obstáculos principales es la falta de electricidad, que en Ghana sólo llega a 20 por ciento de los hogares, en Namibia a cinco por ciento, en Senegal a 2,3 por ciento y en Mozambique a 0,4 por ciento.
El desequilibrio expuesto por los indicadores de la UIT sustenta los argumentos de los países en desarrollo, encabezados por Senegal, que pretenden la creación de un Fondo de Solidaridad Digital para financiar la expansión de las TIC.
Pero las naciones industrializadas se oponen a establecer nuevos mecanismos de financiación y proponen en cambio el empleo de fórmulas ya existentes, que en muchos son sistemas bilaterales condicionados a la ejecución de políticas específicas.
Minges compartió esas ideas, sostenidas principalmente por Estados Unidos, respecto que la solución para los países en desarrollo consiste en las inversiones privadas y en adoptar políticas para atraer ese flujo de capitales.
Numerosos ejemplos certifican el éxito de esas políticas apropiadas, dijo el funcionario de la UIT. Es sorprendente que todavía haya países remisos a adoptar esas decisiones, comentó.
Las controversias entre los estados miembros de la ONU no se limitan al tema del financiamiento. Abarcan también las cuestiones de la seguridad en Internet, del gobierno de la red, del papel de los medios de comunicación y de los derechos humanos, en particular de la libertad de expresión.
La cumbre sesionará en su primera fase del 10 al 12 de este mes y en una segunda etapa se realizará en noviembre de 2005 en Túnez, donde se revisará los temas pendientes y los resultados de la aplicación de los acuerdos que se alcancen en Ginebra.
Los textos de la declaración de principios y del plan de acción, los dos documentos que se presentarán a consideración de jefes de Estados y de gobiernos y de delegaciones, son objeto de una negociación de último momento este fin de semana.
Las organizaciones no gubernamentales han criticado a los borradores por concentrarse en los aspectos técnicos y descuidar los ángulos sociales y los derechos humanos.
Un pronunciamiento al respecto de la sociedad civil se espera se concrete este fin de semana, cuando concluya en esta ciudad la asamblea general de Congo, la organización que coordina a los grupos no gubernamentales que tienen carácter consultivo ante la ONU.