Dos siglos atrás, la monarquía española embarcó en un velero rumbo a sus colonias de América a niños huérfanos para inocularles por parejas cada nueve días la vacuna contra la viruela, que entonces asolaba el mundo como hoy lo hace el sida.
Ese recurso suplió la carencia de la época de sistemas de conservación refrigerada y dió lugar a la primera operación de salud pública internacional con el arribo de los niños portadores del anticuerpo a las posesiones de la corona en el Caribe y las costas del océano Pacífico.
En la actualidad, con la viruela erradicada por completo, la ciencia se afana por encontrar una vacuna de contundencia igual que permita enfrentar el sida (síndrome de inmunodeficiencia adquirida), el peor flagelo del último siglo que ya afecta a unas 40 millones de personas y cobra la vida de tres millones por año.
La cantidad de personas que viven con el virus de inmunodeficiencia humana (VIH) y su derivación el sida se mantiene en aumento constante al igual que el número de defunciones que provocan, confirmó Marika Fahlen, directora de de movilización social e información de Onusida.
Unas cinco millones de personas contrajeron este año el VIH, dijo Fahlen al presentar este martes el informe sobre la situación de la epidemia de sida elaborado por Onusida (Programa Conjunto de las Naciones Unidas sobre el VIH/Sida).
La enfermedad parece inconmovible a pesar de que los sanitariastas la atacan con baterías múltiples como el suministro de drogas antivirales y las medidas de prevención, que incluyen la conducta sexual segura, la educación y otras.
Pero las grandes esperanzas se depositan en el descubrimiento de una vacuna, para lo cual se viene probando sin éxito desde 1985, dijo José Esparza, especialista en la materia de la Organización Mundial de la Salud (OMS).
La provisión de medicamentos a los enfermos recobró impulso a través de la estrategia de la OMS y de Onusida conocida como ”3 x 5”, que consiste en suministrar el tratamiento antirretrovírico a tres millones de personas en 2005.
Hoy sólo reciben esas drogas unas 400.000 personas, precisó Donald Sutherland, coordinador de vigilancia, investigación, seguimiento y evaluación de la OMS.
De esas 400.000 personas que reciben antirretrovirales, un gran número en proporción, cerca de 70.000, habitan en América del Sur, la mayoría en Brasil.
Esparza observó que Brasil tomó hace muchos años la iniciativa de proporcionar a sus pacientes las medicinas antirretrovirales sin cargo alguno, pagadas por el gobierno.
El gran reto ahora es llevar estas drogas a los pacientes de Africa, un compromiso moral que el mundo debe afrontar, según el funcionario.
No es posible que la ciencia siga produciendo drogas maravillosas que cambiaron el pronóstico de los pacientes con sida en Estados Unidos y en Europa, mientras el mundo en desarrollo ve que no tiene acceso a esas drogas, insistió.
Catheribne Hankins, jefa científica de Onusida, confirmó el cuadro del sida en Africa subsahariana, dominada por un ciclo de enfermedad y muerte causado en gran parte por la falta absoluta de programas de prevenciópn y de tratamiento antirretrovírico de gran alcance.
De los 40 millones de personas contagiadas de VIH/sida en el mundo, casi 27 millones se encuentran en Africa subsahariana, que muestra una prevalencia de la enfermedad que abarca entre 7,5 y 8,5 por ciento de la población adulta.
La prevalencia en la región varía desde menos de uno por ciento en Mauritania hasta casi 40 por ciento en Botswana y Suazilandia.
Pero Esparza opinó que con la aplicación de la estrategia ”3 x 5” se renovará en Africa la esperanza en que las drogas van a ser accesibles y se revitalizarán los programas de control de sida en el todos los países en desarrollo.
El precio de esas medicinas ha bajado hoy hasta el punto de que, con menos de un dólar por día, se puede tratar a un paciente de sida con la combinación más barata, pero apropiada que la OMS recomienda.
Eso suma cerca de 300 dólares al año, un monto que sigue siendo elevado, pero ya no son los 10.000 o 15.000 dólares por enfermo que costaban hace unos pocos años.
Aunque Esparza previno que el problema no se reduce sólo el precio de la droga sino que incluye la infraestructura para distribuirla. Los tratamientos son complejos y requieren un seguimiento médico muy estricto, de modo que hay muchas voces que dicen que este optimismo africano es un poco prematuro, insistió.
Esos mismos argumentos esgrimió la industria farmacéutica internacional en 2001 cuando se debatió la autorización para que el mundo en desarrollo produjera medicamentos genéricos para atender a los enfermos de sida, como hicieron posteriormente Brasil, Sudáfrica e India.
Ante ese cuadro, Esparza presenta a la vacuna contra el sida como la mejor esperanza para controlar de una manera definitiva la epidemia.
Sin embargo, admitió que ”no es fácil ni demasiado rápido”, como demuestran aparentemente los resultados de las dos pruebas de eficacia de vacunas divulgadas este año.
En febrero se anunciaron resultados alentadores de una prueba realizada con 5.400 personas en Estados Unidos, utilizando una primera generación de vacunas llamada GP120.
Hace un par de semanas también se informó sobre una prueba con una vacuna semejante realizada en Tailandia, en Bangkok, con 2.500 hombres jóvenes que usan drogas endovenosas. Pero esa vacuna no protegió en absoluto a esta población.
Sin embargo, la experimentación con vacunas ha dejado enseñazas. Por un lado permitió comprobar que se puede seguir a las personas testigo durante tres años a pesar de que en muchos casos viven en situaciones de riesgo pues consumen drogas endovenosas.
Ahora sabemos que las pruebas se pueden realizar con los mejores niveles éticos y científicos, dedujo Esparza.
Por otra parte, se comprobó que el anticuerpo inducido por ese tipo de vacuna no protege a las personas contagiadas, por lo menos a la mayoría de la población testigo de la experimentación.
Necesitamos otro tipo de anticuerpo que estamos tratando de identificar, describió el experto de la OMS.
Otra lección aconseja incluir en las próximas pruebas los factores de género y de raza. Tendremos que abarcar a un número suficiente de mujeres y también de representantes de grupos étnicos diferentes, admitió Esparza.
Por otra parte, algunos estudios todavía no publicados confirman que los negros estadounidenses producen niveles de anticuerpo más altos que los blancos de la misma nacionalidad. Esos resultados eran desconocidos hasta hace un año.
El resultado negativo de las dos pruebas con vacunas desarrolladas en los últimos tres años indujo a miembros de la comunidad científica a buscar una solución para afrontar el desafío.
Un grupo de investigadores propuso en junio la creación de una Empresa Global para Vacunas contra el Sida basada en el modelo utilizado para obtener la secuencia del genoma humano.
La empresa será una alianza de instituciones, de agencias independientes de países en desarrollo e industrializados, de los sectores público y privado, que abarcará también a la OMS y a Onusida.
La alianza, que contará con patrocinio de la estadounidense Fundación Bill y Melina Gates se funda en el compromiso de implementar un plan científico común, precisó Esparza, quien en los próximos meses abandonará la OMS para dedicarse a ese nuevo proyecto (FIN/2003)
Programa Conjunto de las Naciones Unidas sobre VIH/Sida (Onusida)
Organización Mundial de la Salud (OMS)