ESPAÑA: ¿Tú también, Cataluña?

Cataluña buscará mayor autonomía del gobierno central español, como ya exigen los vascos, si en los comicios del próximo domingo de esa comunidad se confirma el triunfo de los sectores nacionalistas que señalan las consultas de intención de voto.

Los dos líderes catalanes más populares pese a que las encuestas marcan sendos retrocesos electorales, Artur Mas, de Convèrgencia i Unió (CiU), y el socialista Pasqual Maragall, proponen cambios al Estatuto de Autonomía para dar más poder a los organismos propios de esta nororiental comunidad española.

Cataluña, el País Vasco y las otras 15 comunidades autónomas que conforman España se gobiernan cada una de ellas con un llamado Estatuto de Autonomía, aprobados según las reglas de la Constitución española vigente desde diciembre de 1978.

Pero las posturas de Mas y Maragall son mesuradas al lado de planteos autonomistas de Ezquerra (izquierda en catalán) Republicana de Cataluña (ERC), la fuerza de mayor crecimiento y posible pieza clave en el parlamento catalán, o de la coalición Izquierda Unida (IU), que lograría entre cinco y seis escaños.

El jefe de ERC, Joseph Lluís Carod, anticipó que tras constituirse el nuevo legislativo pedirá a todas las fuerzas democráticas, exceptuando expresamente al Partido Popular (PP), que constituyan un gobierno de coalición ”para aprobar la reforma del Estatuto y un nuevo modelo de financiación”.

Con ello ”se entraría en una nueva etapa constituyente”, apuntó.

Las elecciones de este domingo renovarán el Parlamento Autónomo Catalán de 135 miembros, el que a su vez deberá designar luego al presidente de esta comunidad autónoma, que al igual que el País Vasco, tiene reconocidos dos idiomas oficiales, como son el castellano y el catalán.

El posible reclamo de más autonomía de Cataluña se uniría al del País Vasco, cuyo gobierno encabezado por el nacionalista moderado Juan José Ibarretxe ya ha exigido que se reforme su Estatuto de Autonomía.

El llamado Plan Ibarretxe, un proyecto de reforma del Estatuto Vasco al margen de la Constitución española, que plantea ”la libre asociación del País Vasco con el Estado Español”, fue admitido a trámite el 4 de este mes en el parlamento Vasco.

Ibarretxe defiende este planteo señalando que los vascos tienen identidad propia en el conjunto de los pueblos de Europa y defienden la potestad de decidir su futuro ”de conformidad con el derecho de autodeterminación, reconocido internacionalmente”.

No obstante y tal y como lo había anunciado, el gobierno español del PP, presidido por el centroderechista José María Aznar, interpuso el jueves un recurso ante el Tribunal Constitucional contra el Plan Ibarretxe.

El ministro de Justicia, José María Michavila, advirtió al respecto de que ésta es la primera iniciativa legal, pero que el ejecutivo ”no excluye cualquier otra” de las que contempla la Constitución española.

Según Michavila, en concreto, el gobierno pidió al Tribunal Constitucional que suspenda el acuerdo de las autoridades vascas del 25 de octubre por el que se aprobó el Plan Ibarretxe, y del 4 de este mes de la mesa del Parlamento Vasco.

El gobierno central de Aznar se opone a las reformas como las planteadas por el País Vasco o las que se estudian en Cataluña, como así también la principal fuerza de oposición nacional, el Partido Socialista Obrero Español (PSOE).

Sin embargo, la filial catalana del PSOE, el Partido Socialista de Cataluña (PSC), aboga por la reforma del Estatuto de Autonomía.

Según las encuestas realizadas, ninguno de los partidos ni coaliciones obtendría la mayoría suficiente para imponer a su candidato, razón por la cuál es impredecible anticipar cuáles podrían ser las coaliciones que se podrían concretar.

Las últimas encuestas coinciden en que CiU, la coalición del nacionalismo moderado que gobierna esa comunidad desde hace un cuarto de siglo, perdería entre siete y diez escaños de los 56 que tiene hoy, mientras que el PSC, la mayor fuerza de oposición, dejaría tres de los 52 lugares actuales.

En consecuencia, al no contar ninguno de los dos partidos con mayoría propia se verán obligados a negociar pactos con otras fuerzas para poder elegir al presidente del gobierno de Cataluña y luego gobernar.

CiU hechó mano en las anteriores elecciones a un acuerdo con el PP, aunque éste no ingresó en el gobierno, pero los últimos sondeos indican que el partido de Aznar perdería al menos tres escaños en el parlamento catalán, lo cual impide cualquier pacto.

Observadores señalan que una concertación que abarque a todas las fuerzas mencionadas por el izquierdista Carod será muy difícil de concretar y creen que sólo habrá una encabezada por Mas y otra por Maragall.

Mas es el ”número dos” de Jordi Pujol, quien gobierna Cataluña desde hace 25 años, mientras que el socialista Maragall fue alcalde de Barcelona entre 1982 y 1997 y presidente del Consejo de Municipios y Regiones de Europa, de 1991 a 1997.

La coalición de los partidos Convèrgencia y Unió, ambos nacionalistas moderados, defiende el derecho a la autodeterminación y el carácter de nación de Cataluña, sin mencionar expresamente su independentismo, pero dejándolo como una opción posible.

Por su parte, Maragall, contradiciendo a sus correligionarios del resto de España, no ha vacilado en defender esa reforma e incluso en plantear un modelo federalista para la articulación de toda España, incluidas las comunidades catalana y vasca.

En posición opuesta y solitaria se encuentra el PP, cuyo candidato local Josep Piqué llamó a votar en contra de ERC para evitar que alcance una ubicación clave en el próximo gobierno.

Ex militante comunista, Piqué ingresó hace tres años al PP, en cuyo gobierno central ocupó las carteras de Asuntos Exteriores y de Ciencia y Tecnología.

Piqué aseguró que CiU y el PSC están dispuestos a pactar con la izquierda republicana catalana ”ofreciéndoles cualquier cosa y dándoles lo que pidan”, para contar con el voto de sus diputados.

Al respecto, Salvador Cardús I Ros, el experimentado columnista del diario La Vanguardia, de Barcelona, tituló su último análisis ”El terremoto que se avecina”, donde advirtió que las elecciones de este domingo ”son totalmente distintas a todas las anteriores (realizadas en esa comunidad autónoma)”.

Poco después de que se conozcan resultados del escrutinio ”los esquemas de análisis que hasta ahora hemos utilizado para movernos ante la incertidumbre van a ser rápidamente olvidados, la misma noche electoral, para ser sustituidos durante los días siguientes con gran precipitación y zozobra”, apuntó.

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