Con apenas dos meses de vida, Ignacio es en México un firme candidato a morir pronto o ser un enfermo crónico por problemas respiratorios. Tiene todo en contra: es menor a un año, pobre y pasa gran parte del día en las contaminadas calles de la capital del país.
Ignacio tose, llora y duerme sujeto por una manta a la espalda de su mamá, Marta, mientras ésta pide dinero a automovilistas al lado de un semáforo a cambio de hacer malabares con un par de pelotitas.
Una investigación reveló que enfermedades respiratorias relacionadas con la contaminación del aire fueron la causa de muerte de más de la mitad de 2.852 menores de un año fallecidos de 1997 a 2001 en la noroccidental Ciudad Juárez, una localidad de un millón de habitantes fronteriza de Estados Unidos.
El estudio, realizado con el patrocinio de la Comisión para la Cooperación Ambiental de América del Norte (CCA), sólo confirmó lo que ya sabíamos por otras fuentes y es que la contaminación del aire mata a los más pequeños, así de simple, dijo a IPS Mario Hernández, un médico experto en afecciones respiratorias en niños.
No es muy difícil imaginar cuál será la situación de enfermedad y mortalidad por contaminación en el DF (Distrito Federal, la capital de México) y en otras ciudades grandes, si sólo de Juárez, con menos polución, conocemos hoy datos alarmantes, señaló.
Estudios de la Secretaría de Medio Ambiente indican que los niveles de contaminación de la atmósfera de Ciudad Juárez son hasta 40 por ciento más bajos que los de la capital mexicana, donde 300 días del año se respiran niveles de ozono superiores a los límites establecidos por normas locales.
El máximo de contaminación marcado en México es de 0,11 partes por millón (ppm) de ozono, en Estados Unidos es de 0,12 y la Organización Mundial de la Salud señala 0,11 ppm.
Autoridades de salud de la ciudad de México indican que el costo anual de la contaminación en materia de atención hospitalaria y ausentismo laboral asciende a 837 millones de dólares.
Es que 35 por ciento de la carga total de enfermedades que se registran en el país tiene su origen en factores ambientales, especialmente relacionados a la mala calidad aire, según la Secretaría (ministerio) de Salud.
Añade que los más afectados son los niños y los sectores sociales pobres por su mala alimentación.
Ya se enfermó dos veces con gripe y llora mucho, pero en general está bien, apuntó Marta al referirse a su bebé, quien respira de forma directa la gasolina que queman los motores de los automóviles.
Respecto de la contaminación, la joven madre, que para pedir dinero pinta su rostro como el de un payaso, sostuvo que la situación de Ignacio le preocupa, aunque no mucho, pues veo que mi niño está bien. No obstante, ella se queja de sufrir ardor de ojos y garganta por esta gran parte del día en la calle.
Hernández advirtió que la apariencia de Ignacio puede estar engañando a Marta. Los pulmones del niño quizá están ya debilitados por la contaminación y posiblemente no soporten una infección o que queden con problemas crónicos, explicó.
La investigación sobre contaminación en Ciudad Juárez divulgada el 10 de este mes sostiene que los menores de un año tienen reducida capacidad para metabolizar elementos tóxicos como el ozono y las partículas suspendidas.
Ambos elementos caracterizan la atmósfera de la capital y sus zonas colindantes, donde sus 20 millones de habitantes respiran el humo que emiten casi cuatro millones de automóviles y miles de industrias.
El ozono a ras del suelo se produce por una reacción química entre los rayos del sol y el combustible quemado por máquinas, mientras las partículas suspendidas comprenden al polvo, arena, ceniza, hollín y los restos de metales y humo, entre otros elementos.
En México y Estados Unidos se ha establecido que el límite de esas partículas es de 150 microgramos por metros cúbicos.
De un universo de 1.475 niños de cero a cinco años fallecidos en Ciudad Juárez entre 1997 y 2001 por enfermedades respiratorias, 1.195 eran menores a un mes de edad y 231 tenían de un mes a un año, indicó el trabajo.
La pobreza aumenta las posibilidad de morir, según demostró el estudio auspiciado por el CCA, un organismo creado en forma paralela a la puesta en marcha del Tratado de Libre Comercio de América del Norte, conformado por Canadá, Estados Unidos y México.
Los acuerdos ambientales paralelos al Area de Liber Comercio de las Américas en construcción incluyen compromisos para armonizar sus formas de medición en diversas áreas, incluido el aire. Pero esos posibles convenios, a diferencia de los comerciales, no son estrictamente vinculantes.
No se observó un aumento de la mortalidad en los niveles socioconómicos más altos, pero sucedió lo contrario con los más bajos, concluyeron los expertos.
El coordinador del programa sobre calidad del aire en la CCA, Paul Miller, declaró que los resultados de la investigación no son exclusivos de Ciudad Juárez, (pues) niveles de contaminación similares o incluso mayores se registran en otros cruces a lo largo de las fronteras entre México y Estados Unidos.
En la franja fronteriza de 3.200 kilómetros viven más de 11,8 millones de personas, 6,3 millones de las cuales reside del lado estadounidense. Casi la totalidad de esa población vive en 14 pares de ciudades, cuyo aire contaminado pasa de una a otra según la dirección que tome el viento.
La contaminación en esa zona se produce por la presencia de fábricas y el cruce constante de miles de vehículos, hechos vinculados al intenso intercambio comercial.
Miller exhortó a los dos países a reforzar sus acuerdos en cooperación ambiental en la frontera para revertir la contaminación y salvar de ella a los niños, que son los más afectados, como demostró la investigación sobre Ciudad Juárez, la primera de su tipo realizada en la frontera.
Para apuntalar la cooperación bilateral, la CEC informó que patrocinará en el futuro nuevas investigaciones en otras ciudades fronterizas también de Estados Unidos.
Los gobiernos afirman que hay mucho estudio, medición y cooperación sobre el tema de la polución, pero lo que vemos empíricamente mis colegas y yo es que cada día hay más niños enfermos y débiles en México por el pésimo aire que están respirando, declaró Hernández.