La mayoría de los palestinos residentes en los territorios ocupados por Israel ingieren apenas una comida diaria, lo cual eleva la desnutrición en Cisjordania y Gaza a los niveles de Africa subsahariana, informó la ONU.
El área está "al borde de la catástrofe humanitaria, según el informe difundido este miércoles por el relator especial de la Comisión de Derechos Humanos de la ONU (Organización de las Naciones Unidas) para el Derecho a la Alimentación, Jean Ziegler, ciudadano suizo.
El informe, basado sobre una visita a los territorios en julio así como en estadísticas recogidas el último año por agencias de la ONU y de Estados Unidos, describe el conflicto entre israelíes y palestinos como una "tragedia horripilante".
Ziegler indicó que Israel tiene derecho a tomar medidas para defenderse de los atentados, pero acusó al gobierno de Ariel Sharon de no cumplir con su obligación legal de garantizar el derecho a la alimentación de la población palestina.
Como consecuencia, en más de la mitad de los hogares palestinos se come apenas una vez por día. Esas familias dependen por completo de la ayuda alimentaria internacional.
"Muchos palestinos con quien el relator especial se reunió hablaron de tratar de subsistir con poco más que pan y té", escribió Ziegler en su informe de 24 páginas.
"El nivel desnutrición severa registrada en Gaza es hoy equivalente al de los países pobres de Africa subsahariana, una situación absurda porque Palestina era antes una economía de mediano ingreso" con una rica base agrícola, sostuvo el funcionario.
"Las consecuencias de la aplicación de las medidas de seguridad en los territorios palestinos ocupados son enteramente desproporcionadas, pues ponen en peligro la seguridad de la alimentación y el agua de la gran mayoría de los palestinos", lo cual supone un "castigo colectivo", sostiene el informe.
Ziegler exhortó a Israel a "levantar inmediatamente los cierres internos (de caminos) dentro de los territorios ocupados", pues restringen el movimiento y el acceso al alimento, y a poner fin al "régimen de toques de queda donde causan un aumento en la desnutrición y en los niveles de pobreza".
Un día antes del informe de Ziegler, la Oficina para la Coordinación de Asuntos Humanitarios de la ONU advirtió que la obra causará aun más dificultades para los civiles palestinos, y separará la vivienda de 680.000 de sus trabajos urbanos y rurales y de sus lugares de estudio.
Cuando se haya completado, la cerca de unos 640 kilómetros de extensión dejará 14,5 por ciento de la superficie de Cisjordania quedará del lado israelí o inútil para uso agrícola, agregó la Oficina.
El gobierno de Sharon asegura que la valla es necesaria para impedir el ingreso a Israel de combatientes suicidas, y sostuvo que la obra no afectará más de cuatro por ciento del territorio cisjordano y a pocos miles de palestinos.
La Asamblea General de la ONU exhortó a Israel en octubre, por una abrumadora mayoría, que interrumpiera la construcción y demoliera lo ya construido. Solo cuatro países votaron contra la resolución: Islas Marshall, Micronesia, Estados Unidos y el propio Israel.
El gobierno de Sharon da muestras de preocupación por la situación humanitaria en Palestina, en particular desde que el jefe del Estado Mayor Conjunto, teniente general Moshe Yaalon, dijo a la prensa en octubre que había riesgos de explosión social.
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+Informe de Jean Ziegler sobre el hambre en Palestina, en inglés y en formato Adobe Acrobat (http://www.unhchr.ch/pdf/chr60/10add2AV.pdf)
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