ALCA: ONG y empresarios unidos contra acuerdo «a la carta»

Grupos de la sociedad civil contrarios al Area de Libre Comercio de las Américas (ALCA) y empresarios que promueven la formación del bloque están unidos en la oposición a la propuesta de un acuerdo «a la carta», impulsada por Brasil y Estados Unidos.

La iniciativa para adaptar los puntos más contenciosos del acuerdo a las exigencias y limitaciones de cada uno de los 34 países miembros "no promoverá el desarrollo", sentenció Phil Bloomer, jefe de la campaña comercial de la organización humanitaria Oxfam, con sede en Londres.

"Tampoco mejorará la situación de los 220 millones de pobres del hemisferio (occidental). En cambio, …someterá a países pequeños a nuevas presiones políticas para que firmen acuerdos bilaterales aún más amplios que los tratados de la OMC (Organización Mundial del Comercio) y el actual ALCA", advirtió.

De hecho, Washington ya está negociando un acuerdo de libre comercio con cinco países de América Central, y anunció que desea incorporar también a República Dominicana. Perú y Colombia, y posiblemente Bolivia, Ecuador y Panamá, también comenzarán negociaciones comerciales bilaterales con Estados Unidos.

Los pactos bilaterales y plurilaterales en el continente americano surgieron como una estrategia de Washington para vencer la resistencia al ALCA de Brasil, la mayor economía de América Latina.
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Sin embargo, esos tratados terminaron por conjugarse con la propuesta brasileña de negociar un ALCA básico, "light" o "a la carta", que se adapte a las pretensiones y limitaciones de cada país.

Brasil y Estados Unidos, copresidentes de la conferencia ministerial del ALCA que se realiza esta semana en la sudoriental ciudad estadounidense de Miami, oficializaron el lunes su acuerdo de flexibilidad al presentar a la reunión su proyecto de declaración, de 32 artículos.

El plan implica que temas como subsidios agrícolas, propiedad intelectual, contratación pública, patentes y protección al medio ambiente serán negociados según la conveniencia de cada país.

"Existe un acuerdo entre el Mercosur (Mercado Común del Sur, integrado por Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay) y Estados Unidos sobre un ALCA flexible… que no imponga a los 34 países las mismas obligaciones", dijo a IPS el negociador comercial brasileño Luiz Filipe de Macedo Soares.

Organizaciones empresariales estadounidenses reunidas en Miami en el Foro Empresarial de las Américas también expresaron su preocupación por la propuesta, aunque por razones diferentes a las de la sociedad civil.

"Algunos gobiernos… propusieron cerrar varios de los nueve grupos de negociación del ALCA. Esto sería una pérdida de oportunidades (comerciales) de proporciones trágicas", declaró Larry A. Liebenow, presidente de la Cámara Estadounidense de Comercio, en un almuerzo empresarial.

Trascendió que otros países americanos, como Canadá, México y Chile (que ya tienen sus propios acuerdos comerciales con Estados Unidos), rechazan la nueva propuesta, con el argumento de que el ALCA debería beneficiar a todas las naciones por igual y no transformarse en un mosaico de acuerdos.

Funcionarios brasileños dijeron a la prensa el lunes que los viceministros de Comercio de los 34 países del ALCA (todos los de América excepto Cuba) están de acuerdo sobre "dos tercios" de la declaración que los ministros deberán aprobar antes del fin de semana.

El ALCA constituiría el mayor bloque comercial del mundo, con 800 millones de personas. El plazo establecido para su entrada en vigor es enero de 2005.

La propuesta estadounidense-brasileña parece una salida diplomática al enfrentamiento entre Estados Unidos, la principal fuerza impulsora del ALCA, y algunos países sudamericanos encabezados por Brasil, acerca del alcance del acuerdo.

Brasil criticó la negativa de Washington a recortar sus subsidios agrícolas y modificar sus leyes antidumping, alegando que aquéllos distorsionan el comercio y crean una competencia desleal, mientras éstos aumentan los aranceles y otros obstáculos a las exportaciones brasileñas como los citrus y el acero.

Organizaciones no gubernamentales (ONG) y otros países latinoamericanos, como Venezuela, sostienen que el acuerdo sólo beneficiará a las grandes empresas estadounidenses y establecerá la hegemonía de Washington en el continente americano.

Además, afirman, causará más desempleo y debilitará las normas ambientales y laborales, habilitando a las empresas a demandar a los gobiernos para obligarlos a derogar leyes nacionales.

Por su parte, la oficina del Representante Comercial de Estados Unidos (USTR), Robert Zoellick, utilizó el primer día de la conferencia de Miami para lanzar una ofensiva contra los críticos del ALCA.

Un folleto distribuido por el USTR calificó de "mitos" las acusaciones de la sociedad civil y destacó el esfuerzo de Washington para dar a las ONG "una oportunidad sin precedentes" de reunirse en un foro alternativo dentro del perímetro de seguridad de Miami.

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