ALCA: Mercosur defiende su autonomía pese a disensos

La construcción de un Area de Libre Comercio de las Américas (ALCA) equilibrado, en la que predomine la reciprocidad, es lo que dicen pretender los principales conductores del Mercosur a pesar de las disensiones internas.

El ALCA adoptará un diseño más flexible en la reunión de ministros de este jueves y el viernes en Miami de la mano de Washington y Brasilia, que presiden las negociaciones, mientras masivas movilizaciones de organizaciones sociales intentan descarrilar lo que consideran un proyecto imperial de Estados Unidos.

En ese marco, el Mercosur (Mercado Común del Sur) se presenta con algunas fisuras desde que el gobierno de Uruguay, se dispuso a transitar caminos propios para obtener mayor acceso a mercados externos, mientras sus socios, Argentina, Brasil y Paraguay, apuestas a un trabajo conjunto en esa búsqueda.

Pero la manifiesta inclinación del gobierno uruguayo de Jorge Batlle por Washington es menos grave que las disputas del pasado que ocurrían entre los socios mayores del Mercosur, destacó a IPS Cristina Pecequilo, investigadora del Centro Universitario Iberoamericano, de Sao Paulo.

Ahora Argentina y Brasil están unidos en la disposición de defender el bloque y su ”autonomía decisoria”, es decir la posibilidad de elegir los rumbos de su desarrollo, observó la experta en integración continental.

Los dos países negociarán el ALCA ”codo a codo”, aseguró el canciller argentino, Rafael Bielsa, durante la XIII Cumbre Iberoamericana realizada el fin de semana pasado en la central ciudad boliviana de Santa Cruz de la Sierra.

Incluso el nuevo perfil acomodaticio del ALCA fue adoptado también por el gobierno de Uruguay, al punto de reivindicar su paternidad.

Esta semana ”nos aproximamos a un nuevo enfoque del ALCA y concurrimos a Miami dispuestos a no aceptar fórmulas que autolimiten el comercio”, dijo el canciller uruguayo, Didier Opertti, antes de viajar a la sudoriental ciudad estadounidense para asistir a la VIII Conferencia Ministerial de las Américas.

El ALCA en discusión entre 34 países, todos los de América excepto Cuba, que ahora se ofrece ”a la carta”, con reglas generales básicas y la posibilidad de acuerdos varios bilaterales o multilaterales adicionales, le permite a Batlle seguir buscando una relación directa con Washington sin chocar con sus socios del Mercosur.

El Mercosur absorbía 52 por ciento de las exportaciones uruguayas en la década del 90, pero esa participación bajó a 25 por ciento en la actualidad. Por eso ese país tiene que buscar nuevos mercados, justifica Opertti.

”Un ALCA a la medida de cada economía no nos preocupa, bienvenido sea”, afirmó, tras indicar que Montevideo pondrá énfasis en comercio e inversiones. El reclamo por los subsidios agrícolas no figura en las conversaciones de Uruguay con Estados Unidos, pero sí a la hora de negociar sólo o en compañía con la Unión Europea.

Batlle se declara amigo del gobernador del sudoriental estado estadounidense de Florida, Jeb Bush, quien declaró ”no tener vergüenza” de defender el proteccionismo y subsidios en favor de los productores cítricos esa zona, que compiten con Uruguay, Argentina y Brasil. Jeb es hermano del presidente George W. Bush.

A pesar de ese acercamiento personal de Batlle con Jeb Bush y, por consiguiente con su hermano, el presidente de Estados Unidos, George W. Bush, ambos países no han pasado de las meras declaraciones de intención sobre iniciar conversaciones para un acuerdo bilateral de comercio.

En cambio, el Mercosur en su conjunto parece encaminarse a abrir una mesa de negociación de ese tipo con Estados Unidos, posiblemente en enero, como señalaron este miércoles en Miami el canciller de Brasil, Celso Amorim, y el subsecretario general de ese país para América del Sur, Luiz Filipe de Macedo Soares.

Por eso es que el director del Instituto de Economía de la estatal Universidad de la República del Uruguay, Walter Cancela, cree que resulta altamente peligrosa esa actitud de Batlle de no reclamar contrapartidas a Estados Unidos en el campo comercial.

Uruguay debería profundizar sus relaciones con el Mercosur y negociar en conjunto, y no orientarse por quejas respecto de iniciativas de sus socios, dijo a IPS Cancela, también uno de los economistas más destacados del Encuentro Progresista-Frente Amplio, la coalición izquierdista que aparece en las encuestas como favorita para ganar las elecciones del próximo año.

Cancela acotó que Uruguay es un país pequeño que ”está entre Argentina y Brasil, y eso no lo puede cambiar, ante lo cual lo más inteligente es tratar de incidir en las decisiones internas y externas del Mercosur”.

Otra especie de disensión interna que enfrenta el Mercosur es el movimiento de rechazo al ALCA, sea en su diseño flexible o ”light” actualmente en negociación, sea un acuerdo ”amplio” reclamado por muchos empresarios.

En Argentina tiene lugar de este jueves al miércoles 26 la Autoconvocatoria No al ALCA, una movilización promovida por movimientos sociales, partidos, iglesias y organizaciones no gubernamentales, que incluye una consulta popular para que la población se pronuncie sobre el libre comercio continental.

En Brasil el movimiento anti ALCA presiona por la realización de un plebiscito oficial durante las elecciones municipales de octubre de 2004.

El Foro Social Brasileño, que reunió más de 20.000 participantes de 1.500 organizaciones del 6 al 9 de noviembre en Belo Horizonte, capital del sudoriental estado de Minas Gerais, constituyó una gran manifestación contra el tratado.

En septiembre del año pasado, cerca de 60 organizaciones promovieron una consulta popular, recogiendo cerca de 10 millones de votos condenando el ALCA.

El acuerdo ”flexible”, que empezó a ser discutido esta semana en Miami, parece un buen camino para llevar al ”ALCA posible”, pero será ”casi nada”, un empate entre Brasil y Estados Unidos, que componen el ”núcleo de las disputas” en juego, evaluó Pecequilo.

”Ni Estados Unidos concede lo que queremos, ni Brasil lo que ellos quieren”, ya que no se abrirá el mercado estadounidense a los productos brasileños mas competitivos ni Brasil hará las concesiones deseadas por Washington en servicios, inversiones, patentes y compras gubernamentales, explicó.

Como Estados Unidos no reducirá sus subsidios agrícolas ni las barreras a los productos que mas le interesan, como azúcar, alcohol, carnes, jugo de naranja, tabaco y acero, a Brasil no representaría graves pérdidas quedar fuera del ALCA, opinó la experta.

De este modo, Pecequilo contrarió a los economistas que prevén en este caso pérdida de exportaciones tanto al gran mercado del norte como a los latinoamericanos.

* Con aportes de Marcela Valente (Argentina) y Darío Montero (Uruguay)

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