ALCA: EEUU acorrala a Brasil con pactos bilaterales

Estados Unidos decidió repartir beneficios económicos entre países de América Latina como estrategia para vencer la resistencia de Brasil al Area de Libre de Comercio de las Américas (ALCA).

Perú y Colombia, y posiblemente Ecuador, Panamá y Bolivia, anunciarán el lanzamiento de negociaciones comerciales bilaterales con Estados Unidos la semana próxima en la octava reunión ministerial del ALCA, en la sudoriental ciudad estadounidense de Miami.

Estos acuerdos se sumarán al que Estados Unidos ya celebró en septiembre con Chile y al que está negociando con los países de América Central.

El ALCA constituiría el mayor bloque comercial del mundo, abarcando 34 países americanos, desde Canadá hasta Argentina, con la notable excepción de Cuba. El plazo establecido para su entrada en vigor es enero de 2005.

Con más de 800 millones de personas, el ALCA será el mercado más grande en el mundo, una potencial mina de oro para firmas de Estados Unidos y Canadá, que venderán sus bienes y servicios.

Pero Brasil, la economía más grande de América Latina, desea antes discutir reglas contra el comercio desleal, la reducción de los subsidios agrícolas y las barreras paraarancelarias, como las medidas fitosanitarias.

Brasil, cuyas exportaciones se vieron afectadas por los subsidios a la agricultura y los aranceles al acero de Estados Unidos, calificó al ALCA como un intento de Washington para ”anexar” las economías latinoamericanas.

En representación de algunos países de su región, Brasil también pretende excluir del acuerdo los derechos de autor y propiedad intelectual, las inversiones y la contratación pública, y dejarlos a cargo de la Organización Mundial del Comercio (OMC).

Por su parte, Estados Unidos se niega a discutir sobre los subsidios agrícolas, que, según países sudamericanos, están deprimiendo los precios de los cultivos y creando una competencia desleal con las compañías agrícolas estadounidenses.

Los agricultores estadounidenses también se oponen a negociaciones que apunten a reducir los subsidios dentro del ALCA, porque el acuerdo no obligaría a sus competidores de Japón y la Unión Europea a realizar recortes similares, alegan.

Acuerdos similares provocaron el fracaso de la Quinta Conferencia Ministerial de la OMC, celebrada en Cancún, México, el pasado septiembre. En esa ocasión, 21 países en desarrollo se unieron para protestar por la negativa de los países ricos a recortar sus subsidios.

Temiendo una repetición del episodio en Miami, y bajo intensa presión de empresas nacionales, el gobierno de Estados Unidos decidió modificar su táctica sin renunciar a sus demandas originales.

Estados Unidos parece ahora más agresivo y amenazante, pretendiendo aislar a sus opositores en América Latina mediante acuerdos comerciales bilaterales con otros países de la región.

La semana pasada, Perú declaró que el Representante Comercial de Estados Unidos, Robert Zoellick, anunciaría en Miami el lanzamiento de negociaciones bilaterales de libre comercio entre ambos países. Colombia también declaró que anunciará negociaciones similares con Washington a corto plazo.

Mientras, varios empresarios y asociaciones empresariales de Estados Unidos informaron que los intentos de Washington por firmar tratados con otros países latinoamericanos están rindiendo frutos, y que también se anunciarán en Miami pactos con Ecuador, Panamá y Bolivia.

Actualmente, Washington está negociando un Acuerdo de Libre Comercio entre América Central y Estados Unidos (CAFTA) con Costa Rica, El Salvador, Guatemala, Honduras y Nicaragua.

El pasado 4 de agosto, la administración de George W. Bush notificó al Congreso que también se proponía iniciar negociaciones con la República Dominicana, con miras a integrarla al CAFTA.

El 3 de septiembre, Bush promulgó un acuerdo de libre comercio con Chile, el primero en su tipo con un país sudamericano. Chile se sumó a México y Canadá como socio de Estados Unidos en el continente.

”La estrategia es acorralar a Brasil y hacerle sentir que quedará aislado si no acepta el tipo de ALCA que Estados Unidos quiere”, opinó Sarah Anderson, del Instituto de Estudios Políticos, de Washington.

”Eso se debe a que (Estados Unidos) ve a Brasil como la joya de la corona en América”, agregó.

Con la mayor economía de América Latina y una población de casi 180 millones, Brasil ha proyectado su economía con firmeza, y ha mantenido más restricciones a las inversiones extranjeras que la mayoría de los países de la región.

El gobierno de Luiz Inácio Lula da Silva pretende concesiones comerciales de Washington a cambio de su apoyo a ciertas secciones del ALCA.

”Brasil es el mercado que las empresas estadounidenses quieren abrir. Todo esto de los acuerdos bilaterales… apunta a acorralar a Brasil. (Estados Unidos) está detrás de eso. No le importa nada un acuerdo bilateral con Panamá, por ejemplo”, señaló Anderson en una entrevista.

Rick Rowden, director de políticas del grupo ActionAid/USA, dijo a IPS que Washington está adoptando un enfoque país por país porque el ALCA es tan grande que amenaza con generar un fuerte contragolpe.

Robert Weissman, codirector del grupo Essential Action, consideró alarmante la nueva estrategia de Washington.

”Los países latinoamericanos entran en esas negociaciones sin ninguna capacidad ni estrategia para extraer algo de Estados Unidos, salvo concesiones menores de acceso a su mercado… y sin embargo consideran exitoso el solo hecho de negociar un acuerdo con Estados Unidos”, dijo Weissman.

Pero el aislamiento de Brasil no es la única táctica empleada por Washington. Este mes, Zoellick convocó a una reunión ”mini-ministerial” para intentar abatir la oposición al ALCA antes de la conferencia de Miami.

La reunión fue criticada porque ignoró a Venezuela, otro país sudamericano que expresó preocupación por las consecuencias del ALCA, y en cambio incluyó a países aparentemente receptivos hacia las pretensiones de Washington, como Chile, Colombia y Trinidad y Tobago.

Zoellick también intentó obtener el respaldo de la influyente comunidad empresarial latino-estadounidense, muchos de cuyos miembros mantienen fuertes vínculos comerciales con sus países de origen.

La semana pasada, el representante comercial invitó a empresarios latinos a la Casa Blanca para lanzar la Coalición para el Libre Comercio, un grupo que impulsará el ALCA en América del Sur.

Los críticos señalan que Estados Unidos usa su ayuda técnica o financiera para la llamada ”construcción de capacidad” en países socios con el fin de adoctrinar a sus gobernantes sobre las políticas comerciales de Washington, haciéndolos más adaptables al nuevo régimen comercial.

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