Nuevas propuestas en torno del Tratado Constitucional de la Unión Europea amenazan la ayuda al desarrollo del Sur pobre, advirtieron organizaciones no gubernamentales de Alemania y Gran Bretaña.
El Tratado Constitucional debatido por la Convención Europea, órgano encabezado por el ex presidente francés Valéry Giscard D'Estaing que revisa desde febrero de 2002 las instituciones y políticas de la UE, incluye en sus discusiones las acciones externas del bloque, entre ellas la asistencia al desarrollo.
Proyectos de enmienda presentados en las últimas semanas, dirigidas a afinar ”la coherencia legal” del Tratado, sumaron nuevos riesgos para el futuro de la cooperación, dijo a IPS Howard Mollett, de la coalición Organizaciones No Gubernamentales Británicas para el Desarrollo Exterior (BOND).
”Cada pequeño cambio tiene implicaciones legales”, agregó Mollett.
El Tratado Constitucional es objeto del mayor proceso de consultas jamás realizado por la UE, pero también afronta la más dura resistencia de organizaciones no gubernamentales que ningún convenio del bloque haya suscitado.
Más de 2.000 instituciones civiles se unieron para rechazar propuestas del Tratado. En la campaña denominada ACT4EUROPE participan, además, tres millones de activistas integrados en las 280 organizaciones que integran BOND.
La alianza había advertido en febrero que algunas disposiciones preliminares del Tratado Constitucional subordinarían la ayuda al cumplimiento, por parte de los receptores, de los objetivos de política exterior de la UE.
La amenaza es ahora aun más real de lo que parecía en febrero, indicó BOND.
En el centro de la controversia se ubica la tercera sección del borrador de Tratado Constitucional, referido a cooperación para el desarrollo y asistencia humanitaria, si bien una subsección, la tercera, se concentra en la ayuda económica, financiera y técnica.
”Cada una de estas secciones cubre una forma diferente de ayuda. Estaba bien que se las pusiera en subsecciones diferentes. La división deja en claro que la tercera subsección no cubre a los países en desarrollo sino a los de ingreso medio y los que se unirán a la UE”, explicó Mollet.
Se prevé que 10 países se unan a la UE en mayo próximo.
”Los proyectos de enmienda presentados ahora borronean la distinción entre asistencia económica, financiera y técnica y la ayuda al desarrollo”, sostuvo el activista británico.
El motivo son sutilezas de lenguaje que podría tener consecuencias perdurables y profundas en la asistencia europea, según BOND.
BOND advirtió en una declaración el martes que de aprobarse las iniciatias, eso ”empeoraría la tendencia de la Comisión Europea (brazo ejecutivo de la UE) de usar la asistencia como arma de política exterior, para apoyar a los países en las fronteras con Europa y no a los países que lo necesitan más”.
Sesenta por ciento de la ayuda asignada el año pasado por la Comisión Europea se dirigió a países de ingreso medio.
Mollet atribuyó la confusión entre las modalidades de ayuda a la ”clara lucha de poder” entre el comisario de Relaciones Exteriores, Chris Patten, y el subcomisario dedicado a asistencia al desarrollo, Poul Nielsen.
Por su parte, la Asociación de Organizaciones no Gubernamentales Alemanas para el Desarrollo (VENRO), que reúne a 100 entidades, cuestionó el martes la iniciativa de ubicar todos los instrumentos de la Comisión Europea, incluida la asistencia, a disposición del futuro ministro de Relaciones Exteriores de la UE.
El presidente de VENRO, Reinhard Hermle, consideró ”esencial que aun bajo el nuevo Tratado (Constitucional) tengamos un comisionado independiente para cooperación al desarrollo y humanitaria”,
Este comisionado, dijo Hermle a IPS desde Bonn, deberá ser miembro pleno de la Comisión Europea. ”La política de desarrollo no debe ser enguilida por la política de seguridad y de defensa. No puede convertirse en un instrumento de los intereses políticos y económicos de la UE”, agregó.