La ”Primera Compañía de Teatro de Transgéneros” de Chile es una realidad y sus integrantes ven en ella la opción de vivir de las artes escénicas para abandonar el comercio sexual, su único medio de subsistencia en una sociedad que los discrimina de otros empleos.
Cecilia, Anais Tiare, Juana Iris y la Negra son las cuatro travestis encargadas de los roles femeninos de la obra ”De remolienda”, que se presentará viernes y sábado durante enero en la sala teatral Carlos Cariola de Santiago.
Será propiamente la primera temporada de esta singular compañía que hizo su estreno el 28 de junio ante 1.000 personas, en una función organizada por el municipio de Cerro Navia, de la zona norponiente de la capital, con motivo del Día Internacional de los Derechos Humanos de las Minorías Sexuales.
Luego de ese debut, el grupo continuó trabajando con el profesor y director teatral Luis Galán para hacer la ”avant- premiere” de la obra el 15 de este mes en la sala Carlos Cariola, cedida sin costo por la Sociedad de Autores Teatrales de Chile.
Así terminaba de fructificar la idea que Evelyn Reyes, matrona de un consultorio de salud, propuso un día a Juana Iris Rubio, presidenta de TravesNavia, una organización de travestis de Cerro Navia.
TravesNavia es una organización sin fines de lucro que defiende los derechos de las minorías sexuales y realiza actividades culturales, además de talleres de prevención del virus de la inmunodeficiencia humana (VIH), transmisor del sida, para travestis que ejercen la prostitución.
El Movimiento de Integración y Liberación Homosexual (Movilh) se sumó a la iniciativa, que incluyó la contratación de Luis Galán y de Mauricio Roa, Pablo Suárez y Adolfo Sáez, actores profesionales que representan los papeles masculinos en la obra.
”De remolienda” es una adaptación de ”La remolienda”, pieza del dramaturgo Alejandro Sieveking que sentó un hito en la creación teatral chilena desde que fuera montada en 1964 por un entonces joven director teatral llamado Víctor Jara, que no era otro que el cantautor asesinado en el Estadio Chile tras el golpe de Estado del 11 de septiembre de 1973.
”Mi motivación para participar en esta iniciativa fue, en un comienzo, la plata. Fui contratado para hacer clases de teatro y dirigir. Pero al terminar el proyecto había algo más. Se estableció una comunión con 'las chiquillas' por su entrega actoral y sus ganas de hacer cosas”, dijo Galán a IPS.
”Me enamoré definitivamente de este trabajo cuando las invité a la Sala Arenas (un teatro de Santiago) a ver un montaje mío. Para ellas fue la primera vez en su vida que veían teatro de verdad. Quedaron fascinadas y eso me lo proyectaron”, agregó el director.
Galán, un profesor de teatro de vasta trayectoria que hace nueve años fundó la Compañía Cactus y que ha dirigido cinco obras a nivel profesional, habló con entusiasmo de su experiencia con la ”Primera Compañía de Teatro de Transgéneros” de Chile.
”Ninguna había hecho jamás teatro. En lo pedagógico estoy conforme con los resultados y más conforme aún en lo artístico. El resultado global es muy positivo. Quedan ripios que son normales, porque formar un actor lleva por lo menos cuatro años y nunca se termina de hacerlo”, explicó el director.
”A ellas, después de seis meses, hemos logrado 'sacarles trote'. Tienen una vocación actoral natural. La inhibición no va con 'las chiquillas', precisamente por el tipo de vida que han debido llevar. Así se avanza bastante. Cuando se inicia un actor lo primero y más difícil es desinhibirlo”, indicó Galán.
En contraste con la fluidez alcanzada en el terreno artístico, el despegue institucional de la compañía no fue fácil, debido a la discriminación contra las minorías sexuales, explicó a IPS Rolando Jiménez, presidente del Movilh.
Esta organización, que se define como ”brazo político” del movimiento homosexual, tomó inicialmente contacto con el Centro Cultural Gabriela Mistral, vinculado al cogobernante Partido Demócrata Cristiano, en busca de una sala donde hacer el estreno que finalmente se realizó en el Teatro Cariola.
”Conversé con la directora ejecutiva del Centro, Ana María Ortiz, a quien la idea (de la compañía) le pareció interesante. Incluso me dio una fecha para un día en que la sala no estaba reservada y me dijo que sometería nuestra solicitud al directorio”, contó el dirigente.
”Pero algunos días después nos dijeron que no podían prestarnos la sala porque estaba ocupada. Esa fue la explicación oficial que nos dio la señora Ortiz, pero lo cierto es que el directorio la obligó a mentirnos”, aseguró Jiménez.
”El Centro Gabriela Mistral se define como una corporación cultural humanista y cristiana, pero su actitud no fue ni humanista ni cristiana”, subrayó el presidente del Movilh.
”La creación de esta compañía es una experiencia que busca propiciar un salto en la calidad de vida de personas que tradicionalmente han sido objeto de rechazo y discriminación por parte de la sociedad. Las 'chiquillas' quieren hacer de estos un oficio para retirarse del comercio sexual”, indicó Jiménez.
Para el movimiento homosexual, el arte es un poderoso instrumento de comunicación e inserción social. El 28 de junio de 2002, con motivo del ”Día del Orgullo Gay”, hubo en la Plaza de Armas de Santiago una presentación de ”Fragmentos”, obra basada en poemas escritos por homosexuales y lesbianas.
”Más de 4.000 personas siguieron la presentación en silencio absoluto. Fue un impacto humano impresionante”, recordó Jiménez, para quien esta experiencia fue la matriz de la primera compañía de teatro de travestis.
Durante cuatro fines de semanas consecutivos de enero, el grupo vivirá su prueba de fuego con una temporada como compañía profesional y Galán confía en poder prolongar las presentaciones con una buena respuesta del público.
”Ya estamos enganchados por un tiempo largo. Somos una especie de matrimonio: nos atrevimos a formar la compañía y tenemos que continuar mientras sea posible. 'De remolienda' se nos va a saturar en un momento y entonces tendremos que montar otra obra”, sentenció el director.