Chico Buarque de Hollanda, el famoso cantautor brasileño que agregó la literatura a su arte desde 1991, logró poner su tercera novela, ”Budapeste”, entre los libros más vendidos en el país desde hace tres semanas.
Será difícil, si no imposible, que el escritor sea algún día más popular que el compositor. Las ventas de sus novelas no alcanzaron 300.000 ejemplares, mientras sus discos sumaron millones y sus canciones llegan a casi toda la población por radio, televisión, cine y teatro.
Pero en realidad Chico Buarque ya era un escritor desde que era reconocido sólo como compositor. Sus canciones se destacan principalmente por los versos y él escribió varias obras para teatro, que por ser musicales entraron en la cuenta del compositor.
En 1975 escribió una pequeña novela, ”Hacienda Modelo”, pero se considera que su carrera de novelista, ”en la madurez”, se compone de ”Estorvo” (Estorbo), de 1991, ”Benjamim”, de 1995, y la recién lanzada ”Budapeste”.
El tema de la fama y su discrepancia con el talento está de cierto modo en esta última obra. Es la historia de José Costa, un ”ghost writer” de Río de Janeiro, ”un genio” de la palabra escrita que produce artículos, tesis, discursos políticos y biografías para que otros firmen como propio.
Su éxito hace la fama de los falsos autores, pero él permanece anónimo, un talento clandestino. La actividad pone en cuestión el problema de la identidad, la distinción entre realidad e imagen.
Sirve también para sumergir al lector en un laberinto, en el vértigo de una personalidad ambigua, insegura, de imaginaciones que confunden realidad y ficción.
Después de dos novelas lúgubres, de clima pesado y personajes atormentados, Buarque abusa de ironías en ”Budapeste”. La misma profesión del protagonista, usual en el mundo político y en las autobiografías de gente famosa pero incapaz de escribir, genera situaciones extravagantes.
José Costa lleva la singularidad al extremo. En una noche pasada en Budapest, por una escala forzada del avión en que regresaba a Río de Janeiro después de participar en un encuentro de ”ghost writers” en Estambul, le encantó la lengua húngara.
En una de sus crisis existenciales, vuelve a Budapest decidido a aprender la ”única lengua que el diablo respeta”, se enamora de la maestra Krista, pero vuelve a Río de Janeiro.
En su segunda incursión, de muchos meses, alcanza a dominar el húngaro y en esa lengua su talento se manifiesta en la poesía, área en la que no se aventuraba en Brasil.
Por solidaridad dona un libro de poesía a un poeta decadente local, el cual recupera su prestigio. Pero la obra no le gusta a su novia que identifica un ”acento extranjero” en los poemas. Antes de que fuese desenmascarado, Costa, que en Budapest es llamado Zsoze Kósta, regresa nuevamente a Río de Janeiro.
Sus principios profesionales son rígidos, es inaceptable revelar públicamente su condición de verdadero autor de obras ajenas. Esto sólo se admite en las reuniones cerradas con sus colegas.
Sin el antiguo trabajo, separado de la familia y sin plata ni perspectivas, el gran escritor oculto se degrada en Río de Janeiro, hasta que el consulado húngaro lo devuelve a Budapest como invitado de una editorial, para el lanzamiento de un libro.
Se trata justamente de ”Budapeste”, una novela autobiográfica de ”su autoría”, escrita por un ”ghost writer” local, el primer marido de Krista.
El libro finaliza así, con nuestro héroe cumpliendo su papel al revés, terminando por aceparlo pese a los dolores de conciencia.
Maestro de las palabras, tanto en las canciones como en las novelas, Buarque escribe con una fluidez que absorbe al lector, pese a las muchas lucubraciones del personaje narrador.
”Es una novela de superficie”, ”sin metafísica ni psicología”, pero ”bien urdida y bien escrita”, que pone el lector en ”un laberinto de signos”, definió el psicoanalista Luiz Alfredo Garcia- Roza, quien escribió varias novelas policiales después de jubilarse como profesor universitario, al comentar ”Budapeste” para un diario.
El doble es una presencia constante en el libro, señala el comentarista. Existe el José Costa en Río de Janeiro y Zsoze Kósta en Budapest, la misma esposa de Costa en Río, Vanda, tiene una hermana gemela, la capital húngara es presentada en dos partes, Buda y Peste, separadas por el río Danubio.
Chico Buarque destaca, con el ”ghost writer”, la contradicción del escritor sumido en el anonimato en una época que valoriza la fama. No por coincidencia la nueva telenovela de la red Globo, ”Celebridad”, del guionista Gilberto Braga, trata de gente famosa.
La venta de sus novelas se benefician naturalmente de la fama del compositor, pero en este caso es posible que tenga una carrera comercial mejor que las anteriores por la atracción del tema, del estilo y de la estructura que hacen más agradable la lectura.