La misión de mantenimiento de paz de la ONU en Liberia (UNMIL) comenzó oficialmente este miércoles, tras el despliegue de unos 3.500 soldados de países vecinos y la retirada de la mayoría de los 200 uniformados estadounidenses que estaban desde agosto en la nación africana.
A los militares de Africa occidental se le unirán 12.000 de otros países. La fuerza fue creada por el Consejo de Seguridad de la ONU (Organización de las Naciones Unidas) el 19 de septiembre.
El general keniata Daniel Ishmael Opande, actual comandante de la Misión de la ONU en Sierra Leona (Unamsil), fue designado el martes al frente de la nueva fuerza por el secretario general del foro mundial, Kofi Annan.
Queremos asegurarnos de que la misión de paz se despliegue a tiempo para el desarme y la desmovilización de combatientes, dijo el representante especial del secretario general de la ONU, Jacques Klein.
El funcionario internacional lamentó la destrucción del país y urgió a un gran esfuerzo internacional de posguerra. Debemos movernos con rapidez para reducir el sufrimiento del pueblo, indicó.
Por lo menos medio millón de los 2,7 millones de habitantes de Liberia son desplazados internos, según agencias internacionales de asistencia.
El último tramo de la guerra civil comenzó en 1999, cuando la organización insurgente Liberianos Unidos para la Reconstrucción y el Desarrollo (LURD) acusó al entonces presidente Charles Taylor de dictador y lanzó una rebelión en el norte del país.
Las hostilidades, que se agravaron en junio de este año, concluyeron el 11 de agosto, cuando Taylor renunció y se refugió en Nigeria.
Decenas de miles de liberianos están refugiados en países vecinos. El Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) comenzó a registrarlos para su posterior repatriación.
Estoy preparada para regresar cuando se haya implementado el cese del fuego. Con Taylor afuera y las armas en silencio, creo que es tiempo de volver a casa, dijo Alice Toe, empresaria de 32 años radicada en Freetown.
Fuentes de la ONU en Freetown afirmaron que un contingente de soldados de Bangladesh partirán este mes de Sierra Leona a Liberia para integrarse en la UNMIL. Al parecer, la mayoría de los efectivos de la nueva fuerza para Liberia procederán de la que mantuvo la paz en el país vecino.
Mientras, los liberianos aguardan el desarme de 30.000 combatientes, entre los que figuran muchísimos niños. El gobierno de Moses Blah afirmó que esa será la prioridad una vez que la UNMIL tome el control de la seguridad.
UNMIL deberá controlar el respeto del acuerdo de cese del fuego alcanzado entre insurgentes y fuerzas del gobierno y crear una atmósfera política adecuada hacia las elecciones previstas para octubre de 2004.
La renuncia de Taylor fue consecuencia de discretas gestiones diplomáticas encabezadas por los presidentes Thabo Mbeki, de Sudáfrica, Olusegun Obasanjo, de Nigeria, John Kufuor, de Ghana, y Joachim Chissano, de Mozambique.
Tailor había encabezado hacía 14 años una rebelión con ramificaciones en Sierra Leona, Guinea y Costa de Marfil.
Las principales exportaciones de Liberia son diamantes, mineral de hierro, caucho, madera, café y cocoa.
El territorio que hoy es Liberia fue comprado en 1821 por la Sociedad Estadounidense de Colonización, con la finalidad de dar espacio a los esclavos negros libertos que comenzaban a ser problemático en Estados Unidos, en especial en el sur.
En 1847, el territorio se declaró país independiente. El nombre de su capital, Monrovia, honra al presidente estadounidense James Monroe (1817-1825).
Taylor estudió en Estados Unidos. Regresó poco después de que el sargento Samuel Doe tomara el poder en Liberia en 1980. Luego, fue nombrado director de la Agencia General de Servicios, cargo desde el cual controló la mayor parte del presupuesto del país.
Doe lo acusó de malversar 900.000 dólares, y entonces se vio obligado a huir a Estados Unidos. Taylor, pese a negar las acusaciones, fue enviado a una prisión en el nororiental estado de Massachussets ante un pedido de captura de parte de Liberia.
En circunstancias nunca aclaradas, Taylor logró escapar y huyó a Costa de Marfil para desde allí iniciar en 1989 una guerra civil que derrocaría el gobierno de Doe. A la postre, Taylor sería elegido presidente en las urnas.
El ex mandatario liberiano también fue acusado por el Tribunal Especial de la ONU para Sierra Leona de suministrar armas y entrenamiento al insurgente Frente Unido Revolucionario (RUF) de ese país a cambio de diamantes.
Miembros del RUF mutilaron a miles de civiles, incluso niños, y saquearon e incendiaron cientos de pueblos y aldeas.
El presidente y ex líder insurgente liberiano ha sido involucrado en rebeliones en Sierra Leona, Costa de Marfil y Guinea. El Grupo Internacional de Crisis, un grupo de expertos con sede en Bruselas, advirtió que la paz en la subregión será esquiva hasta que Taylor desapareciera del escenario político.
Desde la partida de Taylor, se han registrado enfrentamientos en distintas partes del país entre el gobierno interino y LURD. Ambas partes se acusaban mutuamente de violar el cese al fuego. (