Desembozados intereses empresariales y algunas buenas intenciones marcaron la inauguración este jueves en Madrid de la Conferencia de Donantes para Iraq, país petrolero devastado por la ocupación militar estadounidense.
La tarta de Iraq es muy grande y hay posibilidades para todos, dijo ante las cámaras de televisión el empresario español Manuel Valencia, vicepresidente de Técnicas Reunidas, quien participa en un foro empresarial paralelo a la Conferencia.
Técnicas Reunidas aspira a una porción de la reconstrucción de las instalaciones petrolíferas iraquíes deterioradas por la guerra, así como de la instalación de nuevas refinerías.
Tras inaugurar la Conferencia, el secretario general de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), Kofi Annan, regresó a la sede de ese organismo en Nueva York.
Su precipitado retorno y el escaso nivel de la mayoría de los delegados oficiales a la Conferencia reducen las expectativas sobre su resultado: la creación de un fondo de 40.000 millones de dólares para reconstruir el país.
Ante la prensa, Annan manifestó que su presencia en Madrid no tiene nada que ver con la opinión que yo tenga sobre el papel de la ONU en Iraq, una manera de ratificar sus críticas a la política de Estados Unidos, que ocupa militarmente el territorio iraquí desde que lo invadió en marzo.
Desde la sociedad civil también se ejerció una dura crítica a la iniciativa.
Convocada por la Plataforma contra la Globalización y la Guerra, una nutrida manifestación recorrió sin incidentes el centro de la capital española bajo el lema Conferencia de donantes, saqueo de ocupantes.
Félix García, uno de los convocantes a la protesta, dijo a IPS que el apoyo de la ONU a esta reunión es una prueba de la debilidad de ese organismo y de que no puede enfrentarse al poder de Estados Unidos.
A la marcha asistió Fernando Suárez, padre de un infante de la marina estadounidense muerto en Iraq por el fuego amigo, y que llegó a Madrid para participar en diversos actos por el retiro de Estados Unidos del territorio iraquí.
La Conferencia sufrió un duro golpe el miércoles, cuando Washington anunció que el grueso de sus aportes para reconstruir la nación árabe no se canalizará a través del fondo que el encuentro debe aprobar, pues esos recursos no asegurarían ningún retorno en negocios para empresas estadounidenses.
Annan subrayó en su discurso inaugural que la reconstrucción de Iraq no debe depender de la existencia de un gobierno soberano iraquí, y que esa tarea debería iniciarse ya.
El secretario general reclamó a la comunidad internacional una señal de que se involucrará en ese proceso, así como su compromiso a ayudar a construir un nuevo Iraq, estable, independiente y democrático.
Annan señaló asimismo tres objetivos inmediatos: que se garantice la seguridad interior, que los ciudadanos recuperen la soberanía y que se asegure la legitimidad de cualquier cambio institucional a largo plazo en las normas jurídicas, económicas y fiscales. Todo eso, añadió, afectará a las generaciones futuras.
Mientras tanto, los representantes del Consejo de Gobierno iraquí (designado por Washington) repiten una y otra vez en los pasillos y en las reuniones que los países que ayuden a Iraq ahora recibirán un trato distinto al que obtendrán los que vengan más adelante.
Necesitamos dinero, no es que tengamos que empezar de cero, sino de muy por debajo de cero, añadieron.
Uno de los integrantes del Consejo de Gobierno, Mowaffak al Rubaye, explicó que muchos edificios públicos de Bagdad, semiderruidos por los bombardeos, se encuentran ocupados por 50.000 personas sin hogar, y que se necesita construir de inmediato un millón y medio de viviendas.
José María de la Casa, de la Confederación Española de Organizaciones Empresariales (CEOE), informó que un centenar de empresas de este país se inscribieron en el registro abierto en Estados Unidos para participar en proyectos de las compañías transnacionales estadounidenses.
Pero son esas transnacionales las que ya están gestionando negocios en el país ocupado, a través del Fondo de Desarrollo Iraquí administrado por el gobierno provisional y al que irán a parar los ingresos por la venta de petróleo.
Daniel Christman, también participante del foro paralelo por la Cámara de Comercio de Estados Unidos, se manifestó impresionado por las posibilidades iraquíes para las empresas de su país en materia de infraestructura, servicios financieros, comunicaciones, sanidad y agricultura.
Para llegar a Bagdad con negocios hay que pasar por Washington, admitió en entrevista con el diario madrileño El País el empresario Bart Fisher, cofundador de la Cámara Empresarial Estados Unidos-Iraq y socio de una consultora con sede en la capital estadounidense.
Aunque ya se otorgaron los primeros grandes contratos a firmas estadounidenses, quedan miles de millones de dólares por repartir, sostuvo otro consultor y ex funcionario del Departamento (ministerio) de Defensa, Timothy Mills.
Las licitaciones se publican con plazos de apenas tres a siete días para presentar los proyectos, lo que beneficia a las empresas con conexiones o a las que tienen información previa, abundó Mills, quien representa a firmas estadounidenses en esos procesos.
Halliburton, la corporación que dirigió el vicepresidente estadounidense Dick Cheney hasta poco antes de asumir su cargo, ya cobró más de 1.400 millones de dólares por obras de infraestructura petrolera y está por adjudicarse otro contrato de 1.100 millones.
Manuel Gasset, presidente de Abengoa, una de las grandes transnacionales españolas de la construcción, opinó que los aportes de su gobierno a la reconstrucción iraquí deberían ligarse a proyectos empresariales.
De lo contrario, agregó, deberíamos tener exactamente el mismo acceso a los contratos procedentes de fondos de otros países.
Se supone que la Conferencia debería concluir con la constitución de un fondo de 40.000 millones de dólares. Pero aún no están confirmados los aportes ni la forma en que se efectuarán.
España, que se comprometió a donar 300 millones de dólares, ya informó que considera incluidos en este monto el costo de 30 millones por despachar tropas a Iraq, un envío que califica de misión humanitaria.
Estados Unidos podría aportar 15.000 millones de dólares, pero manejando su destino desde Washington.
Japón se apuntó con 1.500 millones, Gran Bretaña con 910 millones, Canadá con 220 millones y la Unión Europea con 230 millones. Alemania anticipó un monto de 220 millones de dólares, en tanto que Francia anunció que no aportará ni un céntimo.
Entre tanto, se espera que el fondo supere los 40.000 millones de dólares, a partir de cálculos del Banco Mundial que estima en 35.000 millones de dólares el costo de la reconstrucción de infraestructura, más otros 16.000 millones no contemplados por ese organismo y que se requieren para recuperar la industria petrolera.
Pero la primera jornada de la Conferencia parece indicar que es poco probable un acuerdo al respecto en Madrid.
El presidente del gobierno español, José María Aznar, anticipó que el encuentro sería sólo el comienzo.
La reconstrucción es una inmensa privatización del conjunto de Iraq como Estado, dijo el coordinador general de Izquierda Unida, la tercera fuerza política de España, Gaspar Llamazares.
Por su parte, la organización humanitaria Médicos Sin Fronteras hizo notar que la situación sanitaria de Iraq es muy delicada y criticó a la Conferencia de Donantes pues la fase que sufre el país es la de la inestabilidad y no la de la reconstrucción, dijo a IPS su portavoz.
Al encuentro asisten los cancilleres de Arabia Saudita, Bulgaria, Bahrein, Dinamarca, Egipto, Emiratos Arabes Unidos, Eslovaquia, Eslovenia, España, Estados Unidos, Irán, Italia, Japón, Kuwait, Marruecos, Pakistán, Polonia, Qatar y Túnez.
Funcionarios de menor rango o embajadores representan a Alemania, Argelia, Australia, Austria, Bulgaria, Canadá, Chile, China, Chipre, Corea del Sur, Dinamarca, Egipto, El Salvador, Estonia, Finlandia, Francia, Grecia, Guatemala, Hungría, India, Irán, Irlanda, Japón y Jordania.