El presidente de Irán, Mohammad Jatami, perdió oportunidades de afianzar su autoridad sobre los religiosos conservadores que controlan este país musulmán, dijo la recién galardonada con el premio Nobel de la Paz Shirin Ebadi.
Entrevistada por IPS, la abogada y activista de derechos humanos, de 56 años, no ocultó su desilusión con el presidente Jatami, clérigo chiita que encabeza el ala moderada de la Revolución Islámica triunfante en 1979.
El presidente Jatami ha hecho bien en actuar dentro del marco de la constitución, pero creo que la autoridad que le confiere la constitución no es suficientemente fuerte, dijo Ebadi.
Creo que el presidente debió haber presentado un proyecto de ley para incrementar su poder y modificar las normas electorales cuando comenzó su periodo, hace casi seis años. Pero perdió esas oportunidades, sostuvo.
Pero respeto la posición de Jatami respecto del premio Nobel de la Paz, agregó. El presidente había dicho que el galardón estaba motivado políticamente y que no era tan importante como los premios científicos y culturales.
De todos modos, acotó: No me gustaría jamás estar en el poder y ser una política. Siempre querré estar con la gente y hacer campaña por los derechos humanos.
En Yousefabad, barrio de clase media de Teherán, los vecinos de Ebadi creen que el premio a la abogada tendrá impacto en la libertad de expresión en Iraq.
La noticia del premio pareció tomar por sorpresa tanto al gobierno como a la propia Ebadi. Las estaciones de radio estatales, controladas por los conservadores religiosos, esperaron horas para anunciar el premio escuetamente.
Ebadi se encontraba en el extranjero cuando supo el 10 de este mes que recibiría el premio. Al regresar a su país, miles de personas la recibieron con carteles que decían Los derechos femeninos son derechos humanos, amada Ebadi, eres el símbolo de Irán y los prisioneros políticos deben ser liberados.
La clase media de Irán ha mostrado contención y paciencia. Muchos fueron al aeropuerto Mehrabad de Teherán a recibir a Ebadi. Iban de un lado para el otro, pues la policía de la seguridad sembró a propósito confusión sobre el lugar donde arribaría su avión, dijo el abogado Monir Hasanpour.
La insatisfacción con la marcha política y económica del país fueron el marco del recibimiento de Ebadi. Miles fuimos por nuestros propios medios para dar la bienvenida a una dama iraní y para gritar 'vergüenza, Jatami', dijo Roghiyeh Rahmati, de 75 años, quien debe apoyarse en su nieta para caminar.
Los diarios y la televisión hicieron todo lo posible para que fuéramos muy pocos, dijo la nieta de Rahmati, de 20 años.
Ebadi fundó en 1994, junto con otras mujeres, la Sociedad de Protección de los Derechos Infantiles, que presionó al parlamento para que aprobara leyes acordes con la Convención sobre los Derechos del Niño de la Organización de las Naciones Unidas
Como abogada también defendió a muchas víctimas de violaciones de derechos humanos. Ella misma fue detenida por orden judicial en junio de 2000.
Ahora, Ebadi considera la posibilidad de representar al hijo de Zahra Kazemi, la fotógrafa de prensa canadiense detenida el 23 de junio y asesinada a golpes en la cárcel. Es demasiado pronto, pero espero que su sangre ayude a germinar la libertad de expresión de todos los periodistas del mundo, dijo. (