Organizaciones de defensa de la infancia lanzaron esta semana en Serbia una campaña regional contra el tráfico de niños, niñas y adolescentes, en medio de informes que sugieren un aumento alarmante de esa práctica criminal en Europa.
Los Balcanes se han convertido en la región de paso del creciente tráfico de menores desde Europa oriental hacia Europa occidental.
Luego de atravesar este país balcánico, terminan en Albania o en la costa de Montenegro, de donde es fácil transportarlos en barco a Italia y otros países de Europa occidental, explicó a IPS Vlastimir Vulikic, jefe del departamento de menores infractores del Ministerio del Interior.
La campaña contra el tráfico infantil, implementada por el grupo británico Save the Children UK junto con varias organizaciones locales, incluye afiches callejeros y avisos televisivos que advierten sobre los peligros que corren los niños y adolescentes, en especial los más desfavorecidos de la sociedad.
Este tráfico se ha vuelto la tercera actividad criminal más lucrativa del mundo, luego del tráfico de drogas y el de personas adultas, destacó Jasminka Milutinovic, de Astra, una organización no gubernamental (ONG) de Belgrado que ayuda a los menores víctimas de abusos.
Según el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef), cada año unos 1,2 millones de niños, niñas y adolescentes son víctimas de traficantes que los venden para fines de explotación sexual y laboral.
Hemos registrado un aumento alarmante del tráfico infantil, en especial desde antiguos países comunistas de Europa central y oriental, dice el informe de Unicef, publicado en junio.
Aunque no se conoce con certeza el número de niños que son sacados cada año de Europa oriental, se estima en decenas de miles, agrega.
El Pacto de Estabilidad para Europa Sudoriental, subordinado a la Unión Europea, publicó un informe que identifica al tráfico de menores como el problema más grave de la región.
El informe abarca Albania, Bosnia-Herzegovina, Bulgaria, Macedonia, Moldavia, Rumania y Serbia y Montenegro.
Croacia no fue incluida porque las autoridades no desarrollaron aún un método para identificar y asistir a las víctimas. Desde 2000, Croacia sólo detectó a cinco víctimas de tráfico, pero se estima que el número es muy superior.
Según el informe, se identificaron más de 5.000 víctimas de tráfico humano en los Balcanes entre enero de 2000 y junio de 2003. El documento no especifica el número de víctimas infantiles, pero sostiene que está en pronunciado aumento.
En Bulgaria, la mitad de las víctimas del tráfico humano son menores de 18 años. En Albania, el porcentaje trepa a 65 por ciento, sostiene el documento.
Los niños víctimas del tráfico son utilizados para mendigar y robar, para el comercio sexual y el mercado de la pornografía, explica.
Antes, los menores víctimas del tráfico eran africanos y asiáticos. Ahora son llevados de antiguos países comunistas a Europa occidental, donde los convierten en esclavos sexuales o delincuentes, explicó Vulikic.
El tráfico de niños es el resultado de una pobreza devastadora. Sus víctimas proceden de estratos sociales que carecen de todo, en lo económico, lo educativo y lo emocional, sostuvo el funcionario.
Los menores son seducidos por promesas de una vida mejor en el exterior con poco trabajo y buenos ingresos, y sus padres también, agregó.
El intermediario del tráfico que persuade a los padres para que dejen viajar a sus hijos al exterior procede en general del entorno inmediato.
Es un amigo, un vecino. Los padres del menor confían en esa persona y creen en el mundo imaginario que les presenta. Lo más triste es que el niño es tratado como un objeto por sus padres, el intermediario y todos los otros, explicó Vulikic.
La policía serbia sólo unió esfuerzos con el resto de la región el año pasado, pero pocos de los menores desaparecidos terminan como casos policiales. Según estadísticas gubernamentales, el año pasado se registraron apenas 74 casos de tráfico de niños en Serbia.
El pasado diciembre, la policía descubrió en el aeropuerto de Belgrado a una adolescente gitana de 14 años que iba a viajar con un hombre que no era su padre. Sus pasaportes tenían el mismo apellido, pero el de la menor era falso.
Investigaciones posteriores revelaron que la madre la había vendido por 300 dólares a un intermediario.
En Albania, un niño de tres años fue entregado por sus padres a cambio de un televisor a color. El intermediario lo llevó a Italia, donde, según dijo, lo vendió a una familia que deseaba adoptar un niño.
La semana pasada, medios de prensa italianos denunciaron la existencia de un centro de tráfico en la localidad de Pescara, donde investigadores descubrieron a unos 30 menores de 14 años ocultos, procedentes de Albania.
Las autoridades albanesas habían detenido al cabecilla de la red de tráfico este año.
Los expertos consideran que casi no hay esperanza para las víctimas.
Sus probabilidades de recuperación o reintegración son muy reducidas. Lleva mucho tiempo y esfuerzo, si es que es posible, dijo a IPS el psicólogo Zarko Trebjesanin. (