La abrupta renuncia del subsecretario de Defensa para Seguridad Internacional, J. D. Crouch II, parece sugerir cierta intención del gobierno de Estados Unidos de atemperar rasgos controvertidos de su política exterior.
El Pentágono (Departamento de Defensa) anunció este miércoles que la renuncia de Crouch se haría efectiva este viernes, lo cual dejaría al funcionario libre para volver a la vida académica en la Universidad Estatal del Sudoeste de Missouri.
El anuncio no explicitaba la razón de su partida ni la forma repentina en que se ocurría. Tampco se conoce el nombre de su sucesor.
Crouch ha sido vinculado con muchas de las figuras dentro y fuera del gobierno de George W. Bush que han promovido tras la guerra fría el predominio militar de Estados Unidos
Se dijo que su renuncia fue voluntaria, pero algunas fuentes indicaron que el hecho marca una pérdida de influencia del ala más derechista del gobierno, los denominados neoconservadores, concentrados en las oficinas del Pentágono y entre los colaboradores más cercanos del vicepresidente Dick Cheney.
Este movimiento y otros que pueden seguirlo son vinculados en los corrillos de la Casa Blanca con la campaña por la reelección de Bush en los comicios de noviembre de 2004.
En su cargo en el Pentágono, Crouch respondía ante el subsecretario de Defensa para Asuntos Políticos, Douglas Feith, cuya oficina ha estado a cargo de la estrategia de posguerra en Iraq.
Feith también supervisaba el trabajo de la hoy disuelta Oficina de Planes Especiales, acusada por agentes de inteligencia de fraguar pruebas sobre los supuestos arsenales del depuesto régimen encabezado en Iraq por el desaparecido Saddam Hussein y de sus vínculos con el líder radical islámico Osama bin Laden.
Estas pruebas fueron empleadas para convencer al público y a otros países de acompañar la invasión liderada por Estados Unidos contra Iraq, iniciada el 20 de marzo y declarada formalmente finalizada el 1 de mayo.
Por esa razón, la oficina de Feith es hoy blanco de críticas, dado el elevado costo humano y financiero de la operación militar y sus consecuencias en la popularidad de Bush medida por las encuestas.
Crouch, experto en control de armas, tuvo muy poco que ver con la preparación de la guerra, pero se destacaba por sus posturas extremadamente unilateralistas en varios asuntos clave de política exterior.
El experto se ha opuesto al Tratado de Misiles Antibalísticos de 1972, la Convención de Armas Químicas y el Tratado para la Prohibición Completa de Pruebas Nucleares, y ha promovido acciones militares contra Cuba y el desarrollo de armas químicas y nucleares ofensivas.
Antes de su designacion en 2001, también criticó la decisión de Bush de retirar las armas nucleares de Corea del Sur y llamó al gobierno a destruir unilateralmente instalaciones sospechosas de albergar fábricas o bases de esas armas en Corea del Norte.
La partida de Crouch es una manifestación de incipientes cambios en la política exterior, que se alejaría así de las expresiones más derechistas, según expertos.
Las movidas comenzaron con la creación de un comité conjunto integrado por representantes de diversas agencias gubernamentales a cargo de coordinar la política en Iraq, anunciada por la consejera de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, Condoleezza Rice, a comienzos de mes.
La inusualmente irritada reacción del secretario (ministro) de Defensa, Donald Rumsfeld, dejó en evidencia de que la medida era algo más que cosmética.
Por otra parte, Bush propuso este mes la firma de un acuerdo de seguridad entre Estados Unidos y otras cuatro naciones de Asia si Corea del Norte concretaba un desmantelamiento verificable de su programa nuclear. La iniciativa no es tan lejana del pacto bilateral de no agresión formulado inicialmente por Pyongyang.
El martes, el subsecretario de Estado Richard Armitage afirmó ante el Congreso legislativo que Washington no pretende un cambio de régimen en Irán y que, de hecho, se comprometería en un diálogo sobre el programa nuclear del país islámico, entre otros asuntos.
Y el miércoles, Bush decidió permitir una reunión entre Rice y el visitante ministro de Defensa chino, general Cao Gangchuan, a pesar de las presiones en contrario del Pentágono.
”Esto podría ser el comienzo de un cambio. Lo nuevo es que Bush está asustado por las encuestas”, dijo el analista de política exterior Charles Kupchan, del Consejo de Relaciones Exteriores.
Algunas fuentes atribuyen los cambios a Robert Blackwill, el ex embajador en India que desde el mes pasado es asesor de Rice. Blackwill fue jefe de la funcionaria en el Consejo de Seguridad Nacional durante el gobierno de George Bush, padre del actual mandatario (1989-1994).
A pesar de ser un reconocido derechista, el flamante asesor desconfía de los neoconservadores.
Crouch no es considerado un neoconservador, pero ha estado vinculado estrechamente con ellos hace mucho tiempo. Comenzó su carrera en la oficina del ex senador de la extrema derecha republicano Malcolm Wallop, y luego ingresó al Pentágono, durante el gobierno del primer Bush. (