La insistencia de dos estudiantes de Francia y una profesora de Alemania en lucir el velo islámico marca la división que rige en Europa en torno de la tolerancia religiosa en el sistema educativo.
Las hermanas Alma y Lila Lévi, de 18 y 15 años, fueron expulsadas a comienzos de este mes de una escuela pública de Aubervilliers, 15 kilómetros al norte de París. La razón: asistían a clase con velos que cubrían su cabello, orejas y cuello, como prescriben algunas vertientes del Islam.
La profesora musulmana Fereshta Ludin está enfrentada con las autoridades educativas alemanas por la misma razón.
En el resto de los países europeos, el velo no es un problema. Escuelas de Gran Bretaña, España, Holanda y de los países escandinavos permiten a estudiantes y educadoras utilizarlo.
En Bélgica e Italia no existen leyes que lo prohíban, si bien las autoridades escolares tienen autonomía para tomar decisiones al respecto.
Pero en Alemania y en Francia, el debate por el velo se tornó tan complejo que involucra hoy asuntos como la libertad religiosa, la constitución y el cristianismo.
El director de la escuela de Aubervilliers, Lucien Nedelec, le solicitó a las alumnas usar el velo ”de modo sutil”. Pero ellas, evidentemente, no aceptaron la sugerencia.
”Siempre busqué normas flexibles que permitan a las niñas vestirse de modo adecuado a sus convicciones religiosas, pero sin dejar de lado el laicismo de nuestro sistema educativo público”, dijo Nedelec a la prensa.
Pero Alma Lévi acotó: ”Hicimos concesiones. Acordamos vestir velos y túnicas de color, pero no podemos aceptar que el cabello, las orejas y el cuello queden a la vista.”
Estado y religión están separados por ley en Francia desde 1905. La Corte Constitucional indicó que el empleo de símbolos religiosos en el sistema educativo no puede prohibirse a menos que su uso tenga la finalidad de tratar de convertir a otros o de ”causar problemas dentro de la comunidad escolar”.
La mayoría de los 61 millones de habitantes de Francia son católicos. El mosaico se completa con unos cinco millones de musulmanes, 700.000 judíos y fieles de iglesias cristianas como las protestantes y las ortodoxas.
Alemania también tiene un complejo mapa religioso, con 3,2 millones de musulmanes entre sus 82 millones de habitantes.
Ludin, maestra de escuela de origen afgano, insiste en su derecho a usar velo. La disputa con las autoridades de la enseñanza terminó en un tribunal constitucional.
El 24 de septiembre, el tribunal estableció que el uso de velo y de otros símbolos religiosos sería permitido en las escuelas mientras los estados no aprueben leyes al respecto.
El órgano judicial pidió a los parlamentos estaduales que tomen en cuenta al discutir posibles leyes la tradición escolar, la composición de la población alemana y las raíces religiosas del país.
Aunque Francia es un estado formalmente laico, el cristianismo está firmemente arraigado en los asuntos públicos alemanes. De todos modos, el fallo del tribunal constitucional dejó formulada una pregunta: ¿debería prohibirse por ley en las escuelas sólo el velo islámico o todos los símbolos religiosos?
Dirigentes de la derechista Unión Demócrata Cristiana, partido dominante en la mayoría de los estados alemanes, en particular en el sur, afirmaron que el fallo del tribunal los alienta a promover leyes que protejan los símbolos cristianos en las escuelas.
En el estado de Bavaria, por ejemplo, hay crucifijos en las aulas y numerosas monjas dan clase, con apoyo de las autoridades locales.
La ministra de Educación de Bavaria, Monika Hohlmeier, propuso un decreto que prohíba ”todos los símbolos contrarios a los valores establecidos en nuestra constitución, o que tengan el objetivo de causar disturbios en nuestras escuelas”.
Pero expertos legales señalaron que una ley que prohíba el velo islámico y no los símbolos cristianos sería inconstitucional.
”O prohibimos el velo y todo otro símbolo religioso en las escuelas, o los autorizamos todos”, declaró Corinna Werwigk- Herntneck, ministra de Justicia de Baden Württemberg, en Bavaria.
Christine Langenfeld, profesora de derecho público de la Universidad de Göttingen, opinó que la norma propuesta por Hohlmeir nunca sería aprobada.
”Los legisladores tendrían enormes dificultades con esa ley, y el Tribunal Constitucional debería detenerla”, dijo.
Tanto en Francia como en Alemania, la cuestión del velo reencendió el debate sobre la laicidad.
Para Alma y Lila, hijas de un matrimonio ateo, el carácter laico de la escuela pública significa que la institución no puede imponer ninguna religión a los estudiantes.
”Los estudiantes deben ser libres de expresar sus propias convicciones religiosas. No queremos convencer a nadie de que se haga musulmán”, dijo Alma.
El debate en Francia trasciende el ámbito educativo. Algunas musulmanas han exigido tiempo reservado para las mujeres en las piscinas públicas, y en varios casos, hombres musulmanes impidieron que médicos varones trataran a sus esposas.
Una comisión de expertos formada por el gobierno para estudiar estos problemas presentará una serie de recomendaciones en enero.
Políticos franceses de distintos partidos reclaman una ley que prohíba los símbolos religiosos en el ámbito escolar, pero muchos educadores expresaron su discrepancia.
”Rechazo cualquier ley que prohíba el velo, el kipá o los crucifijos”, manifestó Guy Bruit, director de la Unión Racionaliista, un equipo de expertos en educación.
”La escuela debe ser un laboratorio de democracia, donde el ejercicio respetuoso de la autoridad moral e intelectual ayude a resolver problemas mediante un debate democrático”, dijo.
Dalil Boubakeur, presidenta del Consejo Musulmán Francés, tampoco está de acuerdo con la propuesta de los políticos.
”Aceptamos la neutralidad religiosa del Estado y que las leyes de la república son válidas para todos los ciudadanos, incluidos los musulmanes”, pero prohibir el uso del velo en todas las instituciones públicas sería ”desproporcionado”, dijo a la comisión que estudia el asunto.