La cumbre de la Conferencia Islámica en la capital de Malasia acaparó la atención mundial, pero no por la previsible discusión política sino por comentarios sobre los judíos pronunciados por el anfitrión, el primer ministro malasio Mahathir Mohamad.
La exhortación de Mahathir a los musulmanes a unirse e industrializarse para derrotar a Occidente y a los judíos, entre otros dichos, fue rechazada por organizaciones judías y por Estados Unidos, la Unión Europea (UE), Australia y Alemania. El gobierno malasio debió disculparse más tarde.
Algunos críticos consideraron los comentarios de Mahathir una invitación a cometer ”crímenes de odio y terrorismo contra los judíos”, mientras un portavoz de Estados Unidos calificó las declaraciones de ”ofensivas e inflamatorias” y Alemania presentó una protesta a la representación diplomática malasia en Berlín.
El gobierno de Malasia intentó limitar el daño el viernes, al decir que las declaraciones habían sido ”malinterpretadas” y que Mahathir sólo pretendió hacer que los musulmanes apreciaran el éxito alcanzado por la comunidad judía.
El canciller Syed Hamid consideró este mismo viernes, en declaraciones a la agencia AP, que la intención de Mahathir no fue ”crear controversia”, sino ”mostrar que cuando alguien se dedica a pensar y reflexionar, puede ser muy poderoso”.
El día anterior, al inaugurar la cumbre, Mahathir había dicho a los delegados de 57 países islámicos con una población total de 1.300 millones de musulmanes que, aunque los nazis mataron a seis de 12 millones de judíos, éstos gobiernan hoy el mundo a través de terceros.
”Reclutan a otros para que libren sus guerras, derramen sangre y mueran por sus intereses”, afirmó el saliente primer ministro, que calificó a Israel de ”enemigo aliado con las naciones más poderosas”.
Mahathir exhortó a los musulmanes a estudiar el éxito de los judíos, e incluso a emularlos para sobrevivir.
”Los musulmanes deben emplear tácticas políticas y económicas en lugar de la violencia para alcanzar la victoria final sobre los judíos”, dijo a una multitud que lo aplaudió de pie.
Esta décima cumbre de la Organización de la Conferencia Islámica es la principal reunión de líderes musulmanes celebrada desde los atentados terroristas que dejaron 3.000 muertos el 11 de septiembre de 2001 en Nueva York y en Washington.
La cumbre se registra en momentos de gran enojo en la comunidad musulmana mundial, dada la percepción de un sesgo antiislámico en la ”guerra contra el terrorismo” declarada por Estados Unidos y sus aliados a raíz de los atentados.
Algunos delegados, en especial de la Liga Arabe, se distanciaron de las declaraciones de Mahathir, pero la mayoría las respaldaron.
”Estados Unidos está atacando países islámicos y la invasión de Iraq fue claramente un favor a Israel”, dijo a IPS un delegado que pidió no ser identificado. ”El discurso de Mahathir refleja lo que piensan los musulmanes comunes, pero no la política de mi gobierno”, aclaró.
Otros representantes, como el canciller Abu Bakar Qurbi, de Yemen, opinaron que las declaraciones de Mahathir no fueron antisemitas.
”Mahathir se limitó a destacar los hechos que afronta el mundo musulmán y no fue confrontativo en absoluto. Respaldo su discurso cien por ciento. El quiere que el mundo musulmán asuma sus responsabilidades con su pueblo”, dijo Abu Bakar.
Mientras, el canciller palestino, Faruk Kadumi, consideró que Mahathir dijo ”la verdad”, según la agencia gubernamental malasia Bernama. ”Siempre que condenamos las acciones israelíes, nos acusan de antisemitas”, se lamentó.
Por su parte, el canciller egipcio Ahmed Maher calificó el discurso de Mahathir de ”palabras estimulantes para musulmanes”. ”Pero tan pronto como alguien critica a Israel, hay personas que se apresuran a condenar aun sin leer ni comprender de qué se trata”, agregó.
El presidente de Afganistán, Hamid Karzai, sostuvo que el análisis histórico del Islam efectuado por el primer ministro malasio fue muy correcto. ”Los mususlmanes debemos poner fin a los atentados suicidas”, añadió.
La cumbre apoyó con fuerza la causa palestina y condenó la ocupación militar israelí, y también manifestó su solidaridad con el Iraq ocupado y preocupació por el destino de Siria, considerada por muchos el próximo blanco de la ”guerra contra el terrorismo” que declaró Estados Unidos..
”Hemos sido testigos de campañas calumniosas contra países islámicos, que han sido sometidos a marginación política, aislamiento y ocupación militar”, dijo a IPS el secretario general de la Conferencia Islámica, Abdekhouahed Belkeziz.
”Ni esta dolorosa realidad ni la desolación, la frustración y la debilidad salieron de la nada. Se deben a fuerzas tanto externas como internas. Algunos grandes medios califican cualquier acto violento ejercido por musulmanes de terrorismo islámico”, se lamentó Belkeziz.
Pakistán propuso enviar a Iraq soldados mandatados por la Conferencia Islámica con la misión de mantener la paz, pero la iniciativa tuvo disímiles reacciones, entre ellas la de quienes prefieren una fuerza mandatada por la Organización de las Naciones Unidas.
Varias delegaciones, entre otras la de Iraq, dijeron preferir que los soldados musulmanes se mantengan fuera del país árabe. ”Si la Conferencia Islámica envía soldados, sólo confundirá la situación en Iraq”, dijo el secretario general de la Liga Arabe, Amr Moussa.
Pero un diplomático de un país de Africa oriental que solicitó reserva de su identidad dijo a IPS: ”Esto es por lo que siempre se cuestiona a la Conferencia Islámica: por no hacer nada.”