El arzobispo anglicano sudafricano Desmond Tutu instó a los líderes de Africa a ejercer más presión sobre el presidente de Zimbabwe, Robert Mugabe, para que facilite el diálogo con la oposición y respete los derechos humanos.
”Ha llegado el momento de que los líderes africanos se pongan de pie y manifiesten preocupación sobre los abusos a los derechos humanos en Zimbabwe. Si la situación sigue empeorando, la crisis política y económica será difícil de curar”, dijo el premio Nobel de la Paz a IPS.
Tutu fue invitado a participar en Malawi de una conferencia regional organizada la semana pasada por la Unión Internacional contra la Tuberculosis y las Enfermedades de Pulmón, realizada en la capital Lilongwe.
El arzobispo se reunió con el presidente de Malawi, Bakili Muluzi, quien junto a sus pares Olusegun Obasanjo, de Nigeria, y Thabo Mbeki, de Sudáfrica, oficia como mediador en la crisis política zimbabwense.
Tutu destacó los esfuerzos de Muluzi, Obasanjo y Mbeki, pero señaló que ”se necesita mucho más” para acabar con la tensión.
”La crisis zimbabwense afectó a toda la región de Africa meridional. Necesitamos que los líderes africanos encuentren rápidas soluciones. Si las cosas van mal, tenemos que admitirlo”, afirmó.
Los gobiernos de Africa deben reordenar sus prioridades, subrayó el arzobispo, líder de la lucha no violenta contra el apartheid, el régimen de segregación racial contra la mayoría negra que rigió en Sudáfrica hasta 1994.
”¿Cómo podemos convencer a nuestros gobiernos de que es obsceno gastar tanto en armas sin tener un enemigo externo, cuando las mayores amenazas en nuestros países son la pobreza, las enfermedades y la ignorancia?”, preguntó.
Mientras, Muluzi designó al juez retirado William Hanjahanja como alto comisionado para la crisis en Zimbabwe.
Antes de partir a Harare, Hanjahanja se comprometió a presionar por un mayor acercamiento entre el gobierno de la Unión Nacional Africana de Zimbabwe-Frente Patriótico (ZANU-PF) y el opositor Movimiento para el Cambio Democrático (MDC).
El MDC acusa a Mugabe de haber fraguado el año pasado las elecciones en las que resultó reelecto.
Además, Estados Unidos y Gran Bretaña quieren la renuncia de Mugabe, de 79 años, desde que se incautó de las tierras de 4.500 agricultores blancos, de origen británico, para entregarlas a campesinos de la mayoría negra.
Esa reforma agraria, que se produjo en medio de invasiones violentas de fincas por parte de seguidores del gobierno, llevó a la destrucción de la economía, según técnicos y opositores.
La Unión Europea, la Mancomunidad Británica de Naciones (Commonwealth) y Estados Unidos impusieron sanciones a Zimbabwe por el supuesto fraude en las elecciones del año pasado.
Hanjahanja, ex juez del Tribunal Supremo de Justicia y ex presidente de la Corte Electoral, dijo que intentará complementar los esfuerzos de los tres presidentes que ofician como mediadores en la crisis.
”El presidente Muluzi hizo grandes progresos para fomentar el diálogo entre el ZANU-PF y el MDC. Espero que mi presencia en Harare ayude a continuar ese diálogo”, afirmó.
”No es un secreto que la crisis política y económica zimbabwense afectó en gran manera a Malawi, porque Zimbabwe es uno de sus principales socios comerciales en la región. Por eso, cuanto antes termine la crisis mejor”, añadió el comisionado.
Una prolongada sequía combinada con la política agraria de Mugabe arrastró el año pasado a Zimbabwe, con 13 millones de habitantes y otrora uno de los países más ricos de Africa subsahariana, al borde del colapso económico.
Se calcula que cerca de dos millones de zimbabwenses se han trasladado a Sudáfrica en busca de trabajo en los últimos años.
La situación también se vio agravada por la campaña de protestas del MDC. La última terminó en junio con una dura represión.
Los hechos de violencia en Zimbabwe hicieron que grupos africanos en el exterior, como Africa Action y TransAfrica Forum, con sede en Washington, pidieran a Mugabe que dialogara con el MDC para formar un gobierno de transición.
A comienzos de este mes, Muluzi se reunió con una delegación del MDC, liderada por el secretario general del partido, Welshman Ncube. Tras la reunión, Ncube dijo a periodistas que la oposición había accedido al pedido de Muluzi, Obasanjo y Mbeki de colaborar para reducir la tensión política en Zimbabwe.
”Para demostrar nuestro compromiso, hemos decidido que comenzaremos a ir al parlamento”, anunció Ncube.
Mientras, Mugabe hizo un llamado la semana pasada a la unidad del país, al dar un discurso durante la ceremonia de entierro del vicepresidente Simon Vengai Muzenda. Mugabe dijo que el MDC podía no estar de acuerdo con el gobierno, pero no debía involucrar a Gran Bretaña en el debate.
El presidente dijo que los zimbabwenses deben trabajar juntos sin importar el color de piel o su pensamiento político, y subrayó su convicción de que la crisis debe ser resuelta a través de un diálogo interno, sin interferencias externas.
Mugabe, en el poder desde que el país se independizó de Gran Bretaña en 1980, atribuye la crisis a la acción de opositores a su programa de reforma agraria.
”Sin duda habrá diferencias, como las que yo tendría con mi hermano. Pero debemos mantener la discusión en nuestra casa, y no llevarla a la casa del primer ministro (británico Tony) Blair”, dijo el jefe de Estado.
El periódico oficialista The Herald Newspaper informó que el presidente agradeció que el presidente nacional del MDC, Isaac Matongo, y el vicesecretario general, Gift Chimanikira, asistieran al entierro de Muzenda.
Paul Temba Nyathi, otro dirigente del MDC, explicó que la oposición decidió asistir a la ceremonia porque reconocía la contribución hecha por Muzenda a la independencia de Zimbabwe.