Por la sudoriental ciudad mexicana de Cancún, donde desde este miércoles se reunirá la Conferencia Ministerial de la OMC, pasa la frontera política que divide en Europa a los gobiernos de las organizaciones de la sociedad civil.
Los gobiernos europeos advierten que un colapso de la OMC en la conferencia constituiría un gran retroceso para la economía mundial, pero la mayoría de las organizaciones no gubernamentales (ONG) especializadas en cooperación, ambiente y derechos humanos creen, por el contrario, que un fracaso en Cancún sería positivo.
ONG realizaron protestas en toda Europa en las últimas semanas para advertir que, en su opinión, la conferencia de la OMC no hará nada para mejorar el ambiente y las condiciones de vida de los más pobres.
Entre estas organizaciones figuran la francesa Confederation Paysanne —asociación de agricultores orgánicos—, la ambientalista Greenpeace Internacional, la Asociación por una Tasa a las Transacciones Financieras en Apoyo a los Ciudadanos (ATTAC) y el sindicato francés de empleados públicos Sud.
Representantes de medio millar de ONG alemanas se reunieron el sábado en Berlín para condenar a la OMC, a la que calificaron de organización no democrática. También la acusaron de alentar el consumo de transgénicos en Europa y de no defender a los agricultores del Sur ante el proteccionismo del Norte industrial.
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Un segundo Seattle no sería una mala cosa. Tal vez entonces los países más ricos en Europa y en América del Norte comprendan que no pueden conformar con migajas a los países del Tercer Mundo, dijo en Berlín el activista Peter Wahl, de la organización Economía, Ecología y Desarrollo Mundial (WEED).
Wahl se refería a la incapacidad de los ministros de abrir en Seattle una ronda multilateral de negociaciones comerciales en 1999, cuando la conferencia de la OMC fue rodeada por grandes protestas. La ronda se convocó, finalmente, en Doha, en la cuarta conferencia celebrada el año pasado.
Los activistas italianos bloquearon el viernes el acceso a la reunión de los cancilleres de la Unión Europea en la localidad septentrional de Riva del Garda. El líder del italiano Movimiento de los Desobedientes, Luca Casarini, dijo que la medida era para bloquear la violencia de las políticas liberalizadoras.
Mientras, funcionarios y empresarios advirtieron que el éxito de la reunión en Cancún era un requisito ineludible para la prosperidad mundial.
El mininistro de Trabajo y de Finanzas alemán y presidente de la delegación a la conferencia, Wolfgant Clement, sostuvo el sábado que su país tiene un extraordinario interés en el éxito de Cancún dado su carácter de exportador neto. Un tercio de los empleos de Alemania dependen de las exportaciones, explicó.
Sin embargo, el gobierno de Francia ha evitado aplaudir abiertamente a la OMC y a la conferencia de Cancún, mientras empresarios cercanos al gobierno han afirmado que la reunión es crucial para ellos.
Activistas franceses acusaron a los gobiernos europeos de tomar una posición esquizofrénica respecto de la OMC.
Francia es la casa matriz de corporaciones privadas de agua como Suez y Vivendi, que tienen la concesión del servicio en Argentina, Indonesia, Sudáfrica y otros países del Sur, dijo a IPS Yannick Jadot, director de campañas de Greenpeace Francia.
Al mismo tiempo, funcionarios franceses se refirieron públicamente a la OMC como terrible instrumento de la transformación del mundo en mercancía, agregó Jadot. Por cierto que los empresarios no dicen lo mismo.
El éxito en Cancún es necesario para abrir negociaciones sobre protección para la inversión privada, reducción de controles aduaneros y transparencia en licitaciones públicas, como el comisionado del Movimiento de Empresarios franceses y de la Federación Europea de Empleadores para la OMC, Jacques Desponts.
Organizaciones empresariales han solicitado la inclusión de esos asuntos en la agenda de la OMC.
Cerca de 100.000 agricultores, profesores, estudiantes, intelectuales y sindicalistas participaron el 8 y el 10 de agosto en discusiones en Francia sobre la agenda de Cancún.
El líder de la Confederation Paysanne, José Bové, urgió al gobierno francés a rechazar los acuerdos en discusión en la ciudad mexicana. Un gobierno puede suspendr todo el proceso. ¿Tendrá el gobierno francés el coraje para hacerlo?, manifestó en una protesta.
Bové, quien participó en las manifestaciones en la tercera Conferencia Ministerial de la OMC de 1999 en Seattle, Estados Unidos, y en la cumbre del Grupo de los Ocho en Génova, en 2002, no participará en las protestas de Cancún porque las autoridades judiciales francesas le ordenaron permanecer en su país.
Pero el activista seguirá la reunión en el pequeño poblado sudoccidental francés de Cancon.
El presidente de ATTAC, Jacques Nikonoff, reclamó la suspensión de las negociaciones en la OMC hasta que se determinen los efectos de los acuerdos multilaterales de comercio en Africa, América Latina y Asia.
La OMC y los gobiernos de América del Norte y de Europa hacen de cuenta de que el libre comercio beneficia al Tercer Mundo, pero la evidencia histórica sugiere lo contrario, afirmó Nikonoff.
Una encuesta publicada en París el lunes indica que para 72 por ciento de los entrevistados en Francia los países del Sur en desarrollo serán los perdedores del proceso de globalización económica.