ESTADOS UNIDOS: Unilateralismo del público se derrumba

El público estadounidense se inclina por una política internacional menos unilateral que la desarrollada por el presidente George W. Bush durante los dos años siguientes a los atentados terroristas del 11 de septiembre.

Trabajar ”más cerca” de otros países es la lección clave del ataque, y no la necesidad de acciones unilaterales contra el terrorismo, dijeron 81 por ciento de los más de 1.200 entrevistados para un estudio del Programa sobre Actitudes en Política Internacional (PIPA) de la Universidad de Maryland.

La gran mayoría de los encuestados también se inclinaron por que el gobierno adoptara un ”enfoque más cooperativo” con otras naciones y que, para combatir el terrorismo, se concentrara menos en los medios militares y más en la ayuda económica y en la diplomacia.

El sondeo, que constó de más de 60 preguntas por entrevistado, fue realizado por la firma Knowledge Networks, del sudoccidental estado de Calofornia, entre el 26 de agosto y el 3 de septiembre.

PIPA ha estudiado las tendencias de la opinión pública estadounidense en los últimos 15 años, y la última encuesta ha sido realizada especialmente en las vísperas del segundo aniversario de los ataques que dejaron 3.000 muertos en Nueva York y en Washington en septiembre de 2001.

El informe también coincide con un pedido de la Casa Blanca a la comunidad internacional de ayuda militar y financiera al esfuerzo por el mantenimiento de la paz y por la reconstrucción de Iraq, invadido por Estados Unidos y sus aliados en marzo.

El gobierno de George W. Bush, que inició la guerra sin autorización del Consejo de Seguridad de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), acude ahora al órgano para persuadir a otros países de enviar tropas u otras formas de asistencia a Iraq, técnicamente bajo ocupación desde el 1 de mayo.

En cadena nacional de televisión, Bush advirtió el domingo que el resto del mundo tiene el ”deber” de darle ayuda. Al mismo tiempo, anunció que su gobierno necesita 87.000 millones de dólares para mantener las operaciones en Afganistán y en Iraq en los próximos 13 meses.

Esa cantidad de dinero sorprendió a los legisladores del gobernante Partido Republicano, que muestran temor de que el déficit fiscal estadounisense se dispare.

El nuevo enfoque del gobierno es considerado por observadores una admisión implícita de la insustentabilidad de su anterior política internacional unilateralista.

De ser así, Bush estaría avanzando de acuerdo con el estado de la opinión pública, que solicita, según las encuestas, actitudes multilateralistas en relación con Iraq y en materia de lucha contra el terrorismo.

La necesidad de Estados Unidos de ”trabajar más cerca de otros países” fue la lección del 11 de septiembre elegida por 81 por ciento de los encuestados, ante el 16 por ciento que prefirió que el país ”actúe por sus propios medios para luchar contra el terrorismo”.

En junio de 2002, el Consejo de Relaciones Exteriores de Chicago (CCFR) había efectuado la misma pregunta en una encuesta, y 34 por ciento de los entrevistados coincidieron entonces con la segunda opción.

Dos tercios de los encuestados por PIPA aprueban, en general, la gestión de Bush en materia de combate al terrorismo, pero se muestran críticos respecto de ciertas políticas específicas, explicó el director del programa universitario, Steven Kull.

El académico atribuyó la elevada aprobación que concita la figura del jefe de Estado al ”efecto residual del (sentimiento) 'rodeen al presidente'” originado en los atentados contra el World Trade Center de Nueva York y el Pentágono, sede en Washington del Departamento (ministerio) de Defensa.

Para 54 por ciento de los encuestados, el gobierno fue ”demasiado enérgico” en su relación con otros países, y 58 por ciento solicitó ”más énfasis en mecanismos diplomáticos y económicos” y no en los medios militares para afrontar problemas como las amenazas procedentes del mundo islámico.

Setenta y seis por ciento de los entrevistados aseguraron no sentirse más seguros hoy que en los días siguientes al 11 de septiembre, en lo que Kull consideró ”el hallazgo más radical” del sondeo. Apenas 24 por ciento dijeron lo contrario.

Al mismo tiempo, 80 por ciento manifestaron creer que la política estadounidense hacia el mundo islámico facilita el crecimiento de los grupos terroristas, y dos tercios que los sentimientos de los musulmanes contra Washington empeoraron en los últimos dos años.

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