ECONOMIA-PALESTINA: Otra baja del conflicto

La economía de Palestina se contrajo 30 por ciento en los últimos tres años, en los que se desarrolló la segunda intifada (insurgencia popular contra la ocupación israelí), según el cálculo del FMI.

Un estudio sobre el desempeño económico de la Autoridad Nacional Palestina (ANP) en vísperas de la reunión conjunta de los gobernadores del Banco Mundial y el FMI (Fondo Monetario Internacional) este martes y el miércoles deja al descubierto los factores internos y externos del descalabro.

Todos los aspectos de la vida cotidiana se vieron afectados por la intifada, que comenzó en septiembre de 2000, las restricciones económicas impuestas por Israel y los problemas internos de la propia ANP.

”El turismo se detuvo. Los palestinos ya no pueden trabajar en Israel. Hay puestos de control, toques de queda y caminos bloqueados en varias zonas de Cisjordania que fragmentan la región y que paralizan la actividad económica y el comercio”, dijo el reprsentante del FMI en Palestina, Karim Nashashibi.

Su análisis se hace eco del nuevo informe del FMI titulado ”Rendimiento económico y reforma bajo condiciones de conflicto”, presentado el sábado en Dubai.

”Antes de la (segunda) intifada, entre 1994 y 1999, el destacable ritmo de crecimiento económico permitió crear empleos y mejorar la calidad de vida de una población en rápido crecimiento”, indica el informe.

Pero la intifada originó una ”seria caída”, agrega.

El producto interno bruto (PIB) de Palestina creció 8,9 por ciento en 1999, pero se contrajo 5,4 por ciento en 2000 y, según cifras preliminares, 14,5 por ciento en 2002, de acuerdo con el informe.

De todos modos, la caída de 30 por ciento o menos en el PIB de Cisjordania y Gaza calculada por el FMI es mucho menor a la de 50 por ciento estimada antes por otras fuentes, indicó Nashashibi.

El desempleo en los territorios palestinos, donde 57 por ciento de la población es menor de 20 años, disminuyó a mediados de los 90, pero aumentó en forma acelerada desde que estalló la segunda intifada en 2000. De 11,8 por ciento en 1999 pasó a 25,5 por ciento en 1991 y cerca de 31,3 por ciento en 2002.

No obstante, el jefe de la misión del FMI para Palestina, Adam Benett, dijo que a pesar de las dificultades ”la economía ha sido mucho más resistente de lo que se esperaba”, y que la caída del PIB en los últimos tres años fue mucho menor a las cifras que han manejado otros organismos e institutos.

El PIB cayó de 4.440 millones de dólares en 1999 a 2.970 millones en 2002.

”De hecho, mirando algunos resultados de la primera mitad de este año, hay señales cierta recuperación”, subrayó Benett.

Sin embargo, nada puede saberse a ciencia cierta en una economía afectada por la violencia diaria, los ataques suicidas, las represialias israelíes y la inestabilidad política.

Hay otros factores que inciden en el deterioro de la economía palestina, como la construcción de la llamada ”muralla de seguridad” que separará Cisjordania del territorio israelí y bloqueará por completo el acceso a Jerusalén.

”La muralla atraviesa aldeas palestinas y rodea a Jerusalén, cortando el flujo de la actividad económica de los palestinos”, dijo a IPS el director del Departamento de Cisjordania y Gaza del FMI, Nigel Roberts.

En septiembre de 2002, unos 128.000 palestinos trabajaban en territorio israelí y en asentamientos judíos. Pero el gobierno de Israel ha adoptado medidas para reducir el número de trabajadores palestinos con el fin de evitar atentados suicidas.

Las finanzas de la ANP también fueron afectadas cuando Israel, en respuesta a la intifada, intervino a fines del año pasado las cuentas destinadas a recolectar fondos para la causa palestina.

Roberts destacó que el hecho de que la economía haya mostrado resistencia, pese a todos estos factores, es atributo sobre todo de los líderes de la ANP, ”los mejores que tuvo en los últimos 10 años”.

”Hay un mayor grado de preocupación ahora. Antes los donantes se sentían frustrados”, señaló.

La ANP recibió el año pasado 460 millones de dólares en ayuda financiera.

El Banco Mundial informó que la ANP emplea a 26 por ciento de los trabajadores palestinos.

Funcionarios del FMI también elogiaron las ”reformas” de la ANP en áreas como los procesos presupuestales y destacaron que la bolsa de la septentrional ciudad cisjordana de Naplusa continúa operando.

El FMI señaló que los líderes a la ANP todavía preparan una serie de nuevas leyes que convertirán a la economía palestina en ”una de las más modernas de la región”.

Pero las reformas económicas no están en las conversaciones diarias de los palestinos, sobre todo luego del colapso de la llamada ”hoja de ruta” hacia la paz con Israel y la nueva ola de atentados suicidas y represalias de las fuerzas de ocupación.

Roberts aseguró que las precupaciones de la comunidad internacional luego de la invasión de Estados Unidos a Iraq no desviarán fondos originalmente destinados a Palestina.

Se necesita un mínimo de 1.000 millones de dólares al año para mantener a la ANP.

No obstante, admitió que la inestabilidad política en Palestina hará más difícil consolidar la economía y mantener programas a mediano plazo para el desarrollo, pues ”dependen de las circunstancias políticas”.

El analista Marwan Nemr, de la revista Al Iktissad Wal Aamal, sostuvo que ”la causa palestina no será perjudicada porque todos se dan cuenta de lo importante que es”.

”A pesar de toda la situación política, es muy importante concentrarnos en el desarrollo económico, no importa cuán pequeño sea”, señaló.

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