El FMI previó este jueves una aceleración del crecimiento económico mundial para este año y el próximo, gracias a la recuperación de Estados Unidos. Pero un estudio independiente atribuye esa perspectiva al esfuerzo de los países pobres.
El FMI reiteró en su bianual informe Perspectiva Económica Mundial su pronóstico de abril sobre el crecimiento del producto interno bruto planetario, que, según sus cálculos, ascenderá a 3,2 por ciento al cabo de 2003 y a 4,1 por ciento el año próximo.
Pero el informe publicado este mismo jueves por el movimiento independiente Jubilee Research indica que la economía mundial, a la que considera determinada por gobiernos de Occidente y por firmas financieras, funciona extrayendo riqueza de países pobres y canalizándola a los ricos, en particular a Estados Unidos.
Mientras, el FMI estimó que la recuperación prevista será posible gracias a la reducción de "incertidumbres geopolíticas" tras el fin de la invasión de Estados Unidos a Iraq y la subsiguiente caída de los precios del petróleo.
"Por primera vez en mucho tiempo, somos razonablemente optimistas acerca de un regreso a un crecimiento mundial normal, o quizás mejor" de lo normal, dijo el economista jefe del FMI, Kenneth Rogoff.
El funcionario brindó una conferencia de prensa en Dubai, Emiratos Arabes Unidos, donde se celebra la reunión bianual conjunta del FMI y el Banco Mundial para discutir la dirección de la economía del planeta y cuestiones relacionadas con el desarrollo.
Rogoff dijo que buena parte de la recuperación económica se concentraría en Estados Unidos y en el área de Asia-Pacífico. En el caso del país norteamericano, el crecimiento para este año será de 2,6 por ciento y el del próximo de 3,9.
Para después de 2004, "los números en Estados Unidos continuarán siendo alentadores, pero debemos preocuparnos por los déficit gemelos —el fiscal y el de cuenta corriente—, que finalmente deberán ser dominados", sostuvo.
Japón también es objeto de un pronóstico favorable —con un crecimiento económico de dos por ciento para este año y de 1,4 por ciento para el siguiente— gracias a un mejor desempeño de su sector exportador. Las perspectivas del FMI para toda Asia oriental, incluida China, también son buenas.
Pero Japón aún afronta problemas de balance bancario y de deuda pública, así como previsiones de deflación, según FMI.
El organismo multilateral emitió previsiones cautelosas respecto de Europa, el tercer motor del sistema económico mundial, si bien observó que el crecimiento será alentado por expectativas de aumento de exportaciones y por la confianza de los consumidores.
El FMI calculó que el crecimiento de los 12 países que integran el área del euro será de 0,5 por ciento en 2003 y de 1,9 por ciento en 2004.
En cuanto a Africa subsahariana, crecerá 3,6 por ciento este año y 5,9 por ciento el próximo, y Medio Oriente y Africa septentrional, 5,2 y 4,5, añadió el organismo.
Esos porcentajes pueden parecer elevados, pero están muy por debajo de lo requerido para que los países alcancen un desarrollo real o para que mejore la calidad de vida de los pobres.
La actividad en buena parte de América Latina se está estabilizando, y la confianza en la región —en particular respecto de Brasil— mejoró marcadamente, según el FMI.
Mientras, la mayoría de los países ex comunistas —denominados "en transición"—, crecerán a un ritmo promedio de 4,7 por ciento el año próximo.
Jubilee Research —organización sucesora de Jubileo 2000, que pugna por la condonación de la deuda externa del Sur en desarrollo— publicó al mismo tiempo que el FMI su primer Perspectiva de la Economía del Mundo Real, como alternativa al informe del organismo multilateral.
"A pesar de tal manipulación de estadísticas, el efecto de 'derrame' (de riqueza del Norte al Sur) no ha sido probado. Por el contrario, el propio Banco Mundial muestra que los países pobres le prestan a los ricos, financiando inconscientemente el opulento modo de vida de Estados Unidos y otros países", dijo Ann Pettifor, editora del informe.
El estudio de Jubilee Research, presentado en Nueva York y en Londres, advirtió que la recuperación económica de la que habla el FMI incluye un teórico flujo de capital desde donde éste abunda, en el Norte, hacia el Sur, donde escasea.
"Trágicamente, lo que ocurre hoy es a la inversa. Esto es una forma de robo a los pobres del planeta, y ayuda a explicar las crecientes tensiones en el mundo de hoy", dijo Pettifor.
La construcción de un sistema financiero internacional basado sobre la hegemonía del dólar significa que tanto las naciones ricas como las pobres están obligadas a financiar el déficit estadounidense a través de la adquisición de bonos del tesoro de ese país.
A falta de un patrón monetario mundial, los bonos del tesoro estadounidense juegan el rol que otrora jugó el oro en la economía de la Tierra, agrega el informe.
Los países pobres "hacen préstamos a Estados Unidos a una muy baja tasa de interés, mientras, al mismo tiempo, piden prestado al propio Estados Unidos, al Banco Mundial y al FMI a tasas muy altas", indica el estudio.
Desde los países pobres fluyen todos los años unos 97.800 millones de dólares a los bancos de Suiza, Gran Bretaña, Estados Unidos y otras naciones del Norte en forma de inversión extranjera directa. Parte de ese dinero tiene origen en actividades ilegales.
Mientras, las filiales en el Sur de corporaciones multinacionales remitieron en 2001 a sus casas matrices en el Norte 55.000 millones de dólares. (FIN/IPS/tra-eng/em/mj/if dv/03) (FIN/2003)