CULTURA-EEUU: Bueno para la Unesco, malo para la diversidad

El regreso de Estados Unidos a la Unesco mejorará el presupuesto de esta agencia de la ONU, pero pone en peligro el futuro de una convención internacional de protección de la diversidad cultural aprobado hace dos años.

Estados Unidos preludió su reingreso a la Unesco (Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura) con la participación de la esposa de su presidente, Laura Bush, en la sesión inaugural de la 32 Conferencia General de la agencia.

”Desde el 1 de octubre, Estados Unidos será de nuevo un miembro pleno, activo y entusiasta de la Unesco, para promover la paz y la libertad y para cooperar con nuestros colegas en la promoción de la educación, la ciencia y la cultura en todo el mundo”, dijo el lunes la esposa de George W. Bush.

El gobierno estadounidense había anunciado en septiembre de 2002 que regresaría a la agencia especializada de la ONU (Organización de las Naciones Unidas), de la que se había retirado en 1984 tras acusarla de mal manejo de recursos.

El secretario genral de la Unesco, Koichiro Matsuura, aplaudió la decisión, en especial porque mejorará las finanzas de la organización. ”Cada año, nuestro presupuesto se reduce cinco por ciento. Gracias al retorno de Estados Unidos, nuestra agencia puede afrontar el futuro con menos austeridad”, dijo.

El presupuesto de la Unesco para el año fiscal 2004-2005 es de 610 millones de dólares. El gobierno de Estados Unidos pagará desde ahora 53 millones de dólares por año, y también un tributo por su reingreso de 5,3 millones.

Funcionarios de la Unesco afirman que ese será el único dato positivo del regreso de Estados Unidos, pues ese país puso varias condiciones. La primera, un escaño para el país en el Consejo Ejecutivo de la organización, cuyos miembros son elegidos por la Conferencia.

Esta demanda obligó a cuatro países europeos (Grecia, Luxemburgo, Mónaco y Portugal) a retirar sus candidaturas, pues ya sabían de antemano que el representante estadounidense sería elegido.

El gobierno de Bush también declaró que no aceptaría la aprobación de una convención de protección de la diversidad cultural aprobada por la unanimidad de la Conferencia General en 2001.

La convención procura proteger la producción y difusión nacional de bienes culturales —tales como películas y obras musicales—, a las que muchos consideran vulnerados por el proceso de globalización comercial y, concretamente, por la industria del entretenimiento estadounidense.

La convención no es un punto central de la actual sesión de la Conferencia General, que concluirá el 18 de octubre. Pero se prevé que la asamblea mandate a Matsuura a negociar el punto, en un proceso que, al parecer, insumirá dos años.

”El gobierno de Estados Unidos ve la cultura como una mera mercancía. Para Washington, no puede haber una política cultural”, dijo a IPS un diplomático latinoamericano acreditado en la Unesco.

El diario francés Le Monde publicó declaraciones de un diplomático en la Unesco para quien ”es obvio que Estados Unidos quiere defender el interés de los poderosos estudios de Hollywood”, donde están radicadas la mayoría de las compañías cinematográficas de ese país.

La amplia mayoría de los miembros de la Unesco apoyan la convención, incluidos Francia y varios países europeos, Canadá, el Grupo de los 77, que reúne a 135 países en desarrollo, y la Organización Internacional de la Francofonía, que reúne a 50 naciones.

Estados Unidos está aislado en la Unesco, al igual que en 1984, cuando, bajo la presidencia de Ronald Reagan, ese país decidió retirarse de la organización.

La decisión de entonces se basó en la idea de que la agencia ”actuaba bajo influencia comunista”, dijo el director de la Asociación Estadounidense para las Naciones Unidas de Estados Unidos, el ex diplomático John Washburn.

Los principales debates procesados en la Unesco se referían en los años 80 al Nuevo Orden Mundial de la Información y al Nuevo Orden Económico Mundial, propuestas del mundo en desarrollo para contrarrestar la hegemonía del Norte industrial en los mercados de las comunicaciones y en el comercio.

El gobierno de Reagan se opuso a ambos programas y retiró a Estados Unidos de la Unesco, en una decisión que resultó, a la postre, contraproducente, según Washburn.

”Los investigadores estadounidenses se vieron obligados a formar sus propios foros de discusión, mientras sus colegas de otros países se beneficiaban de las estructuras de la Unesco”, dijo el ex diplomático.

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