Representantes de la comunidad científica internacional lograron que la Organización de las Naciones Unidas (ONU) tenga en cuenta sus aportes a la Cumbre Mundial de la Sociedad de la Información (CSMI), que se realizará en diciembre.
Los avances asombrosos en Internet y las demás tecnologías de la información y las comunicaciones habrían sido imposibles sin la ciencia, y el punto de vista de los científicos debe ser atendido para definir en la CMSI cómo cerrar la llamada brecha digital en el acceso a esas tecnologías, y un modelo de sociedad de la información con base en su progreso, según investigadores.
En otras palabras, sin la investigación científica y sus avances, no tendríamos hoy la sociedad de la información, señaló Roger Cashmore, uno de los directores de la Organización Europea para la Investigación Nuclear (CERN).
Pero el aporte de la ciencia a las tecnologías de la información y de las comunicaciones había sido omitido de los programas iniciales diseñados por la ONU para esbozar ese modelo de sociedad, con miras a la primera etapa de la CMSI, del 10 al 12 de diciembre en Ginebra.
En la preparación de la Cumbre se advertía un gran vacío, según expertos de la CERN y de otras instituciones, entre ellas el Consejo Internacional para la Ciencia (ICSU, por sus siglas en inglés), la Academia de Ciencias del Tercer Mundo (TWAS, por sus siglas en inglés) y la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco).
La ONU se propone reducir las diferencias que separan a los países pobres de los ricos en el empleo de las nuevas tecnologías mediante la adopción de principios y orientaciones que se expresarán en la Declaración de Principios y el Plan de Acción de la CMSI.
En la elaboración de esos planes participan, en un período preparatorio de sesiones que concluye este viernes, representantes de los Estados miembros de la ONU, de empresas y de organizaciones de la sociedad civil, entre ellas sindicatos, medios de comunicación comunitarios, grupos de jóvenes, de educadores y de indígenas.
Pero no había representantes específicos de la comunidad científica.
Con perseverancia de laboratorio, los científicos consiguieron que los gobiernos incorporen también sus preocupaciones a los borradores de los documentos que se debatirán en diciembre.
Por ejemplo, esos borradores mencionan ahora el término bien público global, observó el director del departamento de organizaciones internacionales del ministerio de Relaciones Exteriores de Austria, Walther Lichem.
Un ejemplo clásico de bien público global es el conocimiento, como el producido en la CERN, aunque esa categoría de propiedad no es aplicable a la Internet como tal, explicó.
Luego de las gestiones de los científicos, los borradores de la Cumbre reconocen que a la ciencia le cabe un papel central en la sociedad de la información.
En esos textos se proclama que debe existir acceso universal y equitativo al conocimiento científico, con igualdad de oportunidades para todos en la creación, la difusión y el uso de la información.
Los científicos, al igual que otros sectores participantes en la preparación de la CMSI, reivindican el llamado sistema de software abierto, o sea con programas de computación económicos o gratuitos, en vez de pagarle a Microsoft, el gigante de la informática, resumió Diego Malpede, de la TWAS.
La brecha digital, que incluye el acceso a teléfonos, a Internet y al resto de la informática y la electrónica, es un síntoma de la brecha científica, afirmó.
A pesar de los progresos de la tecnología, esa separación parece agrandarse cada vez más, como se ve por ejemplo en el creciente precio de las publicaciones científicas, señaló Malpede.
Un departamento de Física de una universidad de provincias, en el mundo en desarrollo, no puede afrontar el desembolso de unos 10.000 dólares anuales para suscribirse a una revista científica, dijo el especialista de TWAS, que tiene su sede en la nororiental ciudad italiana de Trieste.
Esos obstáculos conspiran contra el desarrollo de los países pobres, insistió.
Según Lichem, en la actualidad cualquier enfoque del desarrollo debe incluir el conocimiento y la comprensión.
Todos estamos embarcados en el proceso de desarrollo y a todos nos ampara el derecho al desarrollo en su entera dimensión, incluida la dimensión social, sostuvo.
Para remediar la exclusión de representantes de la comunidad científica en los comienzos de la preparación de la Cumbre, el ICSU, la CERN, la TWAS y la Unesco decidieron convocar a una conferencia sobre El papel de la ciencia en la sociedad de la información, que se realizará en Ginebra los días 8 y 9 de diciembre.
Asistirán a esa conferencia unos 500 científicos y representantes de sectores involucrados en los debates de la CMSI.
Entre los disertantes estará el británico Tim Berners-Lee, inventor, en el marco de la CERN pero en forma totalmente individual, de los programas que dieron nacimiento a la Internet.
Berners-Lee desarrolló el Lenguaje de Marcas de Hipertexto (HTML, por sus siglas en inglés) que permite saltar de un lugar a otro de la red, y el Protocolo de Transferencia de Hipertexto (HTTP, por sus siglas en inglés) para que tales saltos puedan realizarse entre distintas computadoras.
También el Localizador Universal de Recursos (URL, por sus siglas en inglés), un sistema para asignar una dirección propia a cada página de la red, y la primera versión de la propia Red Mundial (WWW, por sus siglas en inglés).
Todas esas iniciales son conocidas por multitudes de usuarios de la Internet que sin embargo ignoran quién es Berners-Lee, y éste no sólo renunció a los derechos de propiedad intelectual sobre sus inventos, sino que trabaja hasta hoy para que la red se mantenga abierta y sin propietario.
La renuncia a esos derechos en relación con descubrimientos científicos es un criterio general de la CERN, explicó Hans Hoffman, otro director de esa institución.
La conferencia científica, que tiene por objetivo resaltar los trabajos de la cumbre, dedicará sesiones paralelas al examen de temas de educación, salud, desarrollo económico y ambiente.