El cineasta uruguayo-venezolano José Ramón Novoa trabaja en los tramos finales del largometraje ”El Don”, una de las pocas producciones en rodaje este año en Venezuela, que aspira estrenar en 2004.
El filme, que narra la vida desenfrenada de un capo de la droga, pretende ilustrar ese mundo del delito desde una mirada latinoamericana y explorar lo que ha pasado en ese ambiente desde la muerte del narcotraficante Pablo Escobar y el encarcelamiento de los hermanos Ochoa, a comienzos de los años 90 en Colombia.
”El Don”, inspirado en la historia de Escobar, tiene como actores principales al colombiano Juan David Restrepo, quien trabajó en ”La virgen de los sicarios”, de Barbet Schroeder, y los venezolanos Laureano Olivares, Edgar Ramírez y Beatriz Vázquez.
El presupuesto de la película alcanza los 800.000 dólares, recursos aportados por el Centro Nacional Autónomo de Cinematografía de Venezuela y el Fondo Ibermedia, creado durante la Cumbre Iberoamericana de 1997.
La historia se detiene en detallar los inicios delictivos de Antonio Caicedo, hijo de una maestra y sin padre conocido, quien enamorado de la hija de un hacendado ingresa al mundo del narcotráfico para hacer fortuna y poder casarse con ella.
Ambientada en un lugar cualquiera de América Latina, el filme sólo identifica claramente dos ciudades, Miami y Nueva York.
”En América Latina se estigmatiza y se persigue a los capos de la droga, pero nos olvidamos de un aspecto, que es de aquellos que se encargan de la distribución en Estados Unidos. A esos nunca los vemos caer y es por ello que quisimos poner esta otra mirada”, explicó a IPS el guionista Henry Herrera.
”No se trata de una película discursiva. Sencillamente se narra la vida de un capo medio, que no llega a lo que fue Pablo Escobar, pero que nos ilustra la situación”, agregó Herrera.
”El público se va a compenetrar con Antonio, pues es un hombre generoso, un colaborador del pueblo, es un hombre de corazón, eso es lo que me gusta”, opinó por su parte el actor Ramírez.
Al referirse a los motivos que le llevaron a escoger un guión sobre los capos de la droga, Novoa dijo que ”el narcotráfico y la delincuencia son fenómenos que nos atañen a todos. Sin embargo, es una película contenida. Existe la violencia, pero creo que es como un latigazo, ocurre por momentos”.
”Lo que vemos es que aunque sean detenidos o mueran, los capos de la droga no desaparecen en América Latina, siempre hay alguien que los sustituye. Entonces, es necesario preguntarse si las políticas represivas al estilo de la DEA (agencia estadounidense antidrogas) tienen éxito”, agregó Herrera.
En ”El Don” ninguno de los personajes llega a los 30 años, pues ”en ese submundo la gente comienza muy joven, y luego desaparece, muere”, apunta Novoa.
Este realizador, nacido en 1949 en Montevideo y emigrado a Venezuela en 1978, ha filmado hasta ahora los largometrajes ”Sicario”, ”Huelepega”, ”Garimpeiros” y ”Punto y raya”, todos con un alto contenido de violencia y salvo excepciones relacionados con el mundo del narcotráfico.
”Sicario”, de 1994 y que cuenta la historia de un grupo de jóvenes venezolanos contratados para matar, estuvo nominada a los premios Oscar de la industria cinematográfica de Hollywood y recibió varios galardones en festivales internacionales.
”Huelepega” cuenta la vida de los niños de la calle que se drogan, ”Garimpeiros” es una historia sobre los explotadores ilegales del oro en la selva amazónica y ”Punto y raya” narra el encuentro de un recluta colombiano y otro colega venezolano en la frontera, y cómo después de tejer una amistad se ven obligados a matarse.
El estreno de ”El Don” seguirá al del documental ”Ciudadano Escobar”, que finalizara hace poco tiempo el colombiano Sergio Cabrera y para el cual realizó decenas de entrevistas con personas que estuvieron ligadas a la vida del fallecido narcotraficante.
Cabrera se basó para realizar ese filme en motivaciones similares a las de Novoa. ”No me gusta que las historias de uno las cuenten otros”, apuntó.
”La historia de Escobar, por lo menos en la parte cinematográfica, la han monopolizado las cadenas de televisión americanas (estadounidenses). Nos parecía que era importante una historia contada por nosotros, que no la hay”, declaró Cabrera al periódico bogotano El Espectador.