Estados Unidos, pero no Alemania, es blanco de ira en Yemen, luego de que un tribunal de Frankfurt aprobó un pedido de extradición formulado por Washington contra un clérigo musulmán yemenita, acusado de vínculos con la red terrorista Al Qaeda.
Aún resta el aval del gobierno del canciller Gerhardt Schroeder a la aprobación en el tribunal alemán de la extradición del jeque Mohammad Alí al-Moayyad y su ayudante, Mohsein Zaid.
La embajada estadounidense en Sana'a sufrió un atentado con granada la semana pasada, dos días después del arresto de los dos yemenitas en Frankfurt. Allí se desarrollan todos los días manifestaciones por la libertad de Moayyad y Zaid. Los funcionarios diplomáticos reciben a diario llamadas amenazantes.
"Estados Unidos debería reconsiderar su posición por la seguridad de sus ciudadanos", dijo a IPS el periodista Saeed Thabet, de la agencia Al Quds Press. Washington ya se declaró en alerta.
Pero Moayyad, conocido por sus obras de caridad, pidió a sus simpatizantes que no tomaran represalias contra blancos alemanes.
"Los ciudadanos alemanes son nuestros amigos", dijo Moayyad en una declaración divulgada por su hjo Zakaryya. "No los ataquen ni permitan que nadie lo haga, incluso si las autoridades alemanas me extraditan a Estados Unidos", agregó.
Legisladores yemenitas de todos los partidos creen que la opinión pública alemana apoya a Mohayyad y a Zaid.
Dirigentes de la tribu Khowlan, a la que pertenece Moayyad, solicitaron al gobierno alemán que niegue la extradición y también pidieron a los yemenitas que no ataquen a ciudadanos alemanes.
En su declaración, los líderes tribales valoraron la posición alemana en torno de los problemas árabes así como la asistencia brindada por Berlín a Yemen.
La sentencia dictada en Frankfurt establece que los acusados no deberán ser procesados en tribunales militares o extraordinarios. Informes de prensa en Yemen estiman que Moayyad y su ayudante podrían ser condenados hasta a 60 años de prisión.
Tanto el gobierno como el parlamento de Yemen condenaron el fallo del tribunal alemán. El gobernante partido Congreso General del Pueblo y el opositor Islah han exigido la inmediata liberación de Moayyad. Pero los opositores acusan al gobierno de actuar con debilidad ante Berlín y Washington.
"La extradición de los dos yemenitas afectará definitivamente las relaciones con Estados Unidos, no puedo vaticinar cómo", dijo el canciller Abu Bakr al-Qirbi en una declaración.
Moayyad y Zaid fueron arrestados en enero en Frankfurt a solicitud de Washington, que los acusó de financiar a Al Qaeda y al palestino Movimiento de Resistencia Islámica (Hamás).
Un ciudadano yemenita que le prometió al clérigo donaciones para sus organizaciones de caridad los invitó a Frankfurt y desapareció después del arresto.
El gobierno estadounidense aplaudió la decisión del tribunal en Frankfurt.
"La Embajada de Estados Unidos informa a los ciudadanos estadounidenses en Yemen que las autoridades alemanas fallaron a favor del pedido estadounidense de extraditar al jeque yemenita Mohammad Alí al-Moayyad y a su compañero. Los funcionarios estadounidenses deben prstar atención a su seguridad personal", indica una declaración oficial.
El legislador de Islah Mansour al-Zindani afirmó que Moayyad está dispuesto a ser juzgado por la Corte Internacional de Justicia con sede en La Haya, Holanda. "Es viejo. Está enfermo y convalesciente. El gobierno alemán debería tener en cuenta los derechos humanos y resistirse a los deseos ilógicos de Estados Unidos", dijo Zindani.
Delegados de la asamblea islámica Shura y del parlamento visitaron el Bundestag (Poder Legislativo alemán) para pedir a sus pares que detengan la extradición.
El presidente de Yemen, Alí Abdullah Saleh, visitó a Schroeder en junio para considerar el asunto, y declaró a la prensa al regresar que el canciller alemán mostró empatía con la causa de Moayyad. (FIN/IPS/tra-eng/ns/mj/ip hd/03)
