Ya están trazadas las líneas generales de la negociación que sostendrán en dos semanas los representantes de 146 estados miembros de la OMC, reunidos en Cancún. Pero falta la difícil tarea de unirlas para configurar un acuerdo, comentaron fuentes negociadoras.
El contorno del convenio será acabado con los asuntos que se perfilaron como más críticos desde el comienzo de las negociaciones de la Ronda de Doha, a inicios de 2002: agricultura, aranceles industriales y los temas de la conferencia ministerial de Singapur.
Esa conferencia de la OMC (Organización Mundial del Comercio), realizada en 1996 en esa ciudad estado asiática, incorporó a la agenda multilateral las cuestiones de inversiones, competencia, facilitación del comercio (referida a las aduanas) y transparencia en compras gubernamentales.
La última conferencia, celebrada en la capital de Qatar en 2001, decidió que los estados miembros deberían resolver en el balneario mexicano de Cancún si continuaban estudiando esos aspectos o entablaban negociaciones formales.
Otra cuestión clave que persiste en el proceso de Cancún es la iniciativa de permitir a los países pobres el acceso a medicinas de bajo precio. Pero esto se debate por separado y se espera resolverlo antes de la conferencia, que se celebrará entre el 10 y el 14 de septiembre.
La suerte de la Ronda de Doha, que debe culminar a fines de 2004, dependerá del regateo de los ministros en los tres asuntos clave: agricultura, aranceles industriales y la agenda de Singapur, dijeron a IPS fuentes negociadoras.
El hilo conductor del debate será el proyecto de texto ministerial de Cancún, como se denomina al borrador presentado esta semana por el presidente del consejo general de la OMC, el uruguayo Carlos Pérez del Castillo.
Lo que aún nadie sabe es cómo se las ingeniarán los negociadores para reducir, en tan corto plazo, las muchas y muy profundas diferencias que despierta el borrador.
Pérez del Castillo admitió que en las sesiones del consejo general esta semana todos los oradores ”han sido muy críticos” al menos con partes del proyecto.
Pero las objeciones son muy divergentes. Cuando el texto despierta la inconformidad de todos, aunque desde posiciones diferentes, se puede deducir que su orientación no estaba totalmente equivocada, razonó el diplomático.
Uno de los actores principales del comercio internacional, la Unión Europea (UE), sostuvo su preocupación por el desequilibrio del proyecto.
La iniciativa destina todos los esfuerzos de agricultura a un puñado de países mientras carece de un grado de ambición ni siquiera remotamente comparable en cuanto al acceso a los mercados de productos no agrícolas (aranceles industriales), alegó Peter Carl, director general de comercio de la UE.
Desde la perspectiva de los países en desarrollo, el representante de Brasil, Luiz Felipe de Seixas Correa, opinó que el texto de Pérez del Castillo es ”imperfecto”.
En agricultura, la propuesta es insuficiente en los tres pilares del acuerdo: apoyo doméstico, subvenciones a las exportaciones y acceso a los mercados, sostuvo.
Seixas Correa defendió un proyecto impulsado por Brasil junto con otros 19 países en desarrollo de la OMC, que incluyen a India, China, Sudáfrica y casi la totalidad de los latinoamericanos.
Pérez del Castillo admitió que en la redacción de su texto había utilizado como base el formato de marco que proporcionaron Estados Unidos y la UE con una propuesta presentada hace dos semanas.
Empero, el presidente del consejo rechazó las críticas de que su documento se inclina a favor de los países industrializados. He hecho un esfuerzo importante por mantener el nivel de ambición y tomar en cuenta los intereses de los países en desarrollo, afirmó.
Celine Charveriat, representante de la no gubernamental Oxfam Internacional en Ginebra, disiente con esa interpretación.
Con este texto se permite que las dos grandes potencias proteccionistas (Estados Unidos y la UE) mantengan sus arsenales de subvenciones y continúen exportando en condiciones de dumping (a precios por debajo de los costos de producción), dijo.
La misma lectura hace el representante de India, embajador K. M. Chandrasekhar, al afirmar que el proyecto de Pérez del Castillo ”está confeccionado a la medida de Estados Unidos y la Unión Europea”, para que perpetúen sus estructuras comerciales.
Las discusiones entre las delegaciones continuarán esta semana en el consejo general.
Fuentes negociadoras estiman que Pérez del Castillo, el director general de la OMC, Supachai Panitchpakdi, y altos funcionarios de la secretaría de la institución comparten la idea de enviar el discutido texto a consideración de los ministros en Cancún.
Los tres temas principales de ese proyecto dividen a los miembros de la OMC, pues los países en desarrollo alientan una apertura amplia de la agricultura, mantienen una actitud cauta respecto de los aranceles industriales y pretenden aplazar las negociaciones sobre los aspectos incorporados en Singapur.
En cambio, Estados Unidos, la UE y gran parte de las naciones industrializadas aspiran a mantener el proteccionismo en la agricultura y a realizar una profunda liberalización en los otros dos rubros.