La inseguridad alimentaria no da tregua en Nicaragua, donde cerca de un tercio de los habitantes no cubren sus necesidades básicas de por lo menos 2.200 calorías diarias, según el Programa Mundial de Alimentos (PMA).
Una investigación de esa agencia indicó que están en esa situación, en una población de unos 5,4 millones, más de 1,6 millones de personas, 680.201 de ellas en muy alta inseguridad alimentaria, y las otras 947.463 en alta inseguridad.
Desempleo, hacinamiento, graves dificultades para acceder a alimentos y desastres naturales son los principales factores que han golpeado a esos nicaragüenses.
De los afectados, 68 por ciento fueron registrados en las zonas rurales del país, donde los grupos más vulnerables son generalmente los niños, debido a altos grados de desnutrición crónica, que llega a 38,9 por ciento para los menores de cinco años en el septentrional departamento de Matagalpa, según el PMA.
La desnutrición crónica se diagnostica por un déficit de talla en relación con lo habitual para cada edad.
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En el promedio general del país, 20 por ciento de la población infantil menor de cinco años sufre desnutrición crónica y dos por ciento desnutrición aguda, señaló a IPS el director del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia en Nicaragua, Gary Stahl.
”Aunque ha habido una mejoría en relación con las mediciones de 1998, la desnutrición aún es muy alta, y en este sentido Nicaragua ocupa el lugar número siete entre los 22 países más afectados en el mundo”, destacó Stahl.
El funcionario enfatizó la importancia de observar los índices que se presentan en distintas zonas y citó el ejemplo de Matagalpa, donde el porcentaje de desnutrición crónica es casi el doble del promedio nacional, y la desnutrición aguda es casi 50 por ciento mayor, dos por ciento para el país y 2,9 por ciento en ese departamento.
Para Stahl, la situación de la niñez en Nicaragua y en especial en Matagalpa es ”altamente preocupante”.
Por eso se desarrollan programas que buscan una mejoría sustancial de su atención, en conjunto con el gobierno del presidente Enrique Bolaños e instituciones como la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO, por sus siglas en inglés), indicó.
”Atendemos a una población de 10.924 niños con desnutrición, crónica y aguda, en cuatro municipios y en 228 comunidades”, donde se han reforzado los alimentos masivos con micronutrientes, por ejemplo mediante programas para añadir yodo a la sal, hierro a la harina y vitaminas al azúcar, explicó Stahl.
Fomentar la lactancia materna en Matagalpa, que se ubica a 130 kilómetros al norte de Managua, es otra de las líneas de trabajo, y Stahl subrayó que esa beneficiosa modalidad de alimentación aumentó en el país de 11 por ciento en 1993 a 40 por ciento en la actualidad.
Matagalpa está en una zona cafetalera por excelencia, que en los últimos tres años ha afrontado serios problemas debido a los bajos precios del grano en el mercado internacional, que provocaron grandes aumentos de la cantidad de desempleados y el hambre de cientos de miles.
Este mes se produjo la segunda ”marcha de los hambrientos”, en la que 5.000 familias demandaron al gobierno tierras y empleos temporales, resaltó Isaac Jaen, coordinador de la Unión Nacional de Productores Asociados.
El dirigente manifestó a IPS que tras una semana de negociaciones, el Ejecutivo acordó entregar 3.409 hectáreas a 2.500 campesinos, quienes pagarán esas tierras en un periodo de 30 años.
El gobierno aceptó, además, ceder 10 propiedades a 2.000 campesinos que deberán pagar sólo 40 por ciento del valor de esas tierras, en un plazo de 20 años, afirmó Jaen.
Para solventar la crisis de Matagalpa, que es una de las zonas más golpeadas por el hambre y la inseguridad alimentaria, las autoridades reforzarán la atención en comedores escolares y proveerán de empleo temporal a cerca de 4.000 campesinos, confirmó.
”Estamos satisfechos con los acuerdos alcanzados con el gobierno, ahora lo que esperamos es que se cumplan los puntos negociados”, dijo Jaen. El año pasado, fruto del hambre, murieron 16 personas procedentes de Matagalpa, entre ellos siete niños.
Por ese motivo, el no gubernamental Centro de Derechos Humanos de Nicaragua pidió a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos de la Organización de Estados Americanos protección y medidas cautelaras en favor de 57 niños que padecían de desnutrición crónica.
Armando Serrati, miembro de la FAO en Nicaragua, destacó que esa agencia desarrolla programas de diversificación productiva, manejo de suelos, agua y capacitación para los campesinos en el departamento de Matagalpa y en los occidentales de León y Carazo.
”También trabajamos en la región afectada por la sequía, que se ubica en el noroccidente del país”, aseguró.
En 2002, 8,6 millones de habitantes de América Central sufrieron inseguridad alimentaria debido a una sequía que abrumó la parte sur de Guatemala, el área noroccidental de Nicaragua y el sur de Honduras y el Salvador, causada a su vez por el fenómeno climático de El Niño.
”Confiamos en que en uno o dos meses el gobierno presente la estrategia nacional de desarrollo, que servirá para combatir la pobreza en Nicaragua”, agregó Serrati.
La pobreza afecta a 45,5 por ciento de los nicaragüenses, y en áreas rurales los pobres son 68 por ciento, expresó a IPS Arodys Robles, coordinador del Estado de la Región, un informe sobre América Central que fue divulgado el mes pasado en Costa Rica.
”En Nicaragua la pobreza, como en el resto de América Central, se concentra sobre todo en las áreas rurales. El mejor ejemplo es Matagalpa, donde se da un problema de orden estructural con el cultivo del café”, aseveró.
Nicaragua es uno de los tres países de la región con mayor proporción de pobres, sólo superado por Honduras, que tiene 71,6 por ciento, y por Guatemala, que tiene 56,2 por ciento. Eso obliga a cientos de personas a emigrar a Costa Rica, donde trabajan, según datos del censo de 2000, 330.000 nicaragüenses.
*Esta nota es parte de una serie especial sobre el hambre en América Latina.