Además de entregar ayuda alimentaria a Etiopía, los países donantes deben comprometerse a cooperar con el desarrollo de ese país del Cuerno de Africa para que pueda hacer frente a los futuros desafíos, exhortaron organizaciones humanitarias estadounidenses.
Washington ofreció más de 500 millones de dólares en alimentos para los más de 12 millones de etíopes que sufren sequía por tercer año consecutivo y que podrían morir de hambre, lo cual no es suficiente, señalaron representantes de ocho organizaciones.
Lo que se debe hacer es tomar medidas para garantizar que el segundo país más poblado de Africa, con más de 61 millones de habitantes, no precise más esa ayuda alimentaria en el futuro, instaron los activistas.
Las organizaciones sostuvieron, en una conferencia de prensa celebrada en Washington, que la hambruna en Etiopía constituye la peor crisis humanitaria que enfrenta un país en el mundo actual.
A menos que empecemos a atacar la pobreza y la falta de desarrollo, en lugar de sus síntomas, como el hambre y las enfermedades, persistirá el estado de emergencia crónico y deberemos volver en dos o tres años, diciendo lo mismo, advirtió Ken Hackett, presidente de Catholic Relief Services.
También participaron en la conferencia representantes de las organizaciones Save the Children/Estados Unidos, Lutheran World Relief, Africare, CARE/Estados Unidos, International Orthodox Christian Charities (Sociedades Benéficas Cristianas Ortodoxas Internacionales), World Vision, y la Iglesia de los Santos de los Ultimos Días, más conocidos como mormones.
Funcionarios etíopes que participaron en la conferencia de prensa compartieron la posición de las organizaciones humanitarias.
Teníamos un sistema de advertencia temprana (de desastres), y el año pasado informamos al mundo que teníamos un problema, señaló Brook Hailu, subjefe de la misión diplomática etíope en Washington.
De esa forma, evitamos una situación más grave, pero sabemos que no podemos continuar así. Necesitamos proyectos de largo plazo, con la ayuda de gobiernos extranjeros, la comunidad internacional y el público estadounidense, declaró.
Las agencias destacaron que sólo la comida no es suficiente para acabar con la crisis, dado que decenas de miles de niños menores de cinco años padecen desnutrición grave y requieren atención médica inmediata, por ejemplo.
Asimismo, Etiopía precisa con urgencia agua potable y medicamentos, en especial antibióticos, suero fisiológico y fármacos contra la malaria, la tuberculosis y la disentería, además de redes contra mosquitos, dijeron.
Las ocho organizaciones coincidieron en que el actual gobierno etíope maneja con mucho mayor eficacia la ayuda alimentaria recibida del Programa Mundial de Alimentos y los donantes privados que en la última hambruna, en 1984, cuando la presidencia estaba a cargo del presidente Mengistu Haile Mariam.
Los rebeldes que en 1992 derrocaron a Mengistu están hoy a cargo del gobierno.
Las organizaciones advirtieron que la sequía y la falta de agua limpia debilitó la salud de millones de etíopes, en especial los niños, y por lo tanto son más proclives a enfermedades como sarampión, diarrea e infecciones respiratorias agudas.
Uno de los países más pobres del mundo, con 80 por ciento de la población con un ingreso menor a un dólar diario, el sistema sanitario de Etiopía carece de los recursos para impedir o tratar efectivamente esas enfermedades, dijo el presidente de Africare, Julius Coles.
Se necesita asistencia no alimentaria: agua potable, medicinas básicas y baratas. Esas cosas cuestan pocos centavos por día, dijo la presidenta de Lutheran World Relief, Kathryn Wolford.
Las organizaciones resaltaron la importancia de actividades de largo plazo, como las relativas a la reducción de la pobreza y a la seguridad alimentaria, en especial a través de inversiones en agricultura, agua, salud y educación.
Washington aportó 500 millones de dólares en asistencia alimentaria este año a Etiopía, pero la ayuda al desarrollo fue de apenas 55 millones de dólares, sostuvo el activista Peter Bell, de CARE USA. Apenas seis millones se asignaron a desarrollo agrícola, agregó.
Etiopía se ubica en el puesto 169 entre los 175 países evaluadas por su desarrollo humano por el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD). El indicador incluye esperanza de vida, ingreso por persona, alfabetización, salud infantil y materna y acceso a agua potable.
Menos de uno de cada siete etíopes tiene acceso a saneamiento, y menos de uno de cada cuatro a agua potable. Apenas 40 por ciento de los adultos saben leer y escribir. La esperanza de vida es de 46 años, y el VIH/sida se expande con rapidez: tres millones de los 71 millones de habitantes están infectados.