Los principales países industrializados mostraron este martes las primeras señales de su estrategia en la próxima conferencia ministerial de la OMC en México al pedir reducciones drásticas de aranceles para las importaciones no agrícolas.
La idea insinúa la continuidad del principio que orienta al sistema multilateral de comercio desde 1947, cuando comenzó a funcionar el antecesor de la OMC (Organización Mundial del Comercio) como fue el Acuerdo General de Aranceles Aduaneros y Comercio (GATT por sus siglas en inglés).
La liberalización del comercio adquirió desde entonces un sesgo que privilegia la eliminación de barreras a la industria en perjuicio de la protegida agricultura, considerada la ”Cenicienta” del intercambio internacional.
En los países ricos, el promedio de aranceles aplicables a los productos agropecuarios en los países ricos es alrededor de cuatro veces superior al que corresponde a los productos industriales.
En cambio, en las naciones en desarrollo esa diferencia sólo oscila entre dos o tres veces, como demostró un estudio del Fondo Monetario Internacional y del Banco Mundial.
Con esos antecedentes, el documento conjunto presentado por la Unión Europea (UE), Estados Unidos y Canadá, con sus propuestas para las negociaciones sobre acceso a los mercados de los bienes industriales, fue recibido este martes con críticas e ironías por representantes de países en desarrollo.
El representante de México, Eduardo Pérez Motta, comentó el carácter ”muy agresivo” del planteo, pues emplea una fórmula de reducción o eliminación de aranceles para castigar con mayor dureza a los países que usan altos niveles de esos gravámenes, que en su gran mayoría pertenecen al mundo en desarrollo.
Por su parte, la delegación de Pakistán observó que en algunas líneas arancelarias la reducción obligará a ese país a introducir recortes de cerca de 40 por ciento, mientras que para el mundo rico apenas representará una disminución de tres por ciento.
Sin embargo, el principal cuestionamiento a la propuesta de la UE, Estados Unidos y Canadá es que guarda directa relación con la crítica negociación sobre agricultura, el asunto central a discutir en la conferencia ministerial de la OMC del 10 al 14 de septiembre en el sudoriental balneario mexicano de Cancún.
La representación brasileña explicó la imposibilidad de examinar la iniciativa de los países industrializados sin obtener antes resultados concretos en el sector agropecuario.
Pérez Motta comentó sobre las pretensiones inmoderadas de las tres partes peticionantes respecto del acceso a los mercados para productos industriales.
La presencia de la UE entre los coauspiciantes nos permite alentar alguna esperanza de que tantas aspiraciones en productos industriales sean una señal de ambiciones semejantes en agricultura, ironizó.
La drástica fórmula matemática de reducción de aranceles contemplada en la propuesta carece todavía de una apreciación cuantitativa porque los proponentes omitieron por el momento mencionar el coeficiente que sugieren.
Otro punto de la propuesta presenta un enfoque para realizar una eliminación sectorial de los aranceles, al mencionar como ejemplos únicamente a los sectores de textiles y vestido y de bienes ambientales.
En tanto, un proyecto que venía discutiendo el grupo de negociación de la OMC sobre acceso a los mercados incluye otros rubros para la eliminación sectorial de aranceles en productos cuya exportación interesa en especial a los países en desarrollo y a los menos adelantados, eufemismo de los más pobres.
El documento del grupo de negociación alude a los sectores de electrónica, pescado y productos del pescado, calzado, artículos de cuero, partes y componentes de vehículos automóviles, piedras, gemas y metales preciosos, y también textiles y vestido.
El último aspecto de la propuesta de los principales países industrializados se relaciona con el mandato que dio la conferencia ministerial de la OMC en 2001 en Doha, la capital de Qatar, para que en la negociación de acceso a mercados se tuvieran en cuenta de modo pleno los intereses de los países en desarrollo y menos adelantados.
La declaración de Doha estableció que ese trato especial y diferenciado para los países en desarrollo y menos adelantados debe ser parte integrante de todos los elementos de las negociaciones comerciales que serán revisadas en la conferencia de Cancún.
Al respecto, la iniciativa de los ricos propone un sistema de ”créditos”, que permitiría al mundo en desarrollo reducir sus aranceles en menor proporción que los países industrializados cuando su situación económica lo justifique.
Pero Pérez Motta objeto ese método porque básicamente enfoca al trato especial y diferenciado ”como un premio”, como una forma de conceder créditos para la liberalización.
Por el contrario, el representante mexicano estimó que los países en desarrollo deben disponer de opciones variadas para mantener aranceles en defensa de determinados sectores industriales.
El comisario de Comercio de la Unión Europea, Pascal Lamy, sostuvo que, con esa iniciativa, los proponentes asumen su responsabilidad de grandes actores del comercio.
En conjunto, Canadá, Estados Unidos y la UE contribuyen con casi dos terceras partes del presupuesto de la OMC, que este año se eleva a 153 millones de francos suizos, que equivalen a unos 120 millones de dólares.
Los 146 estados miembros de la OMC debatirán hasta el 22 de agosto en sesiones informales de jefes de delegaciones los temas del programa de Cancún.