El ex dictador de Uganda Idi Amín Dada (1971-1979) será juzgado por las miles de muertes de que se lo acusa si regresa con vida a este país desde su exilio saudita, pero muchos de sus compatriotas lo defienden.
Idi Amín, de 78 años, estuvo en coma esta semana. Su esposa, Madina Amín, pidió a Kampala que se le permita morir en casa. Pero las autoridades advirtieron que lo someterá a juicio si regresa, en tanto esté respirando y consciente.
El ex dictador ugandés es considerado el más sangriento tirano de la historia de Africa por organizaciones de derechos humanos que lo responsabilizan de la muerte y desaparición de 300.000 opositores.
El presidente ugandés Yoweri Museveni señaló esta semana que sólo autorizaría la repatriación del cadáver de Amín, y descartó la posibilidad de que en ese caso se decreten días de luto o se le concedan honores de jefe de Estado.
Amín fue internado el sábado en la unidad de cuidados intensivos del hospital King Faisal de la occidental ciudad saudita de Yeddah. El miércoles salió del coma y su estado de salud mejora, según el diario ugandés The Monitor.
El hospital no informó la causa exacta de la enfermedad, pero su esposa reveló que Amín, ex sargento paracaidista y campeón de boxeo, sufre hipertensión.
Si Idi Amín regresa a Kampala respirando y consciente, será detenido para ser juzgado por los crímenes cometidos en el país en los años 70, advirtió Museveni.
Amín derrocó en 1971 al presidente Milton Obote y gobernó con mano dura durante ocho años, hasta que fue depuesto por una intervención militar de la vecina Tanzania. Amín se refugió en Arabia Saudita, tras un breve paso por Iraq y Libia.
Pero a pesar de los asesinatos de los que se lo acusa —entre ellos el del ministro de Justicia de Obote, Benedicto Kiwanuka, y del arzobispo anglicano Janan Luwum—, Amín recibió en los últimos días el apoyo de muchos ugandeses.
Varios periódicos fueron inundados por cartas pidiendo al gobierno que permita el regreso del ex dictador.
Hay que permitir que Amín vuelva. Todos los líderes cometen atrocidades, pero eso no significa que se les deba negar el derecho a regresar a su patria, dijo a IPS Kassim Semakula, un comerciante de Kampala.
Todos los líderes tienen antecedentes buenos y malos. Vamos a olvidar el pasado. Ya está pagando por sus pecados, dijo William Eritu, un electricista.
Dejemos que Amín vuelva. El hizo muchas cosas buenas por Uganda. ¿Por qué siempre sólo vemos las cosas malas que hace una persona?, señaló Clementia Nakabugo, una ama de casa.
Carolyne Nakazibwe, de 28 años, nunca conoció lo que es el amor de un padre. Tenía apenas dos años cuando el suyo fue asesinado por el régimen de Amín, que lo acusó de suministrar armas al rebelde Frente Nacional de Liberación de Uganda.
Para Nakazibwe, el nombre del dictador trae recuerdos tristes, pero no odio o resentimiento. Ya no me importa lo que le pase a Idi Amín. Lo perdono, afirmó.
Muchos destacan que Amín permitió la repatriación de los restos del kabaka (rey) Mutesa II, exiliado en Londres tras una sangrienta lucha por el poder. El dictador le concedió al monarca honores de jefe de Estado.
Partidos de oposición también pidieron al gobernante Movimiento de Resistencia Nacional que permita el regreso de Amín, y el propio Obote, exiliado en Zambia tras ser depuesto por segunda vez en 1985 por el general Tito Okello, afirmó que los ugandeses deben ser indulgentes con el ex dictador.
Si la condición de Amín empeora, el pueblo debe ser lo suficientemente magnánimo para aceptar un entierro propio en Uganda, a pesar del hecho de que haya sido un dictador, señaló Obote a la prensa el lunes.
El grupo de presión The Reform Agenda, con sede en Kampala, explicó que la amnistía decretada por Museveni para los crímenes cometidos en los últimos conflictos no beneficia a Amín, porque tiene vigencia a partir de 1986.
Nuestra postura es que, como ciudadano, Amín tiene derecho a volver a Uganda. Esto está en la constitución. Todo ugandés tiene derecho a salir y entrar en su país, dijo a IPS Aliro Omara, de la Comisión de Derechos Humanos de Uganda.
Pero el gobierno permanece firme, y aclaró que, si Amín muere en el exilio, su cuerpo no será llevado al Campo de los Héroes, donde están enterradas personalidades de la historia de Uganda.
Museveni destacó que el gobierno facilitó a familiares del ex dictador el viaje a la ciudad saudita de Yeddah para acompañarlo.
Otros apoyan la postura del gobierno. Amín no debe volver. Nunca debe ser perdonado. Mató a muchas personas. Es un asesino. No queremos traer recuerdos tristes, dijo Betty Nantumbwe, una ama de casa de Kampala. (