Los mediadores en el diálogo de paz en Sudán deberían continuar participando en el proceso aun luego de que se alcance el acuerdo previsto para este año, exhortaron representantes de iglesias cristianas.
Se prevé que el 10 de agosto se reanuden en Kenia las negociaciones entre el gobierno islámico de Sudán y el insurgente Ejército para la Liberación del Pueblo de Sudán (SPLA), que representa a los negros del sur del país, cristiano y animista.
Las negociaciones son impulsadas por la Autoridad Intergubernamental sobre Desarrollo (IGAD) que suma a Djibouti, Eritrea, Etiopía, Kenia, Somalia, Sudán y Uganda.
La IGAD debe recordar que luego de 1972, cuando terminó la primera guerra civil en Sudán iniciada en 1955, la paz tuvo corta vida porque los mediadores dejaron a los bandos en pugna a su suerte, indicaron los líderes religiosos.
De todos modos, aquel acuerdo trajo el único periodo de tranquilidad experimentado por Sudán, que duró hasta mayo de 1983, cuando estalló la actual guerra civil.
No queremos un acuerdo de paz de corto plazo. Pretendemos una paz duradera y rogamos a los mediadores no retirarse del proceso cuando se firme el acuerdo final, dijo el oficial de programas del Consejo de Iglesias del Nuevo Sudán, dijo Emmanuel Lowila.
La iglesia está dedicada a construir estructuras para promover el proceso de paz y para sensibilizar a la población, dijo el arzobispo católico de la meridional ciudad de Torit, Paride Taban.
Siempre que surge alguna declaración de IGAD, reflexionamos sobre ella con el pueblo. Luego, elevamos nuestras observaciones a los mediadores, sostuvo Taban.
La Iglesia Católica cuenta con un enviado especial a las negociaciones en Kenia. Somos la conciencia del pueblo, sufrimos con él y nos regocijamos con él, tanto en los campamentos de refugiados como en casa, afirmó el sacerdote.
Hemos viajado desde mayo de pueblo en pueblo, de caserío en caserío y de condado en condado para sensibilizar a la población acerca de la paz, agregó.
La Iglesia Católica sudanesa adhiere a la Iniciativa de Paz de los Líderes Religiosos Acholi, que reúne a numerosos clérigos e instituciones.
Por su parte, el enviado del canadiense Comité Central Menonita, Harold Miller, sostuvo que a través de los esfuerzos de las iglesias cristianas habrá acuerdo de paz.
La presencia de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), de la Unión Africana (UA) y de otras instituciones como observadores fortaleció el diálogo actual. Hay una estructura definitiva, no como cuando se alcanzó el acuerdo de 1972, dijo Miller.
Con este respaldo, el acuerdo de paz previsto tendrá fuerza y será perdurable, concluyó.
Por su parte, el secretario general de la Alianza Mundial de Iglesias Reformistas, Setri Nyomi, dijo a IPS desde Canadá, donde asiste a un congreso, que su organización opera a través de las iglesias presbiterianas en Sudán.
La actual ronda del diálogo de paz comenzó en junio. El Protocolo de Machakos, firmado en esa ciudad keniata entre el gobierno sudanés y el SPLA el 20 de julio, establece mecanismos para poner fin al conflicto que ha dejado más de dos millones de muertos y custro millones de desplazados.
El acuerdo prevé el derecho a la autodeterminación del sur de Sudán y la separación entre Estado y religión, las claves del conflicto. La población del sur podrá decidir si se independiza de Sudán tras un periodo de transición de seis años.
De acuerdo con el protocolo, la ley islámica sólo se aplicará en las regiones del norte donde la mayoría de la población es musulmana. En el sur, predominantemente cristiana y animista, regirá una legislación secular.
La sexta ronda de negociaciones colapsó luego de que el gobierno sudanés acusara a IGAD de estar sesgado a favor del SPLA. Estados Unidos, Gran Bretaña, Italia y Noruega presionan a Jartum para que regrese a la mesa de negociaciones, lo cual sucederá, seguramente, en agosto. (