Cada vez más ciudadanos de Estados Unidos creen que el Islam alienta la violencia, según una nueva encuesta del Centro de Investigaciones Pew y del Foro Pew sobre Religión y Vida Pública.
Cuarenta y cuatro por ciento de los encuestados por Pew dijeron estar de acuerdo con que el Islam alienta la violencia, ante 25 por ciento de los entrevistados que el año pasado manifestaron tal opinión, indica el informe Religión y política: contención y consenso, de 52 páginas.
Esta posición fue sostenida incluso por los encuestados de los sectores mejor educados y entre los más conocedores de la religión musulmana, y fue más predominante entre quienes se definieron como políticamente conservadores.
La encuesta fue realizada en todo el país a unos 2.000 adultos, entre el 24 de junio y el 8 de este mes.
Por otra parte, 24 por ciento sostuvieron que casi todos o la mayoría de los musulmanes del mundo son antiestadounidenses. Pero 51 por ciento dijeron tener una posición favorable respecto de los musulmanes estadounidenses, ante 54 por ciento que manifestaron la misma opinión el año pasado.
Por un lado, hay, por cierto, un aumento en el número de estadounidenses que creen que el Islam estimula la violencia. Por el otro, hay una estrecha mayoría que sigue teniendo una visión favorable de los musulmanes, y sólo 24 por ciento del público tienen una visión desfavorable, señaló la directora ejecutiva del Foro Pew, Melissa Rogers.
La encuesta, además de constatar los cambios en la percepción sobre el Islam, también inquirió las opiniones sobre política y religión en la ciudadanía estadounidense.
Un pequeño porcentaje de los encuestados dijeron estar preocupados por el uso de un discurso religioso por parte de funcionarios del gobierno. Y la mayoría criticaron que el presidente George W. Bush no le diera más trascendencia a su fe.
Cerca de 41 por ciento dijeron que los políticos hacen muy pocas referencias a la religión y a la oración, mientras que 21 por ciento consideraron que hacen demasiadas.
Mientras 58 por ciento señalaron que el presidente le da a su fe la importancia justa, 21 por ciento dijeron que quisieran que Bush tuviera más en cuenta a la religión en su política. Apenas 10 por ciento dijeron que la influencia religiosa en la Casa Blanca es excesiva.
Estos resultados van en contra de la opinión de muchos analistas, que consideran que Bush está plenamente alineado con la agenda cristiana conservadora.
Para ver lo nuevo y peligroso en la visión religiosa de Bush debes mirar más allá de sus copiosas plegarias y exhortaciones, que no tienen ningún significado, escribió el mes pasado el periodista Chris Mooney en la revista The American Prospect.
El ex presidente Bill Clinton (1993-2001) también mostró una inmenso respeto por la religión, pero no designó a una lista de jueces de derecha para hacer que la justicia sea mayoritariamente cristiana, señaló Mooney.
Bush ha ido mucho más allá. Desde las instrucciones para las oraciones en escuelas, emitidas por el Departamento de Educación, hasta las directivas a cada agencia federal, cargadas de conceptos religiosos, el presidente ha hecho que la religión esté presente en casi todas las áreas del gobierno, añadió.
En el proceso, el gobierno de Bush generosamente atiende a todas las exigencias de los grupos religiosos de derecha, que defienden el dudoso concepto de que éste es un país cristiano, subrayó.
Sin embargo, la mayoría de la población estadounidense parece no estar preocupada por la mezcla de la religión y la política.
Cerca de un quinto de los encuestados dijeron que se basan en sus creencias religiosas para decidir a quién votar. La religión tiene mucha más influencia entre los simpatizantes del gobernante Partido Republicano que entre los del opositor Partido Demócrata.
Treinta y ocho por ciento de los consultados dijeron que no votarían a un musulmán para presidente, aun cuando estuviera bien capacitado, y menos a un ateo. Sesenta y tres por ciento de los encuestados dijeron que votarían a un protestante blanco y 51 por ciento señalaron que eligirían a uno negro.
Estos datos subrayan un importante característica de la política estadounidense. En asuntos de religión y moral hay una clara coincidencia entre los blancos y los negros evangélicos, aunque estos son bien distintos cuando se trata de asuntos de política partidaria, señaló el copresidente del Foro Pew, E.J. Dionne Jr.
En lo que tiene que ver con las elecciones presidenciales previstas para el año próximo, 47 por ciento de los consultados dijeron que quisieran ver a Bush reelegido, mientras que 37 por ciento quieren a un mandatario demócrata. Entre los blancos evangélicos, 69 por ciento apoyan al actual presidente.
Las creencias religiosas también juegan un importante papel en asuntos de política exterior, como la situación en Medio Oriente, o internos, como los matrimonios entre homosexuales y la pena de muerte.
El estudio confirmó que la mayoría de los estadounidenses continúan apoyando a Israel en su disputa con los palestinos. Cuarenta y uno por ciento dijeron simpatizar más con Israel, y sólo 13 por ciento dijeron estar del lado de los palestinos.
En cuanto al matrimonio entre homosexuales, la oposición ha disminuido en los últimos años. Casi 38 por ciento dijeron estar de acuerdo con esa posibilidad, ante 27 por ciento que mantuvo esa posición en 1996. Pero los que se oponen al matrimonio entre homosexuales llegan a 53 por ciento.
Finalmente, se constató un gran cambio en la opinión pública en relación con la pena de muerte. La proporción de partidarios de la pena capital cayó de 43 por ciento en 1996 a 28 por ciento en la encuesta de este año.
Una sólida mayoría de 56 por ciento de los consultados dijeron que la religión está perdiendo influencia en Estados Unidos.