La venta de gas licuado de petróleo de Venezuela a Ecuador fue anunciada este lunes como el primer paso para formar Petroamérica, una alianza de empresas estatales del sector que incluirá también a Brasil, Colombia y Trinidad y Tobago.
Petroamérica aún no es una empresa o firma jurídica definida sino un propósito y un mecanismo de cooperación sobre el uso de nuestros recursos, intercambio de tecnología y comercio de productos, dijo en conferencia de prensa el ministro venezolano de Energía, Rafael Ramírez.
Su homólogo de Ecuador, Carlos Arboleda, coincidió al indicar que un primer paso en esta cooperación va a ser la compra de gas licuado venezolano, (un acuerdo) directamente entre gobiernos y sin intermediarios para ahorrarnos entre 20 y 25 por ciento de los costos de ese producto.
El gas es el principal combustible de uso doméstico en las ciudades de Ecuador, cuyo mercado demanda 2.000 toneladas diarias, de las que importa 1.700 unidades.
El ahorro por la compra a Venezuela bajará nuestros gastos por subsidios y nos permitirá el mejor manejo de los precios en beneficio del consumidor, comentó Arboleda a IPS.
Ecuador puede ahorrar hasta 50 millones de dólares anuales con la compra en ese lapso de medio millón de toneladas de gas licuado de petróleo (GLP) gracias al acuerdo, una vez que expire a fines de este año el contrato con la intermediaria holandesa Trafigura Beheer, explicaron a IPS fuentes de la negociación.
Arboleda desembarcó en Caracas con 11 funcionarios de su despacho y de la firma petrolera estatal Petroecuador, para tejer además acuerdos sobre compra de combustible para motores diesel, gasolina, asfalto y bases para lubricantes.
Se trata de concretar la declaración entre ambos despachos suscrita el 10 de julio en Quito, precisó Ramírez ante los periodistas, para luego explicar que ese convenio incluye apoyo técnico, legal, logístico y de suministros de la también estatal Petróleos de Venezuela (Pdvsa) a Petroecuador.
Por su parte, Arboleda apuntó que le gustaría a Ecuador que Pdvsa participara en el proceso de licitación de campos en la Amazonia, a iniciarse el 20 de agosto, y que se prevé agregarán unos 100.00 barriles diarios de crudo a los 400.000 barriles por día que produce ese país.
En tanto, Venezuela extrae cerca de tres millones de barriles diarios y Pdvsa ha incursionado como distribuidora de productos principalmente en el mercado estadounidense, a través de unas 15.000 estaciones de servicio que posee su filial Citgo.
En un futuro podríamos incursionar en Ecuador con nuestra propia marca o con la marca (a crearse) Petroamérica, puntualizó Ramírez ante su par ecuatoriano, quien se manifestó dispuesto a trabajar por remover obstáculos legales para permitir una operación directa de Pdvsa.
Los nuevos acuerdos entre Caracas y Quito marcan un nuevo impulso a la búsqueda del proyecto venezolano Petroamérica, que puede concretarse como empresa o alianza estratégica para potenciar la actividad de petroleras suramericanas y hasta alguna caribeña.
Ramírez aclaró que no se ha contactado a la empresa estatal Petróleos Mexicanos (Pemex) al respecto, pero sí a la trinitobaguense Petrotrin.
Nuestra idea de cooperación entre productores y consumidores se extiende en la región y por eso vamos a renovar los acuerdos de San José y de Caracas, agregó el ministro venezolano a IPS.
El Pacto de San José establece el suministro de 160.000 barriles diarios de petróleo a una decena de países de América Central y del Caribe, repartidos por mitad entre México y Venezuela como proveedores, con facilidades de pago y bajo interés de financiamiento para hasta 20 por ciento de la factura.
Ese convenio firmado en 1980 en la capital de Costa Rica se renueva cada agosto.
El Acuerdo Energético de Caracas habilita a Venezuela a sumar volúmenes de entrega en condiciones aún más flexibles que las de San José a esos mismo países, siendo el mayor beneficiario Cuba, que puede comprar con facilidades de financiamiento hasta 53.000 barriles diarios de petróleo venezolano.
Petroamérica, como proyecto de empresa de coordinación de negocios de producción y comercio de energéticos en América Latina, fue plasmada por primera vez en textos suscritos en 1995 por los entonces presidentes Fernando Henrique Cardoso, de Brasil, y Rafael Caldera, de Venezuela.
Brasilia y Caracas acariciaron distintos proyectos en torno a esa idea, como una empresa, proyectos conjuntos de exploración en el oceáno Atlántico, una refinería en el nordeste brasileño e incursión de Pdvsa en Brasil, pero sistemáticamente fueron postergados para favorecer negocios más inmediatos y prácticos.
Venezuela llegó a proveer en 2000 más de 100.000 barriles diarios de petróleo al mercado brasileño, que consume entre 1,8 y 1,9 millones de barriles por día, pero esas ventas han disminuido a medida que Brasil se hace cada vez más autosuficiente.
Petroamérica no puede decretarse de la noche a la mañana, por lo que vamos construyendo acuerdos de intercambio y cooperación, en producción, estrategias de comercio, intercambio tecnológico y logístico, para que después el proyecto se concrete en alguna figura jurídica, insistió Ramírez.
En el terreno político, Petroamérica es un ariete constante del presidente venezolano Hugo Chávez, que en las cumbres regionales insiste en la necesidad de que las firmas petroleras tejan una alianza que las haga poderosas frente a las empresas trasnacionales del sector, también embarcadas en procesos de fusión.