Más de un millón de venezolanos iletrados es el universo que espera abarcar la Misión Robinson, el plan de alfabetización lanzado por el gobierno de Hugo Chávez con ayuda de Cuba y la participación inicial de unos 50.000 voluntarios.
El programa contempla estímulos para quienes acepten recibir instrucción y para los alfabetizadores, que van desde cestas con alimentos hasta prioridad para recibir créditos de los bancos estatales orientados a la microempresa.
En particular, los campesinos que aprendan a leer y escribir tendrán prioridad en el reparto de tierras, asistencia técnica y en la asignación de créditos.
También los presidiarios que eduquen a sus compañeros o acepten alfabetizarse se les podrá beneficiar, en acuerdo con el tribunal de su causa, con el acortamiento de la pena y hasta con la libertad anticipada.
Me inscribí en el curso porque estoy cansada de no saber ni firmar, y quiero una nueva cédula, en alusión al documento de identidad que lleva la rúbrica de cada ciudadano, dijo a IPS Josefina de Díaz, de 63 años, que cocina alimentos para vender a un costado de su humilde casa en el barrio Lídice, en el oeste de Caracas.
Por su parte, Justo Rondón, vendedor de vegetales de una zona obrera del sudoeste capitalino, explicó los motivos que lo llevaron a incorporarse a la iniciativa oficial.
Saco cuentas con ayuda de la calculadora y leo un poco, pero soy muy malo para escribir y voy al curso para hacer contactos (con funcionarios) a ver si integro una cooperativa y consigo un crédito para montar un negocito propio, señaló Rondón a IPS.
La presidenta del estatal Instituto Nacional de Cooperación Educativa, Eliécer Otaiza, informó que hasta ahora se registraron 300.000 analfabetos prestos a participar en la Misión Robinson, mientras que se habían presentado casi la mitad de los 100.000 jóvenes voluntarios requeridos para ejecutar el plan.
Chávez lanzó formalmente el programa el martes a través de una transmisión especial por cadena nacional de radio y televisión, en un programa interactivo, y mediante vídeo-conferencias se conectó con centros de instrucción preparados en los cuatro puntos cardinales de Venezuela.
En una primera etapa, este julio, alfabetizaremos 120.000 personas. Vamos a librar esta batalla por aire, mar y tierra y llegaremos hasta la última persona que necesite nuestra ayuda, dijo Chávez, comandante de paracaidistas retirado.
El mandatario también agradeció a Cuba por el envío de instructores, métodos y tecnología para llevar adelante la Misión Robinson.
Un ejército de la luz trabaja para nosotros (en Cuba), reproduciendo aceleradamente vídeos y cartillas que serán usados en la alfabetización. Además, el presidente Fidel Castro ordenó la donación de 50.000 televisores que emplearemos en este programa y ya llegaron los primeros 23.000, indicó.
El nombre del programa viene de Samuel Robinson, seudónimo usado por Simón Rodríguez (1771-1854), quien fue maestro de Simón Bolívar y cuyas ideas, junto con las del Libertador y las del guerrillero agrarista del siglo XIX Ezequiel Zamora, conforman la base del credo político de Chávez.
La Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco) indica que el analfabetismo llega a 7,4 por ciento de los mayores de 15 años, que significa alrededor de 1,2 millones de los 23,2 millones de habitantes según el censo de 2001.
El porcentaje de analfabetos en Venezuela es inferior a la media de América Latina y el Caribe, que en 2000 era de 11,1 por ciento, unas 41 millones de personas, según la Unesco, que detallaba además que 10,1 por ciento correspondía a hombres y 12,1 por ciento a mujeres.
El ministro de Educación de Venezuela, Aristóbulo Istúriz, estimó que la Misión Robinson, cuyo eslogan es Yo sí puedo, podría alcanzar hasta un millón y medio de personas, para lo cual pidió la colaboración de escuelas y de las Fuerza Armadas. Varias reparticiones militares fueron incorporadas al programa.
En una de sus teleconferencias, Chávez contactó a Elvia Morales, una indígena añú (etnia del noroeste) de 88 años, quien le confesó que es evangélica, y me inscribí porque quiero leer la palabra de Dios.
Chávez agregó que en la Misión Robinson se invertirán unos 34 millones de dólares, principalmente destinados a instalar miles de pequeñas aulas provistas de televisores, reproductores de cintas de vídeo y otros auxilios para la instrucción.
Para preparar a los maestros, que a su vez forman a los voluntarios, llegaron a Venezuela 80 instructores de Cuba, que emplearán el método de asociación de letras y números, el cual permite alfabetizar a un adulto con 50 a 70 horas de clase, repartidas a lo largo de tres meses.
La oposición acusó a la Misión Robinson de ser una cubanización del país, y parlamentarios de ese sector sostienen que se trata de un esfuerzo del oficialismo por aumentar su apoyo con miras un posible referendo para revocar el mandato de Chávez, que podría efectuarse a fines de año.
No nos negamos a la alfabetización. Es un deber de los ciudadanos que han accedido a la educación para con los excluidos. Lo que rechazamos es la burla. Este es el tercer plan de alfabetización que lanza Chávez desde 2000 y ninguno ha funcionado, comentó a IPS Leonardo Carvajal, de la organización no gubernamental opositora Asamblea de Educación.
El mandatario replicó que sus opositores repiten la tontería, que ni ellos mismos creen, de que esto es un plan secreto entre Fidel Castro y Hugo Chávez para adoctrinar y sembrar el comunismo.
Pero este plan no tiene nada que ver con una línea política, como han querido decir algunos representantes del estupidismo ilustrado, añadió.