La escasa ayuda del Norte y sus obstinadas trabas al ingreso de productos agrícolas del Sur, así como la discriminación de la mujer atentan contra el objetivo de reducir la pobreza en 2015 a la mitad que en 1990, según el informe anual del PNUD.
Esa y las otras llamadas metas del milenio no se concretarán si se mantienen las actuales tendencias, admitió Sakiko Fukuda-Parr, autora del Informe de Desarrollo Humano 2003, divulgado este martes por el PNUD (Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo).
La investigación anual de esta agencia de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) previene que en 59 países no se alcanzarán los objetivos fijados en 2000 en ese foro mundial, a menos que se adopten acciones urgentes.
En su descripción sobre el estado actual del desarrollo humano, el PNUD pone el acento en "las pésimas consecuencias" que dejó la década del 90.
En ese periodo se registró una diferencia marcada entre los países del Sur que crecieron de manera dinámica y los que se mantuvieron estancados. Se verificó una especie de crisis de desarrollo, dijo a IPS Fukuda-Parr.
El índice de desarrollo humano disminuyó en 21 países durante los años 90. Así, en el plano económico, 54 países tuvieron tasas de crecimiento negativo, la inscripción escolar disminuyó en 12 naciones, mientras que en 14 aumentó la mortalidad infantil.
En el mismo lapso se incrementó la pobreza en 37 de los 67 estados de los cuales se obtuvieron datos.
Sólo se ha logrado bajar en algo hasta ahora el porcentaje de personas en el mundo con ingresos de menos de un dólar diario gracias a la mejora registrada principalmente en China, que ha conseguido éxitos remarcables en ese terreno, explicó Fukuda-Parr.
El informe agrega que las deficiencias políticas y financieras impiden progresos en numerosas de las metas del milenio, el compromiso asumido por los líderes mundiales para remediar la situación catastrófica que enfrenta el planeta respecto de la pobreza, recordó la experta.
Esos objetivos no son irreales y, por el contrario, son alcanzables pues se dispone de la tecnología, el conocimiento y la experiencia histórica para conseguirlos, además de recursos, señalaron los expertos.
Sin embargo, el PNUD evalúa que las metas del milenio permanecerán como una herramienta para que la población de los países pobres pueda reclamar a sus dirigentes y también para que los mismos países demanden a las naciones ricas y al mundo en general.
La asistencia efectiva de los países ricos y la igualdad de géneros son los dos requisitos fundamentales para superar la actual crisis aguda de desarrollo en el mundo y alcanzar el objetivo fijado por todos los gobiernos de reducir la pobreza.
Precisamente, numerosas investigaciones demuestran claramente que la dinámica del desarrollo humano depende en gran parte de la equidad entre hombres y mujeres, argumentó Fukuda-Parr.
Las mujeres educadas, por ejemplo, contribuyen mucho más a la salud de sus hijos y también a su formación, aunque también reviste importancia la participación que tienen en la toma de decisiones, en especial en el hogar, explicó Fukuda-Parr a IPS.
Respecto del otro requisito, la responsabilidad de los países ricos en el combate contra la pobreza, la experta comentó que se ha registrado "un progreso crucial" con el compromiso de los países miembros de la Unión Europea (UE) de aumentar en 16.000 millones de dólares sus aportes a partir de 2006.
Pero esa contribución sólo eleva de 0,22 a 0,25 por ciento la tajada del producto interno bruto (PIB) de la UE destinada a la ayuda oficial al desarrollo, muy lejos aún del 0,70 por ciento a que se comprometieron los países del Norte industrializado, entre ellos los 15 estados miembros del bloque europeo.
Cuando se fijaron en 2000 las metas de desarrollo del milenio se calculó en 100.000 millones de dólares la suma necesaria para lograr en 2015 la reducción de la pobreza y detener la expansión del virus de inmunodeficiencia humana (VIH) y su derivado, el síndrome de inmunodeficiencia adquirida (sida).
El trabajo del PNUD también hace hincapié en la necesidad de que los países ricos cumplan sus compromisos de levantar las barreras comerciales que distorsionan el comercio de los países en desarrollo.
En particular, Fukuda-Parr mencionó los subsidios de gran arte de las naciones industrializadas a la producción y las exportaciones agrícolas, una política que perjudica a los países pobres.
La autora del informe declaró a IPS, además, su decepción por el fracaso de la Organización Mundial del Comercio en solucionar el problema del acceso a medicinas de bajo precio por la población del mundo en desarrollo, pese al mandato expreso en ese sentido emitido por la conferencia ministerial de esa institución integrada de 146 estados.
Como resultado de esos incumplimientos, el PNUD propone que los países ricos presenten cada año un informe de los progresos alcanzados por sus gobiernos en la observancia de los compromisos asumidos por los líderes mundiales para reducir la pobreza.
Además de la erradicación de la extrema pobreza y del hambre, las metas de la Declaración del Milenio de la ONU se proponen lograr la educación primaria universal, reducir la mortalidad infantil y mejorar la salud maternal.
Otros objetivos planean asegurar un ambiente sustentable, con énfasis particular en el acceso al agua, la igualdad de género, la contención del sida y la instauración de regímenes financieros y comerciales no discriminatorios.
Fukuda-Parr apuntó que no tiene "precedentes" el comportamniento del índice de desarrollo humano en la década de 1990. Una de las razones ha sido la declinación económica, pero también influyó la epidemia de sida.
En una análisis de "la situación dramática a que hemos llegado", la experta reconoce la importancia de aspectos como las políticas macroeconómicas y el ajuste estructural, de la gobernabilidad y del combate contra la corrupción, y también de la participación popular en un sistema democrático.
Pero en ninguno de esos ángulos recomendados durante ese decenio se menciona el tema de la transformación social y económica, de lo cual se trata el desarrollo, observó.
En ese terreno, el documento del PNUD resalta la transcendencia de las intervenciones públicas, como "condición necesaria para el crecimiento económico conducido por el mercado". ***** + Informe sobre Desarrollo Humano 2003 (http://www.undp.org/hdr2003/espanol/)